Radiografía de Cuba: Jóvenes dispuestos a pelear y «sangrar» por dinero en lugares clandestinos

«¿Tienes valor pa´sangrar?» Con esa frase se promociona una liga clandestina de peleas en Cuba que ofrece hasta 20 EUR por combate. En medio de la crisis económica y social que atraviesa el país, decenas de jóvenes de entre 19 y 31 años aceptan enfrentarse sin público, con la esperanza de ganar en una noche lo que muchos no consiguen en un mes de trabajo estatal.
El negocio, que habría surgido en Santiago de Cuba, se ha expandido rápidamente por redes sociales, en las que circulan videos y anuncios que prometen dinero, popularidad y la posibilidad de convertirse en figuras virales. Los combates se realizarán en espacios improvisados (techos, patios o fábricas abandonadas) y serán grabados para luego difundirse en plataformas digitales con la intención de atraer patrocinadores.
El incentivo económico es un factor decisivo. En un país donde el salario medio estatal ronda los 12 EUR mensuales, los 20 EUR ofrecidos por pelea representan una buena suma. Según las publicaciones de la llamada «liga de Combate Libre», las ganancias pueden aumentar en dependencia del nivel de exposición y las apuestas asociadas a cada enfrentamiento. Sin embargo, el carácter clandestino de la iniciativa la deja fuera de cualquier control sanitario o de seguridad.
El investigador Julio César González Pajés advirtió que este tipo de prácticas añade un nuevo componente a la violencia cotidiana que enfrentan los hombres en Cuba. La falta de oportunidades laborales, el deterioro de las condiciones sociales y la precariedad económica empujan a muchos jóvenes a participar en actividades extremas o ilegales como medio de subsistencia.
Por otro lado, se agudiza la crisis del sistema de salud en Cuba. El colapso es visible en los datos más recientes del Anuario de la Oficina Nacional de Estadística e Información. Por ejemplo, más de 77 000 trabajadores del sector sanitario han renunciado desde 2021, los hospitales carecen de recursos y se multiplican los reportes ciudadanos sobre brotes de enfermedades y falta de agua potable. La descomposición de los servicios básicos refleja el colapso de un modelo que durante décadas fue el centro de la propaganda partidista.
A lo anterior se añade que, entre 2021 y 2024, el número total de trabajadores del sector cayó de más de 312 000 a apenas 234 000, una pérdida de casi la cuarta parte de su fuerza laboral.
En ese período, además, la cantidad de médicos activos descendió de 106 000 a 75 000. La sobrecarga laboral, los bajos salarios y la falta de insumos han provocado una ola de renuncias y migraciones, dejando hospitales sin personal y comunidades con carencia en la atención médica básica.
La precariedad también se manifiesta en la infraestructura hospitalaria. Aunque el número de hospitales se mantiene en 149 desde 2021, la disponibilidad de camas disminuyó y muchos centros funcionan con equipos deteriorados o sin electricidad constante. En los policlínicos y consultorios del médico de familia —más de 11 000 en el país—, las interrupciones del servicio son frecuentes. El acceso al agua potable y a medicamentos esenciales se ha convertido en un desafío diario, y los brotes de enfermedades como el dengue y la hepatitis se han multiplicado en varias provincias, según reportes ciudadanos y datos oficiales.
La falta de higiene urbana agrava aún más la situación. Los problemas con la recolección de basura y el abastecimiento de agua han provocado un aumento de infecciones gastrointestinales y plagas domésticas, como las chinches, que se propagan ante la escasez de productos para fumigación.
Paralelamente, el país vive una ola migratoria sin precedentes. Un grupo de cubanos forma parte de la caravana migrante que atraviesa México desde el primero de octubre de 2025, enfrentando detenciones, enfermedades y hostilidad por parte de algunas comunidades locales.
Mientras tanto, en el plano internacional, el régimen cubano estrecha su alianza con Rusia. La Duma estatal ratificó un acuerdo de cooperación técnico-militar con La Habana que podría ampliar el intercambio de personal y programas de entrenamiento. El pacto se suma a las denuncias sobre el reclutamiento de cubanos para la guerra en Ucrania, en condiciones de explotación.
Entre la desesperación interna y las nuevas alianzas externas, la Cuba de hoy muestra un contraste creciente: hay jóvenes dispuestos a pelear y «sangrar» por dinero en lugares clandestinos, médicos que abandonan sus puestos por falta de recursos y un Estado que, pese a los discursos, parece quedarse sin respuestas ante la violencia, la pobreza y la migración.
*Estos temas son parte del nuevo episodio de Radiografía de Cuba que puedes ver en nuestras plataformas.
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