Medicamentos cubanos en México: millones en contratos sin licitación y productos rechazados

Foto: Gobierno de México
Nuevas evidencias señalan que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador habría favorecido con contratos millonarios a una empresa relacionada con el Gobierno de Cuba, según una investigación publicada por el medio independiente Animal Político. ¿Cooperación médica o clientelismo ideológico? El artículo sistematiza, además, los momentos más importantes del vínculo entre autoridades de Cuba y México que permitió la compra de productos farmacéuticos producidos en la isla.
Los reportes están disponibles. De acuerdo con informes estatales y auditorías públicas, entre 2022 y 2023 se asignaron de forma directa, al menos, 111 millones de pesos mexicanos (entre 5 y 6 millones de dólares) a Neuronic Mexicana S. A., representante en México del Laboratorio AICA que pertenece al conglomerado estatal BioCubaFarma.
En la lista de adquisiciones aparecen 3.4 millones de frascos de gotas oftalmológicas (Cloranfenicol, Prednisolona, Pilocarpina, Atropina y Diclofenaco sódico) que costaron 80 millones de pesos, a pesar de que muchos productos fueron rechazados por mala calidad; otros estaban vencidos, y varios carecían de permisos sanitarios del país receptor. Medicamentos esenciales como el Cisplatino, usado en tratamientos contra el cáncer, llegaron incompletos: apenas se entregó el 65 % de lo pactado.
Según exfuncionarios de los Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), estas compras fueron resultado de una instrucción del exdirector de la institución, Jens Pedro Lohmann, un general retirado. Al parecer, Birmex nunca había comercializado ese tipo de medicamentos. A partir de una orden de la dirección general, decidieron pactar con Neuronic y participar con productos que manejaba AICA, según consta en la Auditoría Superior de la Federación.
La historia revela un patrón. Antes del sexenio de López Obrador (2018-2024), la empresa cubana había recibido contratos gubernamentales por solo 419 000 pesos, entre 2009 y 2015. Durante la Administración de AMLO, los montos crecieron exponencialmente. Esta bonanza coincidió con un decreto de 2020 que permitió importar medicamentos sin registro sanitario mexicano y amparados solamente en la validación de agencias extranjeras como el Cecmed cubano.
En respuesta a un cuestionario de Animal Político, la empresa Neuronic reconoció que sus productos se importaron bajo esa normativa, lo que les permitió eludir los registros sanitarios habituales. Sin embargo, los lotes entregados contenían empaques dañados, productos vencidos y deficiencias de calidad. También hubo entregas incompletas y medicamentos que no fueron aprobados por las pruebas regulatorias. Aun así, se ordenó su distribución.
Por otro lado, se reportaron más dificultades. Una parte de los medicamentos comprados a Cuba no llegó a los hospitales. En algunos casos, solo fue distribuida una fracción mínima de las mercancías. En un video de elTOQUE abordamos varios problemas asociados al negocio farmacéutico entre Cuba y México en ese período.
Uno de los primeros acuerdos para el suministro de medicamentos tuvo lugar en 2022, cuando Birmex destinó 1 950 000 pesos a Neuronic Mexicana para obtener Aminofilina —usada en el tratamiento de enfermedades respiratorias— y Fluorouracilo, fármaco empleado contra el cáncer. La Auditoría Superior de la Federación detectó más irregularidades. Alrededor de 54 000 dosis de Aminofilina estaban incompletas o en mal estado, al igual que 10 000 de Fluorouracilo.
Pese a estas deficiencias, en 2023 Birmex volvió a contratar a la empresa cubana, esta vez mediante adjudicación directa por un monto de 109 millones de pesos. El contrato fue firmado por la representante legal de Birmex, Sandra Gómez Ríos; el director de Comercialización, Manuel Arizpe Diez Martínez; el gerente de Adquisiciones, Ignacio Cruz Zúñiga; y contó con la aprobación de la directora de Administración y Finanzas, Diana Soto Araballo.
Un año después, en 2024, el IMSS-Bienestar —el programa de Salud para las zonas más pobres de México— impulsó un nuevo acuerdo por 316 millones de pesos para la compra de kits médicos individuales. La relación contractual fue asignada, de manera directa, el 5 de julio de 2024, durante la gestión de Alejandro Calderón Alipi, quien era titular del IMSS-Bienestar.
Ese mismo día, se notificó a la empresa de Cuba que recibiría un contrato por 273 millones de pesos para la entrega de 11 778 kits de atención primaria, con un precio individual de 23 184 pesos. Cada paquete incluía instrumentos básicos como estetoscopios, glucómetros, oxímetros, termómetros, mochilas, kits de curación y otros artículos clínicos.
No obstante, una revisión del precio de mercado de estos productos mostró que el valor real podría rondar los 18 000 pesos por kit. Además, pese a haberse firmado el contrato en septiembre, para diciembre de 2024 la empresa aún no había cumplido con la entrega.
El IMSS-Bienestar decidió entonces cancelar anticipadamente el acuerdo, justificando la decisión en un «caso fortuito o fuerza mayor», debido a supuestos fenómenos naturales que habrían afectado la producción y distribución de los insumos. También se mencionó la falta de capacidad logística y de almacenamiento por parte del instituto.
Frente a los señalamientos por productos en mal estado o entregas fuera de plazo, una fuente de Neuronic Mexicana dijo, en diálogo con Animal Político, que se hicieron efectivas todas las penalidades previstas por retrasos, daños ocasionados durante el transporte y la corta vigencia de algunos lotes. En cuanto a los medicamentos caducados, afirmó que se emitieron notas de crédito y se reembolsó el dinero a Birmex. Pero al ser consultada sobre el monto total de las penalizaciones y devoluciones asumidas, la empresa se negó a contestar.
La trama de negligencia y posible corrupción entre Birmex y Neuronic Mexicana sigue saliendo a la luz; así como las relaciones poco transparentes de dos Gobiernos que, más allá del discurso de cooperación y solidaridad, promueven nexos evidentes de clientelismo ideológico.
En resumen, los informes oficiales han puesto sobre la mesa la existencia de contratos millonarios sin licitación, productos defectuosos y medicamentos que nunca llegaron a quienes más los necesitaban.
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