Cuatro años atrás, las criptomonedas eran un tema desconocido para muchos cubanos. Apenas comenzaba el acceso a Internet y palabras como bitcoin y blockchain eran desconocidas.
Sin embargo, hoy se habla de un mercado de criptomonedas en el que participan usuarios de todas las provincias. Sobre su desarrollo, perspectivas y retos se conversó en el Space de Twitter ¿Cómo está el mercado de criptomonedas en Cuba?, en el que participaron fundadores de emprendimientos relacionados con el mundo cripto.
Acerca de los inicios de la adopción de las criptomonedas como forma de pago, los entrevistados apuntaron a varias causas. «El estado actual de las criptomonedas está relacionado con el mercado informal del dólar y del euro en el país, y es una consecuencia de las medidas tomadas en 2019 sobre el uso de la moneda libremente convertible (MLC) y las tiendas en MLC», opinó Adrián C. León, creador de Fusyona, una de las primeras exchanges que ofertó criptomonedas a clientes cubanos ese año.
La decisión de establecer la MLC dejó a vendedores informales sin acceso a las monedas que necesitaban para viajar y afectó en gran medida esos negocios, continuó León, refiriéndose a personas que salían fuera de Cuba para comprar productos que comercializaban luego dentro del país. Al afectarse los negocios, tanto los vendedores como otros cubanos optaron por emigrar, y para hacerlo debían sacar más de los 5 000 dólares que la Aduana permite extraer en efectivo. «La mejor opción para estas personas eran las criptomonedas», apuntó.
Para Adrián C. León, la crisis migratoria que se ha extendido por años ha provocado que más cubanos estén fuera del país y que necesiten enviar remesas a sus familiares en el archipiélago. «Aquellos que conocían el camino de las criptomonedas lo siguen usando», expone, refiriéndose a las cripto como forma de enviar dinero a Cuba de manera descentralizada.
«El enfoque principal que están dando en Cuba a las criptomonedas es la transferencia de valor, que es su característica innata», argumentó Erich García Cruz, fundador de BitRemesas y QvaPay; dos de los negocios cubanos más conocidos que trabajan con criptoactivos. «Esta transferencia de valor se traduce en remesas, en reserva. Hay mucha gente que prefiere almacenar sus ingresos o comprar criptomonedas para “luchar”», agregó.
García Cruz también expuso otras de las potencialidades de las criptomonedas para el contexto cubano, sobre todo asociadas al comercio. «Me gusta que la gente descubra también todo el potencial que tienen las cripto para establecer tiendas virtuales, para comprar o vender servicios virtuales o de productos dentro y fuera de Cuba para los cubanos», expresó.
Sin embargo, agregó que estas potencialidades aún no se explotan al máximo entre la comunidad de emprendedores. «Ahora mismo, se enfocan en el envío de remesas o en la especulación financiera entre ellos mismos, con el tema de la MLC», puntualizó.
El también influencer abogó por que las cripto se utilicen como canal para expandir negocios, no como fin. «Antes, un cubano con CUP no podía comprar nada en Internet; ahora, un cubano con CUP, a través de un servicio, sí lo puede hacer».
Para Mario Mazzola, creador de la exchange Qbita, la existencia de esquemas poco claros de inversión también contribuyó a que crecieran los adeptos cubanos de las criptomonedas. «Es verdad que estafaron a muchas personas, pero jugaron un papel muy importante en la alfabetización sobre el tema. Quizá la gente se acercó a este mundo por la razón equivocada, con la idea de ganar dinero de manera milagrosa, pero sí aprendió muchas cosas útiles sobre la tecnología, sobre cómo funciona y se maneja la billetera electrónica».
Mazzola señaló también que la perspectiva de buscar riquezas con las criptomonedas llevó a algunos cubanos a invertir su dinero en criptoactivos y esperar a que el valor subiera, una estrategia de inversión llamada holding. «Para algunos funcionó; otros no entendieron bien desde el principio cuál era el valor real de esta tecnología, se dejaron llevar por promesas de ganancias milagrosas, y ya conocemos el final de la historia».
