La presencia de Cuba en Angola también alcanza la actividad industrial, así como la administración empresarial e institucional, sustentada por la contratación de servicios profesionales con protagonismo del 85 % en los sectores de Salud y de Educación. Los profesionales contratados por la Corporación militar Antex, perteneciente al conglomerado militar cubano Gaesa, participan en la asesoría ministerial y en la dirección de facultades en universidades y en programas docentes; en la creación de planes de trabajo y de estudio; así como en la examinación y la categorización del relevo profesional angoleño. Por concepto de intermediación, la empresa militar se agencia hasta el 91 % de lo que Angola paga a Cuba por la prestación de servicios.
Para controlar y expandir los negocios en territorio africano existen cerca de una veintena de empresas cubanas allí. De ellas, al menos ocho son sociedades anónimas de la red de Gaesa enlistadas en el Registro de Contribuyentes de Angola y tienen sus sedes en barrios exclusivos de la capital (Ingombotas y Alvalade). Las sociedades anónimas interconectadas entre sí a través de sus socios y accionistas son administradas por Antex, que figura en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos debido a las sanciones comerciales de Washington al régimen de La Habana.
De acuerdo con los registros del Ministerio de Finanzas y del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Angola, las sociedades mercantiles surgieron entre 1993 y 2009 y evolucionaron de sociedades limitadas a sociedades anónimas, cuyo diapasón es amplio y les permite la creación de sucursales o filiales en el territorio nacional y en el extranjero. Además de Meditex, existen dos empresas de Antex para proyectos, representación y contratación, y cinco compañías diversas de Imbondex que se mueven en el sector de la Construcción y la Gestión Empresarial, entre muchos otros.
Imbondex es un acrónimo que remite al árbol nacional de Angola, el Imbondeiro, una especie gigante también llamada baobab que tiene la doble cualidad de ser un símbolo cultural de fuerza y la unidad; así como una amenaza que hay que cortar a tiempo en el pequeño planeta de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry para que no lo destruyan todo.
En efecto, con una amplia gama de actividades comerciales en los servicios, la Salud, el turismo, la construcción, la inmobiliaria, el transporte, la minería, la pesca, la electrónica y en la informática las empresas Imbondex alcanzan grandes proporciones. Su presencia en el país africano data de al menos la década de los noventa y conecta a Angola con el Principado de Liechtenstein, un diminuto paraíso fiscal europeo convertido por el régimen cubano en sede de operaciones mercantiles de bajo perfil para burlar el embargo estadounidense, según una investigación del Miami Herald / El Nuevo Herald y McClatchy.
Imbondex Corporation Establishment (registrada en el Principado en 1990) creó en Angola una empresa de materiales de la construcción en 1994 y también aparece de socio de otra empresa creada en 2001, Imbondex Comercio General y Prestación de Servicios. La mención de estos y otros activos (Antex Proyectos, Fiscalización y Consultoría; Imbondex Construcciones y Materiales de la Construcción; Imbondex Turística e Imbondex Marítima) aparecen en un documento notarial en 2016 a propósito de la conformación de una sociedad anónima. El ciudadano cubano Jorge Acosta Carballo, un alto funcionario gubernamental quien fue, al menos en 2021, vicepresidente de Antex, funge de representante de las empresas en el documento legal y actúa, por consiguiente, en calidad de testaferro.
Un proyecto para la creación del sitio web de Antex, encargado ocho años atrás al Instituto Superior de Diseño de Cuba, describe la intención de unificar virtualmente «la red de centros que administra» la corporación cubana en Angola y en Namibia, donde también los militares cubanos tienen presencia. El documento con la propuesta de diseño del sitio web (actualmente inexistente) y la intranet institucionales, confirma que las empresas Antex Angola, Imbondex Comercio General, Imbondex Turística, Meditex, Imbondex Construcciones y Antex Proyectos son parte de la red.
Mediante estas compañías, el Gobierno de Cuba lidera el negocio de la contratación masiva en Salud y en Educación, extiende su influencia económica más allá de la venta de servicios profesionales y garantiza los negocios de al menos otra docena de empresas estatales cubanas en territorio angoleño.
Millones por contratos y pagos directos a Cuba
Un informe del Tribunal de Cuentas del Estado angoleño en 2019 muestra la realización de pagos en efectivo de parte del país africano al Banco Financiero Internacional de Cuba (perteneciente a Gaesa) que, al menos ese año, fue el banco de destino que más transferencias recibió con 104.1 millones de dólares. En informes similares, durante el quinquenio 2013-2017 Antex figura entre los 14 primeros destinatarios de pagos de Angola que alcanzan los 1 210 millones de dólares.
