En la noche del 14 de julio de 2022 se produjo una protesta en los Palacios, Pinar del Río. Los pobladores salieron a la calle porque, según demuestran las imágenes divulgadas en redes sociales, estaban molestos con la situación del país, en específico por los prolongados apagones.
La protesta se produjo en un contexto complejo, pues las autoridades cubanas se mantenían en una alerta especial debido al primer aniversario del 11J.
Muchas personas en Cuba identifican el origen de sus problemas en la inoperancia del sistema político y en la ineptitud y la tozudez de sus gobernantes. Por eso, en las protestas populares cubanas de los últimos tiempos se escucha casi siempre un mismo verso de una misma canción.
Quienes gritan «Díaz-Canel, singao» durante un apagón en señal de protesta no son vándalos o vulgares, sino simples cubanos cansados. Pero esto que parece evidente, no lo es para la propaganda cubana, empecinada en contar una realidad alternativa, una posverdad.
Los medios de comunicación en Cuba son especialistas en distorsionar la realidad de forma deliberada, en señalar aquellos elementos en los que son más influyentes los sentimientos o creencias personales que los hechos en sí.
Por esa razón, y para evitar la narrativa real de los hechos, el Ministerio de las Comunicaciones y funcionarios estatales tuitearon toda la noche imágenes y mensajes que reflejaban calma en el país. Además, la plataforma Inventario reportó que CloudFlare —un proyecto dedicado al monitoreo del Internet en el mundo— detectó un apagón de Internet en Cuba entre las 12: 45 p.m. y la 1:50 a.m.
La protesta en Los Palacios pudo reflejarse como la demostración de inconformidades de esos pobladores; pero los medios estatales prefirieron tratarla como una agresión en toda regla.
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