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¿Por qué la elección presidencial en Estados Unidos es un martes?
30 / octubre / 2024
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos siempre se celebran el martes siguiente al primer lunes de noviembre. La tradición se remonta a 1845 cuando el Congreso del país aprobó la Ley del Día de las Elecciones.
Mientras que en muchos otros países el día de las elecciones suele caer un fin de semana, para facilitar la participación, Estados Unidos ha mantenido la peculiaridad de votar en un día laborable.
Pero ¿por qué se elige un martes de noviembre? La respuesta radica en la composición rural y agrícola de la sociedad estadounidense del siglo XIX.
Un calendario adaptado a la vida agrícola
Cuando el Congreso estadounidense aprobó la Ley del Día de las Elecciones, la mayor parte de la población vivía en zonas rurales y dependía de la agricultura. La cultura agrícola explica por qué el día de las elecciones siempre cae en noviembre. Se pensaba que las elecciones en primavera y a principios de verano interferían con la temporada de siembra, y las elecciones a finales de verano y principios de otoño coincidían con la cosecha. Así que quedaba noviembre como la mejor opción, a finales del otoño y después de la cosecha, pero antes de la llegada del duro clima invernal.
En cuanto al día de la semana, se eligió el martes por razones logísticas y religiosas. En aquella época, muchas personas vivían lejos de los lugares de votación, por lo que necesitaban un día entero para viajar. El lunes fue designado para el desplazamiento, descartando el domingo por considerarse día de descanso y de asistencia de muchos ciudadanos a la iglesia y los servicios religiosos. El miércoles, por otro lado, era el día en el que los agricultores acudían a los mercados a vender sus producciones y tampoco resultaba práctico.
Así, el martes fue considerado el día más conveniente para llevar a cabo las elecciones.
Ventajas históricas, desafíos modernos
Aunque las razones anteriores fueron pertinentes en el siglo XIX, en la actualidad el panorama ha cambiado drásticamente. La mayoría de los estadounidenses ya no son agricultores y muchos viven en áreas urbanas, donde las distancias a los centros de votación son mínimas. Además, los horarios laborales modernos hacen que votar un martes pueda ser complicado para quienes tienen empleos de tiempo completo, en especial si no tienen flexibilidad laboral.
¿Por qué entonces se mantiene el martes como el día de la elección presidencial?
Principalmente, por la tradición, y por el hecho de que el cambio implicaría la promulgación de una ley federal para la cuál no existen consensos ―sobre todo en un clima político polarizado en el que la forma y los procedimientos electorales están siendo cuestionados―. Aunque se ha planteado en diversas ocasiones la posibilidad de mover las elecciones a un día del fin de semana, o convertir el martes en feriado nacional, los esfuerzos han encontrado resistencia.
¿Por qué no se cambia?
Uno de los argumentos más recurrentes para no cambiar la fecha es la simple inercia. Estados Unidos tiene una larga historia de votar los martes y muchos consideran innecesario alterar la tradición.
Para justificarlo, algunos expertos sugieren que la participación en las elecciones presidenciales estadounidenses no está motivada por la fecha en la que se celebran. Consideran que el acceso a otros medios de votación más allá del presencial ha eliminado los obstáculos que pudiera implicar el voto en un día laborable. Muchos estados implementaron sistemas de votación anticipada o por correo, lo que permite a los votantes evitar el tener que presentarse en persona el día de las elecciones. Solo estados como Alabama o Mississippi continúan exigiendo el voto presencial.
Una muestra de cómo han influido los sistemas alternativos de voto es el hecho de que en las elecciones presidenciales de 2020, aproximadamente, el 70 % de los votos fueron emitidos antes del día de las elecciones; lo que indica que solo el 30 % de quienes votaron lo hicieron el martes de elección presidencial.
Las cifras fueron las más altas en la historia de Estados Unidos y pudieron estar influenciadas por los efectos de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, la tendencia al uso de métodos no convencionales de voto ha crecido de forma permanente desde 1996.
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