Durante 2021, a pesar (y debido) de la pandemia de COVID-19, la sociedad civil cubana vivió y protagonizó hitos significativos de participación y protesta ciudadana. Articulaciones de diversa índole se suscitaron en todo el territorio nacional para mostrar descontento y desacuerdo con políticas y manejos estatales.
Desde el 27N enfrentándose al Ministerio de Cultura para exigir el derecho de artistas y creadores, la presión de los animalistas para que se promulgara la ley de protección animal, desacuerdos con el destierro de ciudadanos cubanos (Karla M. Pérez, Hamlet Lavastida, Katherine Bisquet), huelgas de hambre, protestas del Movimiento San Isidro, hasta las multitudinarias manifestaciones del 11 de julio y lo acontecido con la plataforma Archipiélago y la solicitud de una marcha pacífica antigubernamental, mostraron el activismo multiplicado de estos actores sociales.
La sociedad civil, como apuntaba el filósofo alemán Jürgen Habermas, se concibe como contrapuesta al poder público o al Gobierno como esfera privada en su totalidad. De manera principal, afirma uno de sus principales estudiosos, John Keane, la sociedad civil se convirtió en «una estrofa en la poesía de la resistencia práctica y no violenta al poder total del Estado»; y cambió el pensamiento onvencional sobre cómo alcanzar la democracia allí donde no la hubiere.
La Cuba posrevolucionaria secuestró a la sociedad civil para la causa de la ideología en el poder y la despojó de las elementales formas para fortalecerse y ejercitar su papel y su derecho. Esa realidad dio un vuelco significativo el 11J. El camino que resta no es del todo predecible y de seguro le esperan retos.
Te presentamos cuáles fueron los hitos de protesta ciudadana en 2021.
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