Negar o dificultar el acceso a ayudas técnicas como bastones y muletas, es una de las formas de maltrato a los ancianos. Foto: Amarilis Magaña.
Maltrato a personas mayores en Cuba, otro asunto social pendiente
17 / junio / 2022
La Encuesta Nacional de Envejecimiento de la Población (ENEP-2017) reveló algunos datos sobre el maltrato a los ancianos en Cuba: el 11% de las personas entrevistadas han experimentado al menos una situación de maltrato, ya sea porque no se han tenido en cuenta sus criterios o no le han sido proporcionadas las ayudas técnicas que requieren como espejuelos, bastones, muletas, etcétera.
Fuera del hogar, en la calle u otros lugares públicos, se registra un porcentaje aún mayor de situaciones de maltrato (16.1%). Quienes han sido maltratados se quejan de mala atención en los servicios públicos (80%), así como de irrespeto e insultos. Han experimentado situaciones de rechazo, agresiones físicas o verbales, o se les ha negado auxilio. En menor proporción, han sentido miedo a ser víctimas de robos o asaltos. La encuesta ENEP-2017 también reportó la incidencia de situaciones de maltrato patrimonial (2.2%) que afectan a personas mayores en sus derechos de propiedad o la posibilidad de perder sus bienes.
Es importante tener en cuenta que las situaciones de maltrato siempre contemplan algún nivel de subregistro, debido a las dificultades y miedos a realizar denuncias y la poca visibilización pública del problema.
Elaine Acosta, directora de Cuido60, proyecto encaminado a promover el debate público sobre las vulneraciones de los derechos de las personas mayores y sus cuidadores en Cuba y en América Latina, piensa que esta problemática —que existe tanto en países en desarrollo como desarrollados— no está suficientemente visibilizada. «Tan solo en unos pocos países desarrollados hay tasas de prevalencia o estimaciones que se sitúan entre un 1% y un 10%.
En este contexto, Cuido60 y el Centro Loyola Reina de La Habana desarrollaron el seminario online en el marco del «Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez», declarado por la ONU. El encuentro tuvo entre sus objetivos visibilizar experiencias de trabajo que desde la sociedad civil cubana se desarrollan para aumentar la promoción y protección de los derechos de las personas mayores y, al mismo tiempo, contribuir a la formación y el fortalecimiento de las competencias existentes en organizaciones de la sociedad civil de cara a una mejor atención y servicio a esta población.
El seminario fue moderado por la propia Elaine Acosta y participaron como panelistas Teresa Abusleme, directora de estudios de la Fundación Procultura de Chile; Junior González, miembro del proyecto Más Corazones; Orgiel Sanzo y Orlando Barbán, director y subdirector del Centro Loyola en La Habana, respectivamente, y; Teresa Díaz, investigadora de Cuido60. También participaron adultos mayores que forman parte de los distintos proyectos asociados o apoyados por el Centro Loyola.
«El maltrato a las personas mayores puede conllevar graves lesiones físicas, pérdidas materiales significativas y consecuencias psicológicas prolongadas», comenta Acosta.
Hace poco fue noticia en redes sociales la historia de un anciano conocido como Pacheco, que decidió terminar con su vida, presuntamente movido por la imposibilidad de pagar una multa impuesta por inspectores de su provincia, Las Tunas. De acuerdo a su hija, Pacheco, de 83 años, era el principal sostén de su familia, que también integra otra anciana postrada y de la que es la única cuidadora.
Según Elaine Acosta, cada vez con más frecuencia se observa en redes sociales y en medios de prensa situaciones de maltrato, negligencia o abandono, por parte del Estado cubano y sus instituciones, pero también de las familias y la sociedad en su conjunto. «Las tasas de maltrato a las personas de edad han aumentado durante la pandemia de COVID-19, pero no contamos con un diagnóstico exhaustivo de su impacto en Cuba».
Acciones de solidaridad
En Cuba, la investigación, las leyes y políticas públicas, así como la intervención social sobre el tema son aún incipientes e insuficientes. El déficit de estadísticas actualizadas y desagregadas respecto a las situaciones de maltrato a las personas mayores contribuye a invisibilizar el maltrato. Mayor transparencia es necesaria, en especial porque la sociedad cubana es una de las más envejecidas de la región, con una población mayor de 60 años que se acerca al 21 %. Sin embargo, pese a la falta de información sobre el tema, se cuenta con un avance modesto, y es la publicación en 2019 de los datos revelados por la ENEP-2017.
Además de esta encuesta, iniciativas impulsadas por personas y organizaciones de la sociedad civil, se suman a otras estatales para mejorar las condiciones y calidad de vida de las personas mayores. El proyecto Otoño es una de ellas. Coordinado por el Centro Loyola Reina, Otoño busca favorecer el envejecimiento activo y saludable de las personas adultas mayores, a través del desarrollo de oficios o iniciativas de emprendimiento que les permitan reducir los niveles de dependencia.
También el proyecto Más Corazones trabaja en la atención de la población en situación de calle (que no tienen hogar), a través de la preparación y distribución de almuerzos a esas personas, así como su acompañamiento y seguimiento. Además, prestan apoyo a otros centros asistenciales u organizaciones que desempeñan una labor similar, según comentó Junior González. Asimismo, realizan acciones de apoyo durante eventos extraordinarios o emergencias climáticas como ciclones tropicales, frentes fríos, etcétera.
Iniciativas de este tipo contribuyen a deconstruir el «edadismo», un término usado por la Organización Mundial para la Salud para describir los estereotipos, prejuicios y discriminación hacia los demás o a nosotros mismos por razón de la edad.
Sin embargo, el camino es largo. El maltrato comienza dentro de las propias familias, las principales proveedoras de cuidados a personas mayores. En relación a estos datos, la ENEP-2017 reveló que el 68% de las personas cuidadoras son mujeres; la mayoría tiene más de 50 años y comparten e rol con otras labores. Un 57% de los ancianos que respondieron a la encuesta declararon su preferencia por los cuidados de las mujeres.
No es la primera vez que Cuido60 colabora con los Centros Loyola. En mayo pasado ambas iniciativas colaboraron para la realización de un «Diplomado sobre envejecimiento, cuidados y derechos».
Ante las crecientes y urgentes necesidades de la población mayor y sus cuidadores, Cuido60 planea continuar trabajando desde la investigación, el monitoreo y el fortalecimiento de proyectos de la sociedad civil, en la sensibilización y el llamado de atención sobre las necesidades y derechos de este creciente grupo de personas, especialmente los más vulnerables.
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