La desesperación y la esperanza se mezclaron en una escena en las aguas del mar Caribe, aproximadamente a 200 millas de la costa de Quintana Roo, cerca de Mahahual. A finales de enero de 2024, el crucero turístico Norwegian Prima avistó una embarcación precaria a la deriva. 

Un mes antes, el 19 de diciembre de 2023, 13 cubanos se aventuraron desde Ciego de Ávila en un bote rústico con fondo de poliespuma con el sueño de alcanzar tierras más prósperas. Pero el resultado fue otro. 

Uno de los pasajeros, Raúl Martínez Torres (de apenas 24 años) murió el 16 de enero de 2024 debido a la hipotermia y el hambre. Los sobrevivientes tuvieron que enfrentarse a la difícil decisión de qué hacer con el cuerpo de Raúl. Optaron por despedirse de su amigo y lanzar el cuerpo al mar para preservar la salud del resto del grupo. La lucha por la supervivencia continuó hasta que Norwegian Prima rescató a las doce personas que permanecían a la deriva en las aguas del Caribe.

Raúl Martínez Torres es uno de los 164 nombres registrados por el proyecto «Migrar: una decisión de vida y muerte» de personas fallecidas en las rutas migratorias hacia Estados Unidos en la última década. La cifra es un subregistro que no refleja por completo la magnitud del fenómeno.

«Migrar…», el especial periodístico de elTOQUE que sistematiza el número de migrantes que fallecen o desaparecen en las rutas migratorias irregulares hacia Estados Unidos, así como otros eventos que puedan ocurrir —intercepciones, desapariciones, rescates, transferencias, repatriaciones y expulsiones— se lanzó hace exactamente un año, el 28 de febrero de 2023. 

Evolución de los eventos en la última década

En los últimos años, se ha observado un incremento en los eventos migratorios de cubanos que transitan de forma irregular hacia Estados Unidos.

2022 marcó un punto crítico, con un aumento significativo en el número de eventos registrados desde 2014, así como en el número de fallecidos y desaparecidos, según las estadísticas recopiladas por el proyecto. Los 533 eventos documentados en 2022 (82 migrantes fallecidos y 284 desaparecidos) reflejan la trágica realidad de quienes buscan fuera de Cuba mejores condiciones de vida y libertades políticas y económicas.

Durante los primeros dos meses de 2024 se han registrado 26 incidentes, sobre todo detenciones y repatriaciones, además del fallecimiento de 14 migrantes cubanos y el reporte de una persona en paradero desconocido. Lo anterior apunta a que los intentos por llegar a Estados Unidos no han cesado y que continúan los flujos migratorios irregulares desde Cuba.

En los reportes documentados desde 2014, persiste el anonimato de los migrantes fallecidos y desaparecidos, lo cual plantea retos en el registro de los perfiles de las víctimas. De los sucesos reportados desde 2014 hasta la fecha, se ha podido identificar solamente al 52 % de los migrantes desaparecidos y al 66 % de los fallecidos.

Las cifras revelan que la ruta marítima se mantiene activa y es ampliamente utilizada por los migrantes cubanos para llegar a Estados Unidos. En las aguas que conectan las costas de EE. UU. y Cuba se reportaron el mayor número de eventos (739). La vía marítima conlleva riesgos significativos (naufragios, falta de suministros y condiciones climáticas adversas).

La migración terrestre también presenta desafíos considerables, con 265 eventos documentados. La ruta, que a menudo implica cruzar fronteras y atravesar territorios hostiles, expone a los migrantes a peligros adicionales (la violencia criminal, el secuestro y la explotación). Se registraron, además, 20 eventos en los cuales los migrantes realizaron una parte de la ruta por vía marítima y otra por vía terrestre. 

Las autoridades de la región —específicamente de Estados Unidos, México, Bahamas, Guatemala, Islas Caimán, Honduras, Cuba, Panamá y Colombia— reportaron un total de 645 eventos, según los informes recopilados por «Migrar...». A través de los medios de comunicación (segunda fuente más frecuente de información), se documentaron 343 eventos. También se registraron 35 eventos gracias a los informes ciudadanos que llegaron por varias vías, incluida la plataforma del proyecto y las redes sociales. Lo anterior destaca el papel crucial que desempeña la comunidad en la visibilización de las tragedias migratorias y resalta la necesidad de participación ciudadana en momentos de crisis.

¿Qué sucede y dónde?

En la mañana del 28 de febrero de 2022, José Miguel se aventuró en una arriesgada travesía desde Cuba hacia Estados Unidos junto a un grupo de amigos. A bordo de una pequeña embarcación, navegaba con la esperanza de alcanzar tierras estadounidenses y empezar una nueva vida. Sin embargo, el viaje tomó un giro inesperado cuando la Guardia Costera los avistó.

Ante el peligro de ser interceptados, el grupo aceleró la lancha para escapar. En medio de la confusión y la prisa, José Miguel perdió el equilibrio y cayó al agua agitada por el motor en marcha. A pesar de los llamados de sus compañeros, el grupo decidió continuar la huida sin rescatarlo, pues temían por la seguridad y libertad propias.

La Guardia Costera logró capturar a los tripulantes —a quienes más tarde repatriaría—, pero dejó atrás a José Miguel, en medio del océano. Desde entonces, se desconoce su paradero.

Entre los incidentes más comunes en las rutas migratorias irregulares que han conectado a Cuba con Estados Unidos en la última década se encuentra la detención —los 359 casos registrados reflejan los desafíos legales que enfrentan los migrantes cubanos—. La repatriación, reportada en 281 casos, ilustra las políticas migratorias restrictivas que pueden resultar en el retorno forzado de los migrantes a su país de origen, lo cual los expone a situaciones potencialmente peligrosas. 

La muerte y la desaparición representan riesgos extremos en la travesía, con 125 y 85 casos en los cuales falleció o desapareció al menos una persona respectivamente, lo cual subraya las graves consecuencias de la migración irregular y la falta de medidas de seguridad adecuadas para proteger la vida de los migrantes. Algunos incidentes involucran múltiples circunstancias (la muerte y la desaparición simultáneas o la detención seguida de la muerte).

Estados Unidos sigue siendo el principal destino para los migrantes cubanos, con un total de 554 casos registrados. Sin embargo, el camino hacia EE. UU. está lejos de ser directo, por lo cual los migrantes enfrentan una serie de obstáculos en su trayecto. México, con 207 eventos reportados, se posiciona como el segundo país con mayor número de incidentes que involucran a migrantes cubanos. La tierra azteca es un destino recurrente y funciona de frontera vertical; es decir, un territorio que busca disuadir a los migrantes de llegar a Estados Unidos.

Las Bahamas y las Islas Caimán también son destinos significativos, con 76 y 64 casos respectivamente. Ambos son lugares a donde los migrantes pueden llegar de forma involuntaria y quedar atrapados en situaciones precarias. Además de estos destinos, los datos revelan que han ocurrido incidentes en los límites geográficos de Guatemala, Honduras, Cuba, Colombia y Panamá que muestran la complejidad de las rutas utilizadas por los migrantes cubanos en su viaje hacia Estados Unidos. 

El proyecto registró 19 casos en los cuales no fue posible determinar los límites geográficos en los que ocurrieron los eventos. Los incidentes fueron salidas marítimas en embarcaciones precarias que partieron de Cuba con rumbo a Estados Unidos y desaparecieron en algún punto indeterminado del estrecho de Florida.