Montaje de la autora.
El sueldo de un pelotero cubano equivale a un cartón de huevos
19 / enero / 2025
Dos acontecimientos apuntaron esta semana contra el maltrecho estado (económicamente hablando) del deporte y de los deportistas en Cuba. Una situación que no es nueva, pero que se repite año tras año sin que exista una solución a mediano o corto plazo.
En esta ocasión, la Serie Nacional de Béisbol enfrentó una nueva crisis tras la renuncia de varios peloteros del equipo de los Tigres de Ciego de Ávila, quienes decidieron apartarse del torneo debido a los bajos salarios.
De acuerdo con la página de Facebook Tigres Avileños, esta semana se conoció la decisión de importantes figuras del equipo de Ciego de Ávila quienes aseguraron que su salida del equipo no respondía a diferencias con la dirección del equipo, sino a la imposibilidad de sostener económicamente a sus familias con los ingresos actuales.
Entre los jugadores que solicitaron la baja se encuentra Osvaldo Vázquez, veterano receptor de los Tigres y exintegrante de la selección nacional.
El máscara avileño señaló: «no me voy por problemas con el equipo, al contrario, mi más sincero saludo y respeto para esa dirección y, especialmente, para Dany Miranda. Me da mucha pena no haber seguido con los Tigres avileños, pero me retiro del béisbol cubano por problemas salariales».
En una conversación con la revista Pelota Cubana, el experimentado receptor argumentó que el salario mensual de 3 500 CUP era insuficiente para cubrir las necesidades de su familia.
«Sin el béisbol, que es lo único que me gusta, puedo ayudar en la provincia o en algo relacionado con este deporte. Al final, como licenciado puedo ganar más y estar cerca de mi familia», añadió.
Sí, lo que lee, 3 500 CUP es el salario de un deportista activo en la Serie Nacional, el principal evento deportivo del país.
O sea, que el talento de un pelotero en la isla equivale casi a un cartón de huevos, que ahora mismo ronda los 3 000 CUP en el mercado informal.
Otro caso destacado es el de Gustavo Brito, joven promesa del equipo, quien también anunció públicamente su renuncia. Brito reiteró que su decisión no estaba relacionada con conflictos internos del equipo.
«Solo es el tema del salario, que no nos da para nada y tengo una familia que mantener. Me duele por el equipo y por esa dirección que me dio la confianza, pero eso no está en sus manos», recordó.
El lanzador Luis Marrero se unió a las voces críticas y señaló: «Es verdad que no es fácil mantener una casa y una familia solo con 3 500 CUP. Sé que es una decisión difícil porque separarse del béisbol duele».
Las bajas de estos jugadores no son un caso aislado.
En 2023, el talentoso pelotero Yasiel Andy González, de Holguín, abandonó la Serie Nacional por razones similares y posteriormente emigró a República Dominicana en busca de una oportunidad en las Grandes Ligas.
Ese mismo año, el árbitro cubano Reynol Alfonso también dejó su labor en el béisbol nacional debido a la precariedad salarial.
«El salario de un árbitro es muy bajo (…), en el playoff de Industriales y Santiago de Cuba me pagaron 50 CUP por trabajar en el home-plate y nadie se preocupa por arreglar esto. Con la situación actual de nuestro país, con 50 CUP no puedes comprar nada. Jamás se preocupan por el salario de los árbitros y saben de sobra que es muy poco», precisó en esa ocasión Alfonso al medio Tribuna de La Habana.
Alfonso denunciaba que su salario en esa Serie Nacional era de apenas 1 600 CUP al mes, lo mismo que el mínimo de retiro de un pensionado cubano.
La situación resume un problema estructural en el deporte cubano, en el que los salarios ofrecidos no son suficientes para retener a los talentos. El problema no solo afecta a los jugadores, sino que también amenaza el futuro del béisbol en la isla, un deporte que durante décadas ha sido emblema del país. Los sueños y la pasión por el béisbol no son suficientes cuando las necesidades básicas de los jugadores y sus familias están en juego.
El otro acontecimiento que marcó la semana también tuvo que ver con el desasosiego material de otro deportista, el campeón olímpico y mundial de la lucha, Luis Orta, quien en conversación con el canal de YouTube La familia cubana denunció que todavía esperaba porque «le dieran su casa».
«Los luchadores merecemos un respeto y un trato acorde con lo que hemos logrado, y eso no es así en la vida real. De forma individual, a mí no me lo dan (…). Creo que me hace falta mi casa, que no me han dado», dijo.
Volveremos en otra columna dominical sobre el tema.
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