El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) documentó al menos 996 actos contra la libertad religiosa en Cuba durante 2024. La cifra supera en 60 hechos las estadísticas de 2023, lo que evidencia la continuidad de la represión estatal contra creyentes y líderes religiosos en la isla.
«En Cuba se siguen violando las libertades religiosas en sus diversas expresiones. Es un error juzgar el clima de ejercicio de estos derechos solamente desde la perspectiva de las relaciones Iglesia-Estado. Incluso, desde ese limitado enfoque, en 2024 fue evidente que no pasaron por su mejor momento si tenemos en cuenta la indiferencia del régimen ante los reclamos de la Iglesia católica local en favor de la liberación de los presos políticos», señaló el OCDH en un comunicado.
La organización registró como las violaciones más frecuentes el impedimento de asistencia a misas, las multas a líderes religiosos de iglesias no reconocidas por el Estado, el hostigamiento a cristianos (y a cristianos con un compromiso cívico) y la negación de asistencia religiosa a prisioneros políticos.
A varios presos políticos se les impidió el acceso a la asistencia religiosa. En abril, a Oscar Sánchez Madan, miembro del Foro Antitotalitario Unido (Fantu), se le negó este derecho en un penal de Matanzas. En septiembre, igual restricción fue impuesta a un manifestante de Nuevitas encarcelado en la prisión Kilo 8, en Camagüey.
Pero en 2025 las autoridades carcelarias continúan negando este derecho. En enero pasado, el preso político del 11J Roberto Pérez Fonseca no pudo reunirse con el obispo auxiliar Eloy Ricardo Domínguez Martínez por prohibición de sus carceleros, en la prisión Quivicán, en la provincia de Mayabeque.
El hostigamiento contra familiares de presos políticos y activistas religiosos también quedó registrado. En julio de 2024, la madre de un manifestante de julio de 2021, en La Habana, fue acosada y amenazada por la Policía política tras asistir a una misa. Las Damas de Blanco, organización opositora de mujeres que protestan pacíficamente cada domingo, fueron reprimidas con el fin de que no acudieran a misa.
El informe del OCDH sostiene que en Cuba existen más de 60 iglesias, ministerios o congregaciones cristianas sin reconocimiento legal. Los miembros de estas iglesias independientes fueron de los más acosados con interrogatorios, multas y amenazas legales.
En octubre, la Alianza de Cristianos de Cuba (ACC) denunció la persecución sistemática contra creyentes y la recaudación de más de 1 millón de pesos en multas a líderes religiosos.
Entre los ejemplos de represión mencionados por el OCDH están las amenazas a dos pastores en Holguín. Las autoridades les dijeron que demolerían su templo y confiscarían los bienes utilizados en las ceremonias religiosas. En julio de 2024, el obispo evangélico Jorge Luis Pérez, del Ministerio Iglesia Pentecostal Rehobot, fue visitado por la Seguridad del Estado, que intentó persuadirlo para que cancelara los servicios religiosos programados para el 11 y el 12 de ese mes.
También el sacerdote católico Kenny Fernández Delgado fue citado y amenazado por la Seguridad del Estado en agosto, luego de publicar en redes sociales un llamado a orar por la paz y la justicia en Cuba y Venezuela.
Por su lado, los laicos católicos Dagoberto Valdés Hernández y Yoandy Izquierdo Toledo, miembros del Centro de Estudios Convivencia, fueron detenidos e interrogados el 30 de abril al regresar a Pinar del Río de una conferencia en La Habana.
Las acciones del régimen cubano en contra de la libertad religiosa afecta, de acuerdo con el OCDH, a la ciudadanía que encuentra en estas instituciones ayuda ante la difícil situación económica que atraviesa el país.
Al respecto, el académico Leonardo Fernández Otaño declaró a elTOQUE: «En un contexto represivo como el cubano es común que haya represión de la libertad religiosa. La comunidad creyente, sobre todo la de inspiración cristiana, ha visto cómo los pastores, los religiosos y los laicos han sido asediados los últimos años. Es una actitud constante y que se repite día a día en un ambiente cerrado o autoritario».
En 2024, varias organizaciones internacionales denunciaron la represión contra comunidades religiosas en Cuba. Una de ellas, la organización británica CSW, informó sobre restricciones a la libertad religiosa en cárceles y contra presos políticos. Según su reporte, a los prisioneros de conciencia se les niega el derecho a recibir asistencia espiritual y materiales religiosos.
Asimismo, en septiembre, la Comisión de Estados Unidos (EE. UU.) para la Libertad Religiosa Internacional (Uscirf, por sus siglas en inglés) incluyó a Cuba en su informe sobre países que imponen restricciones severas a la práctica religiosa. El documento señala que el régimen usa un marco legal represivo para criminalizar las actividades de grupos religiosos no alineados con la ideología estatal y recomendó que Estados Unidos presionara a Cuba para que observadores internacionales acudan a la isla y se sancione a los responsables de estas violaciones.
El embajador especial en la Oficina de Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de EE. UU., Rashad Hussain, denunció la estricta vigilancia sobre lugares de culto y las amenazas a líderes religiosos en Cuba durante la sesión especial del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en octubre pasado.
Hussain mencionó las torturas a líderes religiosos dentro de las cárceles, uno de ellos es Loreto Hernández, quien presenta un delicado estado de salud.
Por su lado, Knox Thames, abogado de derechos humanos, calificó la situación de lamentable y destacó que la falta de reconocimiento legal convierte la práctica del culto en una actividad ilegal, lo cual expone a los pastores a sanciones penales.
En 2023, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos documentó 936 violaciones a la libertad religiosa. Durante ese año, se impidió la realización de procesiones en ciudades como La Habana y Bayamo y se registraron citaciones e interrogatorios a miembros del Centro de Estudios Convivencia y a líderes religiosos críticos del Gobierno.
En su Segundo Estudio sobre Libertad Religiosa, el OCDH reveló que el 68 % de los cubanos conocía a alguien que había sido acosado o amenazado por sus creencias religiosas.
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