La lógica de estos tiempos no falla. No existe torneo internacional de béisbol en el que participe Cuba y no ocurran dos cosas: otro fracaso y una fuga. Es una ciencia exacta, un cálculo preciso, una verdad de libro. El Pre-Mundial Sub-23 de pelota no fue la excepción, no podía serlo cuando nada ha cambiado en la isla.

Antes de subirse al vuelo de Conviasa que los llevaría a la capital nicaragüense, como dicta la norma, los peloteros cubanos recibieron su dosis de politiquería barata en el abanderamiento. Allí prometieron —de «dientes para afuera»— cumplir con la Revolución y, por supuesto, darle al pueblo «ese merecido alegrón». El «alegrón» de todas las competiciones foráneas y que nunca llega.

Eddy Cajigal, el mentor del equipo, afirmaba que el propósito era conseguir uno de los cuatro cupos que ofrece el torneo para el Campeonato Mundial de la categoría que se realizará en China el próximo año. Habló de «compromisos» y de la intención de «luchar por una medalla».

«Nosotros tenemos como propósito fundamental el boleto para la Copa del Mundo. Sin embargo, cubanos al fin, la mente siempre estará en el oro. Sería un gran regalo para la afición y [para] nuestro béisbol», dijo Cajigal al diario Juventud Rebelde antes de partir a Nicaragua.

De fugas masivas en el deporte cubano y el Inder como «patrocinador»

El quinto lugar por países de Cuba en los recién concluidos Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023 quedó eclipsado por otra fuga masiva de atletas noveles y encumbrados.

El mánager aseguró que sus bateadores estaban acostumbrados a lanzadores de «mayor calidad» en la Liga Élite cubana y que, por lo tanto, el torneo Sub-23 debía ser «pan comido». Como ven, alguien se cree en serio que la liguilla llamada «de élite» reúne algo sobresaliente dentro de la disciplina en la isla.

¿Cómo se prepara un mánager cubano antes de un torneo eliminatorio? ¿Alguien sabe si examinan a los contrarios o creen que con la venia bendita es suficiente? Creo, sinceramente, que más de uno en la federación beisbolera de la isla es fanático religioso y cree en milagros.

Aunque el milagro se les dio, pues ganaron un partido decisivo contra Venezuela. Con susto, pero lo del sufrimiento es una cruz que cargamos los cubanos desde hace años en el béisbol y en lo que no es el béisbol.

Cuba terminó el Pre-Mundial antes del día pactado, con balance positivo de 3-2 y con victorias ante Costa Rica, Venezuela y Curazao. Cayeron en dos ocasiones ante Colombia y Panamá. Por la zona de Cuba, los cafeteros y morochos se llevaron el boleto al Mundial de China.

El picheo cubano estuvo de lágrimas, excepto en el choque que Cuba le ganó a Curazao, en el que el zurdo espirituano Miguel Neira maniató a sus contrarios, permitió un solo imparable y propinó siete ponches.

Cuba terminó el evento con un promedio de picheo de 5.73, le hicieron la friolera de 28 carreras y sus lanzadores regalaron 22 boletos. Neira, por su parte, no lanzó más. Aprovechó que el Inder le pagó el pasaje a Nicaragua e inició por su cuenta la «ruta de los volcanes» rumbo a Estados Unidos o, al menos, a algún sitio donde pueda firmar de manera profesional.

«El zurdo cubano Miguel Neira (19) dejó la concentración de Cuba en Managua, Nicaragua, y buscará firmar con una organización de MLB. Neira salió del hotel en horas del mediodía. Cuba jugará hoy el choque decisivo frente a Panamá en el Pre-Mundial Sub-23», confirmaba en su perfil de Facebook el especialista Francys Romero.

Deporte cubano: entre fugas y bajas pospandemia

Aunque el éxodo deportivo no es un fenómeno reciente, la emigración del talento joven y las peticiones de bajas de atletas activos han mermado el nivel y calidad competitiva de los equipos Cuba en eventos internacionales.

El comentarista agregaba que Neira era «el prospecto número 3» en su listado de los mejores 25 talentos Sub-18 de 2022 en Cuba. «Con esta salida suman 70 deportistas cubanos que han abandonado delegaciones o contratos en 2023», sentenció.

Al respecto, los federativos y reporteros del oficialismo han hecho lo más habitual, lo que es costumbre en ellos, silencio. Mutis ante las fugas y calificativo posterior de «traidor» cuando bajen las aguas y los aficionados hayan digerido el enésimo fracaso del deporte nacional.

Una derrota que no por ser lo más habitual en estos tiempos deja de herir o escarbar en la herida abierta que es en la actualidad la pelota.

Pero en Cuba nada cambia por más que se multipliquen los tropezones y las fugas, y sin cambios no hay desarrollo, no se evoluciona. 

Ahí siguen estancados en sus puestos, sacándole polvo a los antiguos trofeos para vivir de las luces de antaño. Rotando mentores, como si la solución estuviera en uno u otro nombre. Mientras tanto, el aficionado sufre y carga más frustraciones. 



ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.