Abel y su esposa estudiaron con detenimiento las posibles rutas para salir de Cuba. Él intentó acceder a algunos estudios de posgrados y gestionar una beca, pero no obtuvo respuestas. La pareja estuvo en Rusia a mediados de 2022 y tampoco halló un camino seguro. Valoraron Nicaragua, pero conocían los riesgos por esa vía y los altos precios que exigían los coyotes para guiar la travesía.
Su travesía desde Serbia hasta España muestra el drama humano de la migración cubana.
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