La estrategia solar de Cuba: ¿transición energética o parche para los apagones?

Foto: elToque
Con apagones que superan las 20 horas diarias en la mayor parte del país, y un déficit energético que la Unión Eléctrica (UNE) estimó, como promedio, en 1 656 MW diarios durante el mes de julio, el Gobierno cubano no ha demostrado resultados tangibles en su empeño de transformar su matriz energética. El plan anunciado es construir 92 parques solares fotovoltaicos antes de 2028 para generar un total de 2 012 MW, de los cuales 55 deberán entrar en funcionamiento en 2025 para aportar unos 440 MW al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
En marzo de 2024, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, anunció los primeros contratos para instalar 2 000 MW solares, con financiamiento nacional y sin créditos externos. La meta es alcanzar el 24 % de fuentes renovables en la matriz energética y ahorrar 750 000 toneladas de combustible anuales.
Un año después, los reportes de prensa muestran avances: para agosto de 2025 se han construido 25 parques solares fotovoltaicos en las provincias de Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spiritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Granma, Holguín y Santiago de Cuba. Como ejemplo, el parque ubicado en Cabaiguán, en una zona aledaña al Campismo Popular Arroyo Lajas, se construyó «en tiempo récord, pues en menos de dos meses se logró completar la obra, prevista para tres», según afirmó Roberto Hernández Rojas, director de la Empresa Eléctrica de Sancti Spíritus, a Radio Rebelde.
Pero la realidad cotidiana aún contradice las promesas. A la par de las inauguraciones, la amplia mayoría de los cubanos y cubanas en la isla enfrentan apagones diarios. El economista cubano Jorge Piñón, experto en temas energéticos de la Universidad de Texas en Austin, así lo explica:
«La infraestructura de la generación termoeléctrica de base, así como la generación distribuida del SEN, está colapsada por su antigüedad y falta de mantenimiento capital, y se ha convertido en el talón de Aquiles del sector energético y de la economía cubana. No existe una solución a corto plazo para los desafíos energéticos de Cuba. Basta ya de parches. Desafortunadamente, no solucionan el problema. Mientras se siga usando crudo nacional de un alto contenido de azufre y metales altamente corrosivos como combustible para la ya débil infraestructura de generación, es un círculo vicioso».
El Decreto 110/2024 del Consejo de Ministros y la Resolución 169/2025 del Ministerio de Finanzas y Precios, publicados en noviembre y junio pasados respectivamente, buscan respaldar las ambiciones del Gobierno cubano. El primero ofrece un límite de tres años a los actores económicos estatales y no estatales, ya sean nacionales o de inversión extranjera, para que cubran el 50 % de la demanda diurna de inversiones de alto consumo con energías renovables, bajo amenazas de multas y cortes eléctricos por 72 horas. El segundo exime de impuestos aduaneros la importación de paneles, baterías y equipamiento para la generación de energía fotovoltaica, y ofrece una exención impositiva, por un plazo máximo de ocho años, a entidades estatales y del sector privado que ejecuten proyectos de generación de electricidad con fuentes renovables de energía.
Quienes no creen en las promesas del Gobierno han decidido echar manos a la obra y ejecutar por su cuenta proyectos energéticos a menor escala para ayudar a sus familias. Este es el caso de Arturo González*, un ingeniero cienfueguero emigrado.
«Los apagones prolongados, cada vez más frecuentes, afectaban la seguridad, la conservación de alimentos y la continuidad del trabajo de mi familia. Compré seis paneles de 670 W y diseñé un sistema modular con baterías LiFePO4. Ahora pueden cocinar, refrigerar alimentos y usar ventiladores incluso durante apagones de más de 12 horas. No dependen ya del generador eléctrico de gasolina que les había comprado (y que aún mantienen como respaldo), que genera humo, ruido y un gasto excesivo de combustible, que cada vez está más caro y escaso en Cuba», relata Arturo. «Entre equipos y costos de envío, fueron unos 2 800 USD, más los gastos derivados del viaje que hice a Cuba para instalarlos con ayuda de mis familiares más jóvenes».
Sin embargo, quienes no tienen familiares emigrados y no pueden asumir un gasto tan elevado en un país donde el salario mínimo equivale a 5.31 USD, como Esther*, residente en Guanabacoa, La Habana, han tenido que tomar otras decisiones. «Estoy durmiendo en el techo de mi casa en los días más calurosos. Lo estoy haciendo porque lo vi en Facebook», dice, refiriéndose a los cada vez más comunes reportes de cubanos y cubanas durmiendo en los portales y techos de sus casas. «Aunque primero me causó una mezcla de horror y risa al leerlo, luego me di cuenta de que es la mejor alternativa que tenemos la gente común para aguantar el calor. Yo no tengo dinero para un generador eléctrico, ni mucho menos para pagar el combustible en dólares, y los paneles solares solo los he visto en la televisión».
Y es que la estabilidad del SEN sigue en entredicho. El 2 de agosto, Lázaro Manuel Alonso, periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, anunció a través de su cuenta en Facebook la desconexión de la «patana turca» (como se conocen en Cuba las barcazas de la empresa turca Karpowership, dedicada a la construcción y renta de estaciones eléctricas flotantes), con capacidad de generación de 240 MW, ubicada en el puerto de La Habana, por «razones comerciales», un eufemismo para referirse a las dificultades que enfrenta el Gobierno para pagar por este servicio, por lo que de un total de ocho «patanas» contratadas para generar energía eléctrica en Cuba, solo quedan dos.
Es muy pronto aún para saber si la apuesta del Gobierno dará los resultados esperados. Piñón opina que «las fuentes renovables de energía deben estar en el centro de un detallado plan estratégico para la transición energética», pero cree que «los recientes esfuerzos con los parques solares no darán resultado», ya que son una estrategia de «escopeta de perdigón», alejada del mapa de ruta que la isla tanto necesita, y que quedará, como tantos otros proyectos, como un simple «cuento de hadas».
*Estos nombres han sido cambiado a solicitud de los entrevistados.
Comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *