Hace un mes, la Federación Cubana de Béisbol (FCB) —en conjunto con la Comisión de la disciplina en la isla— protagonizaba el enésimo ridículo televisivo en un programa para elegir refuerzos para la II Liga Élite (un torneo que nada tiene de élite).
Se trató de un especial más musical que deportivo, que nada aportaba al pasatiempo nacional y que dejó «perlas» como aquella en la que el mentor de Industriales, Guillermo Carmona, calificó de «ese mismo» al serpentino villaclareño Freddy Asiel Álvarez. Lo anterior, para dar la falsa sensación de modernidad y show deportivo, pero nada más alejado de la realidad.
A pocos días del arranque del torneo beisbolero invernal en la isla, los datos que llegan desde la oficialidad son vergonzosos. Según un reporte reciente de la revista deportiva Jit, cerca de 50 peloteros cubanos declinaron participar en el enésimo antojo de la FCB (en el supuesto evento «élite» de la pelota cubana).
Antes del programa televisivo, 24 jugadores habían informado a las comisiones provinciales que no jugarían en el evento. Después del «show», otros 20 decidieron ver «los toros desde la barrera».
Es lo más lógico para una lid que no ofrece otro incentivo que un viaje a Puerto Rico y una posible fuga para los más atrevidos. Sí, porque el premio del campeón será asistir a una triangular de poca monta en suelo boricua en febrero de 2024. Lo anterior, si llegan los visados a tiempo, como deben suponer.
En esta ocasión, según Juan Reinaldo Pérez Pardo, comisionado nacional, en principio los partidos de la Liga «no» Élite se jugarán en la tarde-noche (a partir de las 6:30 p. m.) para que los jugadores entrenen en la mañana.
Pero habrá que cruzar los dedos y rezar a «san Guiteras» de las termoeléctricas para que los juegos de noche sean una constante durante la lid. Una de las «contingencias» de última hora puede ponchar a cualquiera de la FCB.
Otra «buena noticia» para los aficionados cubanos (y léase con toda ironía) es que la marca italiana Teammate, que mantiene un acuerdo con las autoridades beisboleras, será quien vestirá los elencos involucrados (Matanzas, Santiago de Cuba, Industriales, Las Tunas, Artemisa y Sancti Spíritus). Se trata de la marca que otrora imprimió camisetas con faltas ortográficas y demoró las entregas.
Por si no bastara, también repetirán el desliz de jugar con la pelota de Teammate, una esférica que tiene poco bote y que en la postemporada de la 62 Serie Nacional se destruyeron tras un buen batazo y estaban podridas por dentro.
Según Pérez Pardo, a pocos días del arranque del torneo todavía se entregan lotes de uniformes, aunque confirmó «la disponibilidad de los recursos destinados a cada equipo». También advirtió que «muy pronto» los eventos beisboleros cubanos se empezarán a jugar a siete innings, como dicta la Federación Internacional en estos momentos. «Debemos asumirlo y aceptarlo aquí porque las estrategias y las tácticas no son iguales», agregó el comisionado.
Al respecto, estudiosos del béisbol cubano, como el historiador Félix Julio Alfonso, estallaron en redes sociales y convidaron a boicotear la medida.
«El día que la pelota se juegue a siete innings por el capricho ignorante de un grupo de personas que desconoce la esencia del béisbol, será el principio del fin de nuestro deporte nacional. Propongo rechazar de manera categórica esa insensatez y recordar que hay una declaratoria de Patrimonio y que dar ese paso vulnera la integridad del bien protegido, pues modifica sensiblemente su naturaleza», dijo Félix Julio en Facebook en un comentario al reportero deportivo Norland Rosendo, del oficialista Juventud Rebelde.
La Liga «no» Élite, en su segunda versión, tampoco trae cambios en lo salarial como incentivo para los bolsillos de los peloteros, que cada día tienen menos ganas de jugar béisbol en Cuba y, como es de suponer, muchos son «cabeza» de familia.
Rosendo dejaba claro en su perfil de Facebook el no aumento de salario tras los cuestionamientos de varios aficionados. «No hay cambios en ese sentido aún», añadió.
El evento deberá comenzar el próximo 7 de noviembre de 2023, aunque siempre está la coletilla de «si no hay ningún inconveniente de última hora relacionado con los encargados de la transportación».
El contexto económico y social de la isla no está para antojos de la FCB, que busca a toda costa trastocar la pálida imagen que dejaron sus peloteros en los Panamericanos de Santiago de Chile. Pero les hace falta, el béisbol cubano los «necesita» y, de paso, es otra buena forma para que desde la oficialidad se siga viviendo del cuento.
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Ernesto Estrada Romero
Pedro