No ha sido posible acceder a la actividad financiera entre Cuba y Angola del resto de los años, salvo a través de contratos publicados en la Gaceta Oficial del país y otra información en medios angoleños.
Ninguna de las empresas creadas con fondos públicos rinde cuentas de su gestión ni de sus ingresos. Tampoco respondieron a las 28 solicitudes de información y de entrevistas en el marco de esta investigación que incluyeron instancias gubernamentales. La falta de transparencia impide dimensionar el verdadero alcance de la actividad comercial entre ambos países.
No obstante, quien hasta 2022 fuera el director de Desarrollo y Negocios de Antex, Adonis Norberto De los Santos Siveright, en la red profesional Linkedin presume de administrar «carteras de contratos de más de 200 millones de dólares anuales» en sus casi 20 años al frente de la intermediación en la empresa.
Además de Liechtenstein, se han podido verificar conexiones de empresas cubanas en Angola con otros países. Una investigación anterior de elTOQUE y CONNECTAS sobre el alcance de Gaesa citaba datos de Import Genius sobre la compra de materiales de la construcción a Rusia por parte de Imbondex Construcciones a través de la figura jurídica registrada en Luanda como Antex Angola Prestación de Servicios S. A. Los registros de 2011 y 2012 obtenidos para esta investigación por cortesía de Import Genius, ubican a las compañías proveedoras rusas Intercom e Ivert en San Petersburgo. Las empresas se encargaban de transportar hacia Panamá y Luanda los materiales que Imbondex les había comprado.
Las inversiones en la Zona Económica Especial Luanda-Bengo, sobre todo en una fábrica de helado y yogur que comercializa la marca cubana Coppelia constituyen otra arista de la presencia cubana en Angola. Priority Industrias, nombre comercial de la fábrica, empleaba en 2020 a 11 trabajadores cubanos, según registros de Antex a los que se tuvo acceso exclusivo para este reportaje.
La revisión de 30 ediciones de la Gaceta Oficial de la República de Angola —que incluyen documentos notariales y convenios comerciales—, las consultas de récords mercantiles del país africano y de la base de datos Luanda Leaks, así como de notas de prensa y documentos de Antex permitieron constatar que el entramado comercial de los militares cubanos en Angola abarca cerca de 30 sectores y áreas económicos. Entre ellos destacan defensa, energía, industria petrolera, orden interior y recursos hidráulicos. Al menos hasta agosto de 2023 —la más reciente cifra oficial disponible—, el 10.3 % del total de cubanos contratados por Antex se desempeñaban en el área empresarial.
Cuba también administra en Angola una agencia de viajes llamada Atlántico Azul, que opera desde 2006 en el país africano y pertenece a Imbondex Turística S. A. La agencia promociona destinos de la mayor de las Antillas y el turismo de Salud. A través de una alianza con la Empresa de Servicios Médicos Cubanos Servimed, la actividad de Atlántico Azul se ha extendido a los colegios médicos e incluye la gestión con la Embajada cubana del visado a la isla, el vuelo directo de Luanda a La Habana con la compañía aérea angoleña TAAG «y [el] transporte desde el aeropuerto José Martí, en La Habana, hasta el hotel, con una noche garantizada», según reportaba Jornal de Angola en 2011.
La agencia de viajes también brinda servicios a los colaboradores cubanos, de acuerdo con una denuncia de galenos en Angola a quienes la empresa llegó a cobrar 1 800 USD por boleto de avión de Luanda a La Habana. Los negocios se han visto reforzados desde 2022 debido a la firma de memorandos de entendimiento en las áreas de turismo e inversiones.
Los tentáculos de Gaesa en la construcción, la industria petrolera y la minería
En la construcción, los militares cubanos han encontrado un jugoso negocio para engrosar sus arcas. Datos recopilados por el sitio independiente MAKA, que fiscaliza la gestión del Gobierno en Angola, indican la firma de convenios millonarios, entre ellos, dos en 2004 para el saneamiento integral de Luanda por valor de 4.7 millones de dólares. Del total, el Gobierno local asignó 1.2 millones de dólares a Antex por concepto de «prestación de servicios de asistencia técnica» y 3.5 millones de dólares a Imbondex «para la compra de productos biológicos y químicos».
