Foto: cortesía de los entrevistados.
«Cien veces peor que en la tele»: una familia cubana en el epicentro de la DANA que arrasó Valencia
5 / noviembre / 2024
Vi las imágenes del desastre en Valencia en la madrugada del 30 de octubre de 2024. Pensé en ella. Le escribí rápido. No entraban los mensajes.
Yo seguía mirando en los medios y las redes sociales las imágenes de montañas de carros amontonados unos encima de otros, como juncos, tras ser arrastrados por la corriente; las casas, los edificios, las calles, los puentes colapsados tras las inundaciones; vías bloqueadas y barro por todos lados; los videos de personas pidiendo ayuda y otros intentando salvarlos.
Fue el inicio de una pesadilla. Llevaba días hablando con personas afectadas por el paso del huracán Oscar por Guantánamo y ahora se sumaba esto. No tenía noticias de una amiga muy querida, a quien no veo desde hace más de cinco años. Me asusté mucho.
Las lluvias torrenciales y el desbordamiento de ríos tras el paso del fenómeno DANA («Depresión Aislada en Niveles Altos») que afectó principalmente Valencia, en España, han dejado 217 muertos, una cifra aún provisional. Todavía hay reportes de desaparecidos, por lo que se teme que el número de fallecidos podría aumentar.
La tragedia es considerada la peor catástrofe europea relacionada con inundaciones en un solo país desde 1967, cuando alrededor de 500 personas murieron en Portugal, reportó BBC Mundo.
El 31 de octubre de 2024, dos días después de la primera llamada que logramos hacer, Annalay (Anna) me envió un audio: «Estamos bien. Esto es horrible».
Annalay Molina Martínez es una cienfueguera que vive en Massanassa, un pueblo de la Huerta Sur de Valencia que ha sido descrito por la prensa española como el centro «de la riada» tras la DANA. El fenómeno meteorológico, también conocido como «gota fría», suele traer consigo precipitaciones abundantes y fuertes.
En Valencia cayeron entre 250 y 300 mililitros de agua por metro cuadrado. En algunos lugares llovió más en un día de lo que suele hacerlo en todo el año. Tras la peor «gota fría» del siglo en España, se decretaron tres días de luto por las víctimas.
Anna me contó que su esposo, otro cubano, había ido a ayudar como voluntario en las brigadas de rescate.
En otra comunicación me dijo: «Lo que has visto en la tele no se acerca a la realidad de lo que estamos viviendo. Es cien veces peor. Aquí no ha entrado el ejército. Están los trabajadores agrícolas ayudando con sus maquinarias y transportes. Son los estudiantes, sobre todo universitarios, quienes a través de grupos de WhatsApp se han movilizado y traen agua y comida. Los aparcamientos siguen inundados y seguirán».
Le pido directamente: «Anna, tengo un programa en vivo hoy, ¿me acompañas y nos cuentas lo que ha pasado?».
Me respondió: «Luis hablará contigo. Yo no puedo. No dejo de llorar. No puedo. Ahora empezaron a extraer agua de un parking de un edificio y estaban flotando cadáveres».
Seguimos hablando y me envió cientos de fotos y videos grabados por ellos y sus compañeros de trabajo que ofrecen una dimensión del desastre.
¿Qué es y cómo se forma la DANA?
Un estudio de la Sociedad Meteorológica Estadounidense de 2023 arrojó que, desde la década de los sesenta del siglo pasado, a escala global hay un incremento en el desarrollo de las DANA —Depresión Aislada en Niveles Altos—.
El fenómeno DANA consiste en una masa de aire polar frío que se desprende de un cinturón de vientos de una de las capas de la atmósfera y se aísla del flujo original, según explica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de España. La masa comienza a flotar a niveles más bajos, generando lluvias y vientos intensos.
En otoño, las condiciones son peores porque las temperaturas del mar son más elevadas. El aire cálido y húmedo del Mediterráneo choca con la masa de aire y provoca fuertes tormentas. La DANA se convierte en un fenómeno mucho más destructivo.
El cambio climático estaría provocando que los fenómenos DANA sean cada vez más frecuentes e intensos, según varios expertos.
En el terreno
«Ha sido una experiencia desastrosa. Nosotros, los cubanos, hemos vivido huracanes, tormentas…, pero nunca había visto algo de esta magnitud», dijo Luis Alberto Zamora, el esposo de Anna, en el programa «¿Ahora qué?» de elTOQUE.
Los habitantes de Valencia y sus alrededores recibieron una alerta de emergencia en sus teléfonos emitida por la Agencia de Protección Civil después de las 20:00, hora local, del martes 29 de octubre de 2024, cuando las inundaciones ya cubrían muchas zonas.
«Estuve en el terreno desde las primeras horas. Salimos a las 3:30 a. m. cuando escuchamos los helicópteros y decidimos tratar de ayudar a otras personas. Así ha sido hasta ahora», comentó Luis Alberto.
Zamora contó que estuvieron «dos días sin corriente ni agua, incomunicados, sin ninguna vía de auxilio». Agregó: «Logramos poner una planta dentro del Ayuntamiento y logramos tener algunos contactos, pero ha sido desastroso, muy impactante para toda España».
«Por aquí corre un barranco por donde desaguan los pueblos de Valencia hacia el mar. El barranco colapsó: miles de metros cúbicos de agua llegaron a Massanassa, Catarroja y otros pueblos colindantes. Un caos total. El desbordamiento se tradujo en una avalancha que arrastró todo a su paso», explicó.
Según Zamora, «en medio de tanta angustia y desesperación ha sido muy impactante ver a tantas personas y muchos jóvenes caminando varios kilómetros desde la capital de Valencia para llegar a ayudar. Vienen con escobas, palas, provisiones y medicamentos».
La ira de los afectados se expresó el domingo 3 de noviembre directamente contra las autoridades españolas. Al llegar a las localidades más afectadas de la región valenciana, el presidente regional, Carlos Mazón; el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; y el rey Felipe VI fueron recibidos con bolas de barro y gritos de «¡asesinos!», «¡dimisión!» y «¡fuera, fuera!».
La comitiva oficial llegó seis días después del paso de la DANA y tras reportes de que la ayuda estaba tardando en llegar presuntamente por las disputas entre el Gobierno nacional y el regional. También hay malestar por la lenta respuesta de los servicios de emergencia.
En los videos virales de lo ocurrido se ve también a la reina Letizia con la cara manchada de barro y llorando con los afectados.
«Se sabía y nadie hizo nada por evitarlo», le dijo un joven al rey.
Hoy, Anna me dijo cuando le escribí: «Pues estamos vivos y ya está. Lo estamos asimilando. Limpiando, sacando lodo. Nos ayudamos entre los vecinos y, por suerte, en mi trabajo comprenden la situación».
Oderay Molina, la hermana de Anna, viajó desde Alicante para llevarles ayuda y vio los destrozos en el camino. Al llegar a Massanassa me dijo: «esto es devastador».
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