Todos los que conozco en Cuba tienen o tuvieron el «virus». ¿Qué hace el Estado?

Gasta menos datos recibiendo nuestro contenido en WhatsApp o Telegram
Desde Pinar del Río hasta Guantánamo, miles de familias atraviesan los mismos síntomas, las mismas noches de fiebre sin medicinas, las mismas visitas inútiles a hospitales colapsados. Foto: Girón.

Desde Pinar del Río hasta Guantánamo, miles de familias atraviesan los mismos síntomas, las mismas noches de fiebre sin medicinas, las mismas visitas inútiles a hospitales colapsados. Foto: Girón.

Tengo miedo. Tengo impotencia.

Tal vez tú, que me lees, también estarías así si toda tu familia —repito, toda— se hubiera contagiado recientemente con un «virus» o lo tuviera ahora; y ni siquiera supieras cuál es. Desconoces qué tratamiento seguir o a quién acudir. Sabes, además, que el sistema de Salud del país es un caos.

Hablo de Cuba.

Mi abuela, de 84 años, empezó con fiebre alta que le duró varios días. No sentía las piernas. Yo estoy lejos, más cerca del Pacífico que del Caribe, pero me cuentan que apenas quería levantarse de la cama. La «Cuquita» se recuperó poco a poco y ya come bien, pero el dolor en las piernas sigue.

Mi tía, joven y fuerte, que vive en otro barrio de Cienfuegos, se enfermó antes.

«No podía abrir los pomos de agua. Quitar las tapas, me dolía muchísimo. Me tumbó las piernas. Todas las articulaciones me dolían. La fiebre llegó a 40 grados. Me dijeron que no tomara ibuprofeno, solo duralgina. Busqué por todos lados y no había. Conseguí paracetamol, y una enfermera amiga me dijo que tomara de dos en dos. La fiebre bajaba un poco, pero en menos de cuatro horas volvía a subir. Tuve miedo, de verdad. Nunca me había sentido así. Eso fue hace 15 días y todavía estoy débil», me contó mediante un audio de WhatsApp.

—¿Quién te dijo que no tomaras ibuprofeno? ¿Fuiste al médico?—, le pregunté.

«¡Muchachaaaa! ¿Tú estás loca? ¿Cómo voy a ir al médico? ¡Para salir peor! Si no tienen nada. No hacen análisis porque no hay reactivos. Te mandan a comprar las medicinas por fuera, y tienes que pasar horas y horas para que te atiendan. Aquí en el barrio ya todo el mundo pasó por esto. Ir al hospital es por gusto. Yo creo que tuve chikunguña, pero puede ser cualquier cosa. Para mí aquí hay algo muy grave que ni saben», respondió entre risas y resignación.

Mi hermana, de 22 años, estuvo peor. Se desmayó, tuvo fiebre muy alta que no bajaba con nada, se llenó de adenopatías detrás de las orejas y le salió rash por todo el cuerpo.

Lo peor era pensar que mis sobrinos podían contagiarse. Hasta que pasó.

Primero la pequeña, de 5 años, con fiebre de 40 grados, sin apetito, llena de ronchas y picazón. Luego su hermano, de 11, con fiebre, dolor en las manos y los pies, y el mismo desgano. Los llevaron al pediátrico de Cienfuegos. ¿Sirvió de algo?

Cuando un niño enferma, uno espera que un especialista lo examine, que hagan análisis, que orienten, que ayuden… pero no fue así.

«Había un solo termómetro para casi 30 niños en el cuerpo de guardia. Esperamos cinco horas para que los vieran. Todo ese tiempo ellos con fiebre altísima y temblores. No había dónde sentarse. Se me acabó el agua y tuve que ir a comprar dentro del hospital. Tampoco había. Un desastre. Al final, el doctor los vio tres minutos. Dijo que le diera paracetamol y que hiciera reposo. En ese momento, aún no les había salido el rash. Al parecer, era dengue; pero nadie se esforzó por distinguir si era eso u oropouche o cualquier otro. Ni sé las diferencias ni me las explicaron. Salimos de eso porque Dios es grande», me contó la madre de los niños.

Ella también había pasado el «virus». Le dio conjuntivitis, no podía levantar los brazos, tenía los pies inflamados y la fiebre no bajaba con nada. Apenas se recuperaba cuando enfermaron los niños.

«Llegó un momento en que solo tenía paracetamol para ellos. Yo me daba baños de agua fría para bajarme la fiebre», me escribió.

Familia, vecinos, amigos… todos tienen su propio relato de cómo han pasado el «virus».

Estos testimonios son de Cienfuegos, mi ciudad natal, pero en La Habana y en Caibarién las historias se repiten.

***

En Centro Habana, a un joven estudiante que identificaremos como E, le ha tocado ser cuidador de su padre. El hombre, de 62 años, fue atleta de artes marciales toda su vida, pero ahora las arbovirosis que circulan en el país lo han dejado tendido con más facilidad que el más duro de sus adversarios anteriores.

«Lleva días tirado en el sofá, con fiebre de 39º y de 40º. A veces tiembla y parece que delira. Casi no quiere comer. A veces se levanta e intenta caminar, pero tengo que sostenerlo porque desfallece», dijo el joven a elTOQUE.