Entre las irregularidades observadas por MAKA, la más alarmante es que la Casa Militar del presidente de la República de Angola (quien contrató a las empresas cubanas) no asumió el gasto de las obras. En su lugar, nombró responsable del financiamiento al Gobierno provincial de Luanda, en clara violación de mecanismos de pago y ejecución establecidos. El pago se realizó por «transferencia bancaria al exterior del país, a favor de Antex» —autorizada por José Eduardo Do Santos, presidente angoleño de 1979 a 2017 y aliado fiel del régimen de Cuba hasta su muerte—.
En 2014, Cuba y Angola suscribieron un memorando de entendimiento que encargaba a Antex, a través de la empresa Imbondex, de un programa de rehabilitación de infraestructuras de autopistas. Para ese año, la intervención de las constructoras cubanas en Angola era visible en las provincias Bengo, Cuando Cubango, Bié, Huíla, entre otras, y el Gobierno había autorizado 500 millones de dólares extras para la realización de obras públicas.
El acuerdo, firmado por Dos Santos durante una visita oficial a La Habana en junio de 2014, se extendía hasta 2017 e incluía la construcción y modernización de seis aeropuertos, en cuyas obras también fueron contratados profesionales cubanos. Solamente por la rehabilitación de los aeródromos de Monogue y Ndalatado, Imbondex Construcciones aseguró dos contratos por más de 66.2 millones de dólares, según relatorías de cuentas del Estado angoleño en 2013 (año en el que Antex se agenció cerca de 140 millones de dólares más en negocios pactados).
Los contratos en cuestión —señala el documento oficial— se firmaron «en contravención» de la legislación angoleña vigente entonces sobre el uso del presupuesto del Estado, que prohibía pagos en divisas asociados a gastos variables o fluctuantes. Lo anterior quiere decir que, al acordar pagos en moneda extranjera, un desplome del kwanza obligaría al Gobierno africano a destinar montos extras para cumplir su parte del trato, como ha sucedido en otros negocios con Antex.
Por su actividad constructiva en la provincia Bengo, Imbondex se vio envuelta en denuncias de ocupación y expropiación de tierras por parte de vecinos del barrio Burgalheira, en la comuna Panguila, municipio Dande, una de las localidades «invadidas por elementos fuertemente armados» que «custodiaban» las excavadoras, reportó el Jornal Angolense el 21 de junio de 2014.
En la construcción del aeropuerto principal de Catumbela, en Benguela, Imbondex formó parte de un consorcio de empresas liderado por el conglomerado brasileño Odebrecht, involucrado en escándalos de corrupción y de lavado de dinero. Aun así, la compañía continuó operando sin contratiempos en la nación africana que, a su vez, ocupa el puesto 121 de 180 en el Índice de percepción de la corrupción. La obra —financiada en un 50 % por el Banco de Desarrollo Brasileño e inaugurada en 2012 por el presidente Dos Santos— costó 250 millones de dólares y en 2023 aún no contaba con la certificación para el tráfico internacional. Hasta el momento, únicamente opera vuelos domésticos, según las reseñas de Google Maps.
De 2017 a 2019, Imbondex Construcciones se agenció contratos por valor de, al menos, el equivalente a 315.5 millones de dólares en proyectos, al cambio oficial de entonces. De ellos, 301 millones de dólares fueron para la construcción de 283 km de carretera y 75 metros de puentes en Bengo, contrato que perdió Cuba en 2020 por incumplimiento —aunque la cifra cambió, según cálculos de Africa Intelligence—. Lo que en 2017 equivalía a 301 millones, en 2020 se había reducido a 77 millones de dólares por la devaluación del kwanza en un 75 % desde la firma del contrato hasta su cancelación. Se desconoce si Imbondex llegó a recibir parte del pago presupuestado.
Los restantes 14.3 millones de dólares fueron para labores de reparación y rehabilitación hidráulica acordadas a finales de 2019 en las comunidades sureñas Xangongo, Ondjiva y otras aledañas de la provincia Cunene. El proyecto de construcción de redes de distribución de agua (que comenzó por Ondjiva de 2009 a 2013) había sido encargado a la compañía cubana por un valor de 97 millones de dólares y para 2019 presentaba roturas importantes. Desde ese año y hasta 2021 las pérdidas fueron de más de 4.8 millones de metros cúbicos de agua. El volumen —equivalente a 3 000 piscinas olímpicas— representó el 33 % del total de agua producida en el trienio, según documentos notariales y relatorías de cuentas de la Empresa de Agua y Saneamiento de Cunene. En julio de 2023, otra avería significativa dejó sin suministro de agua a Ondjiva, Santa-Clara, Humbe y a más localidades adyacentes.
