La columna de Fernández Era: Ley

Ilustración: Herbert
—¿Viste lo que dice Granma, pipo?: que «Cuba agiliza el inicio de investigaciones sobre el virus de chikungunya».
—¡¿Cómo que «inicio»?!
—Ah, no sé. Agrega que «es una enfermedad de presencia más reciente en la Isla». Imagino que tras pocas décadas de incidencia, convencer a un grupo de mosquitos de que se dejen meter en un laboratorio no debe ser tarea fácil.
—Sobre todo cuando los cuadros políticos están empeñados en la noble tarea de explicar a miles de moradores de la región oriental que no quedarán desamparados, pero que hay miles en otras regiones que llevan años de no quedar desamparados tras el paso de fenómenos meteorológicos semejantes.
—Que siempre dejan mucha agua y, con ella, la proliferación de mosquitos. Pero este último factor no parece ser la causa de que estemos tú y yo en cama hace una semana, rebajados de servicio y sin tratamiento alguno. La directora de Investigación, Diagnóstico y Referencia del IPK señala que el aumento de contagios por chikungunya se debe, principalmente, a que «el virus no había circulado antes con la actual intensidad, lo cual explica los bajos niveles de inmunidad en la población».
—Había que esperar a que la enfermedad con nombre de conga santiaguera arrollara bullangueramente para que a alguien se le ocurriera que un producto terapéutico como Jusvinza, diseñado para el tratamiento de la artritis reumatoide, pudiera servir igual para aliviar los efectos que deja el virus proveniente de África.
—Suficientemente investigado desde hace decenas de años.
—Cuando todavía no existía un «sistema de gobierno basado en ciencia, tecnología e innovación». Menos mal que a Raúl se le ocurrió imponernos a Díaz-Canel.
—Ese sí es un crac. Ahora tiene entretenidos a los científicos con la discusión y próxima aprobación por la Asamblea Nacional de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación. Según el ministro del Citma, «hablar de esta ley es también hablar de esperanza, y de lo que hemos previsto en el país para apostar por la ciencia y la innovación para nuestro desarrollo sostenible. Tenemos un tejido empresarial que tiene un componente importante de conocimientos, también tenemos gente conocedora: un guajiro conocedor, un técnico-medio conocedor, un obrero calificado conocedor».
—Hará falta que entre el guajiro, el técnico medio y el obrero conocedores se pongan en lo adelante a levantar casuchas más sólidas que soporten los embates de los vientos, pues si se ponen a esperar por las 1,7 viviendas diarias que iba a edificar el presidente en cada municipio… «Los esquemas de gobernanza para el desarrollo sostenible y la inclusión social [ha sentenciado] requieren de una mayor participación ciudadana, en la que las personas no se comporten como beneficiarios pasivos, sino que se involucren como actores en los procesos de generación de soluciones a sus problemas (alimentarios, salud, vivienda), participen en la creación de oportunidades y en la toma de decisiones».
—Qué bárbaro. Una cosa es que contribuyan o participen, y otra es que las asuman ciento por ciento.
—El ministro afirma que la nueva Ley «será un salto superior en la organización de la sociedad cubana en pos de que realmente el sistema de gobierno basado en ciencia e innovación nos permita la capacidad de aterrizar, la capacidad de transformar en cada lugar».
—Eso. A ver si aterrizan de una vez. Por falta de leyes no será que estamos como estamos.
—Estamos como estamos porque no hacemos más que cuestionarlo todo. Hay que volver una y otra vez a la tesis de doctorado de nuestro primer secretario, que ya tiene más de un quinquenio. Recuerdo que Cubadebate, cuando aquello, mencionó que «la evidente insatisfacción del autor con el aprovechamiento de las capacidades tecnológicas y humanas formadas por la Revolución, en lugar de alimentar la queja, le dieron combustible a su infatigable y devota búsqueda de la verdad con el instrumental de la ciencia. El doctorando nunca cejó en su empeño, siempre reunió el tiempo que no tenía y le sustrajo al descanso las horas que este demandaba. Con dedicación avanzó inexorablemente en su trabajo académico, fundamentando la ciencia e innovación como pilar de la gestión del gobierno, con la modestia y la sencillez de un estudiante, pero con la indiscutible autoridad del ejecutivo que prueba sus verdades en la práctica».
—Ideas Multimedios ha tenido tiempo suficiente de allá para acá para exponer cuáles son las verdades del presidente. ¿Lo habrá hecho?
—Lo dudo. Seguirle los pasos a Miguel no es tan sencillo. Lleva más de siete años recorriendo el país una y otra vez.
—Con la cantidad de recursos y combustible empleados en dichas visitas, podrían construirse decenas de comunidades seguras para afrontar ciclones como Melissa.
—Volviendo a la nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación: ¿alguna pena para el que la incumpla?… Nada, para saber.










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