El suicidio y la falta de atención médica son las causas de muerte más comunes en las poblaciones penales cubanas. 

El 26 de agosto de 2024, el prisionero político Yosandri Mulet Almarales murió en el Hospital Julio Trigo, en La Habana. Mulet Almarales se había lanzado del Puente de Calabazar durante un pase del Campamento de Trabajo Forzado «Toledo». Tras el incidente, lo trasladaron a terapia intensiva donde falleció. 

Era el segundo intento de suicidio de Mulet Almarales, el primero sucedió en 2022 en la prisión Combinado del Este. Mulet Almarales fue sancionado a diez años de privación de libertad por el delito de sedición por manifestarse en julio de 2021 en La Güinera, La Habana. 

Mulet Almarales no es un caso aislado, al menos siete personas privadas de libertad se suicidaron en Cuba entre el primero de marzo de 2023 y el 30 de junio de 2024. 

De acuerdo con el informe del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC), los siete casos de suicidio fueron hombres ubicados en diferentes penales de la isla, con excepción de un recluso que se quitó la vida «tras asesinar a su pareja durante un pase de visita». 

La base de datos de violencia policial de elTOQUE y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos registró 28 suicidios bajo custodia policial entre 2018 y 2023. 

Más de 90 víctimas mortales por violencia policial en Cuba de 2018 a 2023

Las 382 víctimas de violencia policial en Cuba de 2018 a 2023 revela preocupaciones urgentes sobre derechos humanos y el abuso sistémico.

Uno de los casos fue el de Aiser Roque Rivero, de 17 años, quien murió el 5 de febrero de 2023 en la estación de Policía de Placetas, Villa Clara. Las autoridades policiales dijeron que fue un suicidio, su padre cree que fue un asesinato. 

El joven fue arrestado por manifestarse en julio de 2021 y desde entonces fue acosado y detenido en varias ocasiones. Roque Rivero iba a iniciar una huelga de hambre el día de su muerte, pero los policías dijeron que se ahorcó con el forro del colchón. Aiser no había dado indicios de tener intenciones de quitarse la vida. 

«A un niño de 18 años no se le deja solo en una celda. Dijeron que se ahorcó con el forro de un colchón y eso es falso, cuando ahí los colchones son de esponja y ninguno tiene forro», escribió su padre Yoan Roke en Facebook. 

«Eran como las siete de la noche y los colchones no los dan hasta las diez de la noche. Son muchas mentiras. Lo asfixiaron y después adornaron las cosas. Eso no es la primera vez que pasa en los calabozos», afirmó. 

Los oficiales de la estación de Placetas tenían la obligación de velar por la integridad de Aiser, no lo hicieron ni pagaron por ello. 

El suicidio es una de las principales causas de muerte en Cuba, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Según el doctor Ramón Felipe Prado Rodríguez, especialista en Psiquiatría del Hospital Universitario «General Calixto García», en la isla se registran 13 suicidios por cada 100 000 habitantes. El 70 % son cometidos por hombres. 

A inicios de 2020, las autoridades sanitarias reportaron 1 548 suicidios en el país.

¿Qué sucede en las prisiones cubanas?

 EL CDPC registró denuncias en 94 prisiones y centros de detención. Las víctimas de violaciones de derechos humanos en los centros suman 696, de las cuales 60 son mujeres y 636 hombres. Al menos 357 personas fueron agredidas en más de una ocasión. 

Las prisiones con mayor número de incidentes son: el Combinado del Este en La Habana, con 315 denuncias; la prisión de Kilo 8 en Camagüey, con 92; y la prisión 1580, también en La Habana, con 82 denuncias. Las prisiones de La Habana y Camagüey presentan un mayor número de denuncias totales, con 655 y 291, respectivamente, seguidas por las de Mayabeque, con 266 denuncias. 

En los 15 meses que abarca el informe, el CDPC registró 796 denuncias relacionadas con la falta de atención médica y condiciones de salud deficientes en las prisiones cubanas. 

Las cárceles en Cuba: sin derechos y con violencia

Uno de los mayores agujeros negros de Cuba son las prisiones.

Las denuncias incluyen falta de atención a dietas especiales, brotes de enfermedades, carencia de medicamentos y desatención médica intencionada como forma de tortura. 

De acuerdo con el informe, 50 personas murieron entre el primero de marzo de 2023 y el 30 de junio de 2024; de ellas, 32 fallecieron debido a enfermedades prevenibles. 

El documento expone que los reclusos no reciben tratamiento por condiciones crónicas y en muchos casos mueren sin acceder a la atención médica requerida. Algunos fallecieron por diabetes e hipertensión. 

Dentro de las prisiones también es común la propagación de enfermedades infecciosas debido a las condiciones insalubres y a la carencia de medicamentos básicos. 

Otro de los problemas recurrentes que enfrentan los reclusos es la alimentación. En los centros penitenciarios se ofrecen alimentos en mal estado, raciones insuficientes y escasea el agua potable. Las condiciones han provocado desmayos, delgadez y desnutrición. 

La mayoría de las víctimas son presos políticos, 469 de ellos han denunciado violaciones de derechos en su contra. 

Una de las formas de represión usadas es la golpiza. El método de castigo se emplea contra presos políticos y comunes. En el período analizado, destacan las agresiones contra Idelberto Cruz Pérez (de 73 años) y Reinaldo Oquendo Novas, quienes fueron brutalmente golpeados por las autoridades penitenciarias. 

Por otro lado, el CDPC ha identificado a 355 victimarios (47 mujeres, 367 hombres y una persona cuyo sexo no se ha determinado). Los victimarios, en su mayoría funcionarios de orden interior y agentes del Departamento de la Seguridad del Estado (DSE), son responsables de las golpizas y otros tratos degradantes documentados en el documento. 

El informe del CDPC abarca 2 395 incidentes represivos y violatorios de derechos humanos en los centros de detención cubanos. Del total de incidentes, 1 805 fueron clasificados de eventos de hostigamiento y represión, lo que representa más del 75 %. Los actos represivos incluyen desde golpizas y torturas físicas hasta reclusión en celdas de aislamiento y abusos de índole sexual.