De 2009 a 2018, la empresa Cuba Petróleo (Cupet) obtenía un 5 % de interés participativo en sociedad comercial con las angoleñas Sonangol y Force Petroleum, en Cabinda, donde se encuentra gran parte de las reservas de crudo del país africano. La prospección había comenzado en 2007 bajo la tutela de la australiana ROC Oil, aunque más tarde fue absorbida por Pluspetrol Angola, filial del grupo argentino Pluspetrol, que inició la producción en 2013, de acuerdo con un informe del Ministerio de Finanzas de Angola. Los récords consultados no muestran cuánto representa el porciento en dólares.
En 2020, Cuba regresó a la zona de exploración como parte de la Petrolera VenAngoCupet S. A. (empresa mixta cubano-venezolano-angoleña). La petrolera obtuvo el 20 % de participación en Cabinda de 2020 a 2022, según relatorías de cuentas de Sonangol. Los informes no detallan el monto en dólares que factura la compañía; no obstante, a juzgar por el acuerdo de constitución de la empresa mixta a la parte cubana le corresponde un quinto de los ingresos.
Paralelo a lo anterior, el trío venía operando desde 2010 en el estado venezolano Anzoátegui, mientras que Sonangol firmó acuerdos con la petrolera cubana en 2015 para perforaciones en aguas profundas de la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México, como parte de los contratos de producción compartida con la estatal venezolana Pdvsa. Sin embargo, según Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, los acuerdos no arrojaron los resultados esperados.
Un proyecto que sí arrancó con buen pronóstico fue la perforación del pozo Alameda-2 en el Bloque 9 de Matanzas (al occidente de Cuba) en 2021, por la empresa australiana Melbana Energy. Con volúmenes de producción de hasta 1 100 barriles de petróleo por día, al año siguiente alcanzó los 16.1 millones de dólares en activos, según las cuentas de Sonangol y reportes en medios de comunicación. Fue la petrolera angoleña quien cubrió el 85 % de la inversión del proyecto por valor de 3.7 millones de dólares, lo que «parece ser un pago de su deuda política con Cuba», razona Piñón —quien no descarta el intercambio de «petróleo por servicios médicos / farmacéuticos… como lo han hecho Argelia y Venezuela»—.
Inversiones de tal calado en la isla han ocurrido mientras Cuba constituye uno de los principales deudores de Angola. Al menos en 2020, la nación caribeña encabezaba la lista de 12 países que debían dinero al Gobierno angoleño, 11 de los cuales eran africanos. La suma ascendía ese año a 200.4 millones de dólares de la parte cubana, según el economista y profesor angoleño Carlos Rosado de Carvalho, quien al ser consultado sobre la fiscalización de los adeudos e ingresos cubanos más recientes respondió:
«No hay información sobre la deuda de Cuba con Angola, salvo la que publiqué y que aparece en la Cuenta General del Estado. Las relaciones entre Angola y Cuba no son muy transparentes, poco o nada se sabe». Cifras del Gobierno angoleño confirman que en 2021 y 2022, la isla se ha mantenido entre los principales deudores con igual monto, 200 millones de dólares.
Tampoco ha sido posible acceder a datos actualizados sobre la participación de las empresas militares en la explotación minera en Angola, salvo la mención de un acuerdo bilateral de cooperación firmado en 2009 y ratificado en 2015. Dos años más tarde, al menos un colaborador cubano trabajaba en la Sociedad de Metales Preciosos de Angola (Somepa), según nóminas de Antex.
A partir de la revisión documental, se supo que Antex fue autorizada por el Ministerio de Geología y Minas de Angola para la explotación y comercialización de metales preciosos, en sociedad público-privada con otras cuatro empresas. La parte cubana recibió un 20 % de los «derechos mineros de prospección, investigación y reconocimiento de oro en la región del M’Popo», en Huila. El valor de la fracción en moneda dura se mantiene entre signos de interrogación.
Lo que sí fue posible constatar, gracias a coberturas mediáticas de visitas e intercambios oficiales del alto mando político y militar, es la vigencia de los «nexos económicos y comerciales con muchas reservas por explotar» y la intención de «continuar desarrollándolos», según declaraciones en 2023 del primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz. El convenio más reciente en el área fue firmado en marzo de 2024.
De 2004 a 2020, las empresas cubanas se beneficiaron de acuerdos valorados en unos 6 527 millones de dólares, según cuentas del Estado y documentos notariales del país africano. La cifra es apenas un indicador de los millonarios ingresos del régimen de La Habana en Angola.
*Este texto es un fragmento de la investigación Misión de Cuba en Angola realizada por elTOQUE con el apoyo de CONNECTAS, de la autora Annarella Grimal.
Puedes acceder al reportaje completo aquí.
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