La Resolución 63 de 2024 del ministro de Finanzas y Precios modificó el precio minorista de varias marcas de cigarrillos y de tabacos de producción nacional. La normativa justifica la decisión con el argumento de que es necesario «actualizar los precios minoristas en pesos cubanos (CUP) de los cigarros y del tabaco de consumo nacional que se comercializa por el sistema del Ministerio del Comercio Interior».
La actualización implica aumentos de entre un 100 y un 300 % en el precio del cigarro y del tabaco que se comercializa en la red de tiendas en moneda nacional que controla el Estado.
Los productos expresamente afectados son los cigarros negros que se venden bajo las marcas Criollos, Titanes y Popular; los rubios comercializados bajo la marca Aroma; los cigarrillos «Popular Autenticos» con filtro; los «H.Upman Clásicos» cortos sin filtro; y los tabacos de «consumo nacional» comúnmente conocidos en la isla como tabacos de la bodega.
La resolución aumentó los precios en la forma en que se expresa en la tabla:
La normativa del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) solo menciona afectaciones expresas en los productos antes mencionados. Sin embargo, faculta a las «cadenas de tiendas» y a «otras entidades autorizadas a comercializar de forma minorista en pesos cubanos y en moneda libremente convertible» para que establezcan de forma independiente el precio del resto de los surtidos de cigarrillos no mencionados en la resolución. Es decir, la norma faculta al resto de la red de tiendas minoristas a establecer el precio que entiendan a otras marcas de cigarrillos que comercialicen.
El aumento del precio de los productos ocurre en el marco de un proceso inflacionario indetenible en el país. Un proceso inflacionario que las autoridades cubanas han achacado, principalmente, al establecimiento de costos especulativos por parte de actores privados y a la tasa de cambio de divisas que «desde una computadora en el exterior» establecen medios de prensa como elTOQUE.
Pero el aumento estatal del precio de productos no indispensables (como lo son los cigarrillos y el tabaco) también contrasta con la decisión de las autoridades cubanas en enero de 2024 de aumentar el doble los aranceles de la importación de este tipo de mercancías.
A inicios de 2024 —y tal cual anunció el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz en diciembre de 2023— la Gaceta Oficial Ordinaria No. 9 publicó una resolución conjunta de los ministros de Finanzas y Precios y de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera que aumentaba en un 200 % (de un 10 a un 30 %) el tipo impositivo a aplicar por concepto de aranceles a la importación de tabaco y de los productos derivados (incluidos los cigarros y sus sucedáneos).
Las autoridades cubanas y no solo los particulares tienen la responsabilidad directa del incremento del precio del cigarro y del tabaco —como de otros tantos productos—. En el caso especial de los cigarrillos y de los tabacos, la responsabilidad es mucho más clara. En primer orden, porque el incremento arancelario de enero de 2024 se traducirá en un alza del precio de los cigarrillos que venden los actores privados. El aumento se producirá de forma paralela al incremento —determinado centralmente por el MFP— del costo de los productos en las redes estatales de comercio, que en teoría son alternativas al «sector no estatal de la economía cubana».
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