Pocas veces en su vida ha visto a su padre de esa manera. Explica que tiene diarreas, fuertes dolores en las articulaciones y extremidades, y que las manos se le hincharon. Incluso, por estos días de lucha contra «los virus», a su padre le han reaparecido viejas lesiones de combates y entrenamientos deportivos como si se las hubiera hecho ayer.

En medio de la escasez de medicinas y alimentos, el «tratamiento» que ha seguido es tomar cocimientos de una mata que popularmente conocen como «meprobamato» porque, asegura E, «calma los dolores musculares y relaja el cuerpo».

Cuando le pregunto a E si ha llevado a su padre a una consulta médica, su respuesta refleja una opinión asumida como sentido común por muchos cubanos: «no, porque la atención es una mierda».

Lo que vive mi familia no es una excepción. Es el retrato de un país enfermo.

***

Desde Pinar del Río hasta Guantánamo, miles de familias atraviesan los mismos síntomas, las mismas noches de fiebre sin medicinas, las mismas visitas inútiles a hospitales colapsados. Pero el Estado guarda silencio. No hay cifras verificadas de contagios ni mucho menos de fallecidos por causas asociadas a las arbovirosis. Las autoridades hablan de «cuadros febriles inespecíficos» o de «brotes controlados», mientras la gente, en la práctica, libra sola una batalla por sobrevivir.

El Ministerio de Salud Pública sigue sin reconocer la magnitud del rebrote de dengue, chikunguña y oropouche. Los partes epidemiológicos se reducen a consignas y los medios estatales apenas cubren la dimensión de lo que está ocurriendo. Los médicos —agotados, mal pagados y sin insumos— hacen lo que pueden en hospitales donde faltan desde jeringuillas hasta reactivos básicos para análisis.

Tampoco hay pronunciamientos claros de los organismos internacionales que operan en la isla. Mientras tanto, los reportes ciudadanos, los audios por WhatsApp y las publicaciones en redes se han convertido en la única fuente real para entender la dimensión del desastre sanitario que atraviesa Cuba.

Lo anterior ocurre en medio de apagones de más de diez horas diarias, escasez de agua, alimentos y medicamentos, y con un país que aún no se recupera del golpe del huracán Melissa que devastó el oriente a finales de octubre de 2025. Comunidades enteras quedaron aisladas, sin electricidad, sin techo, y con brotes de enfermedades que se multiplican entre el lodo y los escombros.

En los barrios, la única ayuda real llega desde el exterior: remesas, paquetes y medicinas que envían familiares desde Estados Unidos o Europa. Pero ni eso alcanza.

La Salud Pública —uno de los pilares del discurso oficial— se desmorona entre la falta de recursos, la desinformación y el abandono institucional. En los medios del Estado, el relato sigue siendo el mismo: «resistencia», «solidaridad», «bloqueo». Pero en las casas, en las calles, en los hospitales, la realidad es otra: fiebre, dolor, miedo y silencio.

La pregunta sigue ahí, más urgente que nunca: ¿qué hace el Estado?

toque-promo

Evalúe esta noticia

cargando ...

Comentarios

En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Luna E.

Todo lo que cuentan aquí es así y peor. Mi madre lo tuvo hace 4 semanas y todavía está mal. Los que más están sufriendo son los ancianos y los niños. Se trata de un estado ineficiente y corrupto que no puede en lo más mínimo proteger a la población.
Luna E.

MERCADO INFORMAL DE
DIVISAS EN CUBA (TIEMPO REAL)

toque_logo_white
1 EUR500.00 CUP
1 USD450.00 CUP
-10
1 MLC
210.00 CUP
-10
1 CAD275.21 CUP
-2.57
1 MXN20.46 CUP
-0.81
1 BRL71.70 CUP
-9.43
1 ZELLE443.22 CUP
-2.31
1 CLA429.93 CUP
+1.06
Calendar iconCUBA
publicidad_banenr
Encuentra la norma legal cubana que buscas
Normativa reciente
Gaceta Oficial No. 84 Ordinaria de 2025
10 nov, 2025
Resolución 253 de 2025 de Contraloría General de la República
Faculta a los contralores jefes provinciales y al del municipio especial Isla de la Juventud, para conocer, evaluar y responder los recursos de apelación que se interpongan por los sujetos a las acciones de control, en el territorio de su competencia.
Respuestas a preguntas jurídicas frecuentes

Nuestras aplicaciones

elTOQUE
elTOQUE
Noticias y análisis sobre la realidad cubana.
Tasas de elTOQUE
Tasas de elTOQUE
Tasas de cambio del mercado de divisas en Cuba.
Legalis
Legalis
Acceso fácil a la legislación cubana.
Encuentra la norma legal cubana que buscas
Normativa reciente
Gaceta Oficial No. 84 Ordinaria de 2025
10 nov, 2025
Resolución 253 de 2025 de Contraloría General de la República
Faculta a los contralores jefes provinciales y al del municipio especial Isla de la Juventud, para conocer, evaluar y responder los recursos de apelación que se interpongan por los sujetos a las acciones de control, en el territorio de su competencia.
Respuestas a preguntas jurídicas frecuentes

Nuestras aplicaciones

elTOQUE
elTOQUE
Noticias y análisis sobre la realidad cubana.
Tasas de elTOQUE
Tasas de elTOQUE
Tasas de cambio del mercado de divisas en Cuba.
Legalis
Legalis
Acceso fácil a la legislación cubana.