Es 8 de septiembre y la iglesia de la calle Buen Viaje, muy cerca del parque Vidal en Santa Clara, no cierra sus puertas durante todo el día. Vendedoras de velas, estampas y ofrendas salpican las escaleras del templo que usualmente organiza las procesiones más multitudinarias en honor a la Virgen de la Caridad del Cobre, Santa Patrona de Cuba.
En esta ocasión, solo hubo cuatro misas y las personas guardaron distancia entre sí como forma de prevención al contagio del coronavirus. Sin embargo, aun a metro y medio, el iyawó y el católico-apostólico-romano siguieron rezando juntos a la virgen más venerada en Cuba.
La santa que algunos llaman Cachita o Cacha y que otros reverencian como Oshún, la que apareció flotando en el primer cuarto del siglo XVII sobre los mares del Oriente cubano y fue recogida por descendientes de aborígenes y negros esclavos, es la misma virgen que une bajo su altar a los cubanos de dentro y fuera de la isla, sin importar poder económico o afiliación política.
Foto: Sadiel Mederos.
Los devotos de la Virgen visten de amarillo, como el manto que la cubre. Foto: Sadiel Mederos.
Ofrendas de girasoles y rosas, peticiones y oraciones escritas se acumulaban bajo el altar mayor del templo. Foto: Sadiel Mederos.
Subiendo un segundo nivel estaba la imagen de la Virgen. Una joven muestra es sus manos una pulsera identitaria de los fieles de la Regla del Ocha (santería) mientras toma una foto. Foto: Sadiel Mederos.
Las personas se tomaban unos instantes después de hacer una fila para acercarse y rezar frente a la imagen. Foto: Sadiel Mederos.
Bajando las escaleras del segundo nivel, en el ala sur de la iglesia, una sala se reserva para las más de 300 velas encendidas en tiempos de plegarias. Unas tarjas muestran una oración especial para rezar a la Virgen. Foto: Sadiel Mederos.
Los devotos suelen tener altares también en sus casas, donde le ofrendan también joyas, velas, miel, postres y frutas. Foto: Sadiel Mederos.
Imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre ubicada en la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje, en Santa Clara. Foto: Sadiel Mederos.
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