—Ahora sí.
—¿Ahora sí qué?
—Ahora sí echamos palante. ¿No has visto las sesiones de la Asamblea Nacional?
—¿Lo dices por eso? ¿Quieres ver un resumen de las del año pasado, del antepasado, del allá y del acullá? En cincuenta años, nada más parecido a una sesión de la Asamblea Nacional que otra sesión de la Asamblea Nacional.
—No te fijaste entonces en las intervenciones de Canel, Marrero, Salvador, Lazo… Se veían exaltados, con un muy alto grado de regaño hacia sus interlocutores. Yo diría que han asumido una política de «encabronamiento productivo».
—Los entiendo. No debe ser fácil dirigir a un pueblo tan bruto, que no acaba de llevar a vías de hecho las sabias orientaciones que nos vienen dando hace más de sesenta años.
—Si dedicáramos menos tiempo a criticarlos, llegaríamos a conclusiones menos festinadas sobre su entrega, su sacrificio, la sempiterna savia que brota por los botones de sus guayaberas. Hay ciudadanos que aún no se dan cuenta de que la redondez de sus fenotipos no responde a una alimentación especial, sino a la cantidad de horas-fondillo que dedican en su oficina a pensar en nuestras vidas.
—Y en nuestra futura muerte.
—Qué mejor ejemplo que el de la más alta fiscalización al Ministerio de la Industria Alimentaria.
—¿Ese es el organismo llamado a convertir en alimento nacional la croqueta, complementada con más de 2000 kilómetros de tripas?
—Esa etapa, por fortuna, la dejamos atrás. Nos dimos cuenta de que la solución a la crisis alimentaria va por otro rumbo.
—El de controlar, ya que nos es imposible producir.
—Me impresionaron los datos expuestos en el Palacio de las Convenciones. «Participaron en ese ejercicio 153 diputados. Fueron cumplidas 31 acciones durante los meses de enero a junio, y visitadas 491 entidades del sistema. Lograron intercambiar con una población aproximada (fíjate qué grado de aproximación) de 10 546 personas».
—¿Y qué come toda esa gente?
—Pescado no es. Como resultado de la Ley 29 se expusieron las «232 acciones de capacitación en las que han participado más de 12 700 pescadores y 542 agentes de la PNR, dirigidas a elevar cualitativamente el cumplimiento e impacto de las regulaciones». «Las acciones de enfrentamiento a las violaciones de las regulaciones pesqueras han propiciado detectar 2642 infracciones, imponiendo multas por valor de 7 500 000 pesos, además del decomiso de artes de pesca, medios flotantes y productos pesqueros».
—Como para que no veamos en lo adelante nada que se mueva debajo del agua.
—Los inspectores no dejarán que ello suceda, no importa si «las acciones de coordinación entre las tropas guardafronteras, el cuerpo de guardabosques y la PNR no son suficientes para poder abarcar todo el escenario de actuación, llegar de manera oportuna a las zonas de pesca e incrementar la labor profiláctica y educativa en los territorios donde se realiza esta actividad».
—Tendrán que intervenir los tanques, las tropas químicas y la fuerza aérea.
—Ulises Guilarte definió muy claramente en qué consiste la soberanía alimentaria en una economía de guerra: «Si hay algo que forma parte de la agenda del debate popular es cómo le buscamos solución a continuar mejorando todos los días el nivel de desabastecimiento».
—Se mejora con creces.
—Alcanzaremos el desabastecimiento total cuando tengamos la convicción de que «somos Cuba, una isla de sangre cimarrona, mambisa, rebelde. Somos un caimán irreverente ante gigantes. Aquí sabemos qué somos capaces de hacer unidos. En Cuba tomamos la historia, nuestra historia, por asalto».
—Es mucho cimarronaje el que ha tomado por asalto, por ejemplo, a Sancti Spíritus, a juzgar por las palabras que oí en boca de su gobernador. Dice que esa provincia «tiene condiciones para abastecerse de arroz, pescado, huevos, leche…».
—Habrá que mudarse al palenque del Escambray.
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