Durante el space, Abraham Calas, director de desarrollo e innovación de elTOQUE, presentó la actualización de la tasa representativa del mercado informal de criptomonedas, así como una calculadora para conocer el equivalente en criptomonedas de una cantidad determinada de dinero cubano fiat (CUP o MLC). La calculadora toma como referencia los valores de la tasa y su metodología.
Sobre las herramientas y los retos de la adopción de las criptomonedas, el emprendedor cubano Luilver Garcés señaló que siempre se debe buscar que los productos finales sean «digeribles». «Si eres capaz de hacer entender a un niño qué es una criptomoneda, ganaste; si eres capaz de hacer entender a tu abuela qué cosa es una criptomoneda, ganaste; pero mientras no lo logres, hay trabajo por hacer», dijo.
Una de las peculiaridades que más se manifiestan en el mercado cubano de criptomonedas es la toma del dólar como fracción de las cripto. En ese sentido, Erich García Cruz consideró que el fenómeno ocurre por el temor a la volatilidad de los precios. «La gente siempre estructura una oferta de compra o venta contra el dólar».
«La experiencia me ha demostrado que muchas personas venían de usar otras monedas, no necesariamente criptográficas», explica Liuver Garcés, refiriéndose al empleo de plataformas como PayPal. «El fenómeno de llevar la criptomoneda al dólar como referencia durante las operaciones a lo mejor deriva de que en los inicios la gente hablaba en dólares», expone.
Sobre las diferencias entre los precios del mercado cubano y aquellos internacionales, Adrian C. León precisó que es una consecuencia de la descentralización de las criptomonedas. «El precio del bitcoin en Cuba no tiene nada que ver con el precio en Estados Unidos, con el precio en Brasil y eso va a ocurrir en todos los países».
Respecto a por qué la adopción de las criptomonedas aún no es masiva en Cuba, Mario Mazzola apuntó al funcionamiento, que se centra en operaciones peer to peer (punto a punto) y que requieren una billetera electrónica. «No es tan fácil para cualquier persona que no esté fuertemente motivada para empezar este viaje de aprendizaje».
Según Mazzola, la desconfianza que generaron los esquemas poco claros de inversiones también influyó en que las personas decidieran no utilizar criptoactivos, así como la volatilidad de los precios.
Para Liulver Garcés, la llegada tardía en 2018 del acceso a Internet a gran escala en Cuba ha influido en que no exista una gran penetración de los temas relacionados con la blockchain y criptomonedas como el bitcoin. «Primero tenemos que informatizarnos como país, aprender de un montón de conceptos que no nacieron ayer con el Internet de hace cuatro años para acá, sino que existen y existían incluso antes de Internet, como la privacidad y la protección de los datos», acotó.
«El reto es más educativo que tecnológico», manifestó Erich García Cruz. «Hay procesos de adopción con criptomonedas que no necesariamente requieren que los actores conozcan lo que es una llave privada o cómo se cifra la transacción en la blockchain», expuso. Además, citó como ejemplo la adopción de Muun Wallet —una billetera electrónica que permite transacciones instantáneas de bitcoin— y el desconocimiento acerca de la manera exacta en que funciona.
En un último momento del space, algunos entrevistados ofrecieron su punto de vista sobre cuál sería el mejor paso a dar en un contexto marcado por la baja de los precios del bitcoin. «Si ahora mismo el bitcoin está por debajo de 20 mil —que no es el caso, está por encima—, yo esperaría a que bajara a 15 mil, por ejemplo, para lanzarme a comprar; y si tengo bitcoin que cogí barato, esperaría que esté a 30 mil», opinó Luilver Garcés.
«Si uno cree en el bitcoin, es mejor comprarlo cuando vale 20 mil y no cuando vale 68 mil», recomendó Mario Mazzola, acotando que no es una buena decisión vender propiedades personales para hacerlo.
«Mi mayor recomendación es siempre seguir la regla básica del trading (compraventa para obtener ganancias) que es nunca invertir más de lo que debes estar dispuesto a perder», sentenció Adrián C. León, creador de Fusyona.
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