*Actualizado
#Lecheparalosniñosya es la etiqueta que han usado varias madres en los últimos días para exigir ese alimento para sus hijos.
Según se supo a través de redes sociales, en provincias como Guantánamo la poca leche disponible es para los niños de 0 a 2 años. El resto debe esperar a que «exista disponibilidad».
Esta situación no es puntual. En los meses de diciembre de 2023 y enero de 2024 muchas madres confirmaron que no recibieron completa la leche de sus pequeños.
Ante la presión que ejercieron las madres en redes sociales, el jueves 15 de febrero de 2024 la ministra de Comercio Interior (Mincin), Betsy Díaz Velázquez, confirmó a medios locales que existen serias dificultades con la leche en polvo y fluida, lo que implica que varias familias con niños entre 2 y 7 años no podrán adquirir toda la necesaria para un mes.
Solo está segura la «cobertura» de leche durante 10 días (del 25 de febrero al 5 de marzo) para bebés de cero a seis meses, y para los de seis meses a dos años (del 15 al 25 de febrero). Estos últimos niños no reciben leche desde el día 5 de febrero.
La titular agregó que los menores de entre dos y siete años solo tendrán garantizada la leche de cinco días. Los niños con enfermedades crónicas recibirán únicamente la mitad de sus cuotas.
Según las declaraciones de la titular, las afectaciones están dadas «por atrasos en la disponibilidad de los inventarios y el déficit de combustible, así como por otras causas».
En las provincias de Ciego de Ávila y Santiago de Cuba se «apela a productos no ideales» como el sirope.
Yulema Yero Pérez de Corcho, directora comercial de la Empresa de Productos Lácteos en Ciego de Ávila confirmó al periódico Invasor que solo los niños de 0 a seis meses de edad recibirán la cuota normada de leche en polvo, de siete meses a dos años un litro de leche fluida diariamente y a partir de tres años y hasta siete medio litro de leche y «se les asignará, además, una cantidad de refresco instantáneo vitaminado, en producción actualmente, para compensar el equivalente a la leche que dejarán de recibir en el mes».
Mientras en Sancti Spíritus, Villa Clara y Camagüey está garantizada la leche producida por campesinos.
Betsy Díaz Velázquez enfatizó lo importante que es recolectar leche fresca y criticó que los campesinos desvíen leche hacia mercados informales o para hacer queso y yogur, especialmente durante la crisis.
El productor José A. Casimiro, propietario de la Finca del Medio contó que los precios del ganado y la leche son «casi humillantes». «Para hacer un dólar tengo que vender 17 litros (l) de leche y además transportarla por 500 pesos. O sea, habría que sacar 25 l solamente para el viaje. ¿Dónde está la rentabilidad?», explicó en sus redes sociales.
«Estamos ocupados diariamente en buscar alternativas», insistió en declaraciones a la prensa Díaz Velázquez, pero no hizo referencia al descontrol estatal existente que denunciaron los campesinos a Escambray, a finales de enero de 2024.
«Aunque no se ha suspendido ni se suspenderá, no hay garantía para las dietas y la leche se repartirá cuando haya», informó al semanario espirituano Alberto Cañizares Rodríguez, director de la Empresa Láctea Río Zaza.
La titular del Mincin también hizo alusión a la leche que importan las mipymes y que «no pueden compararse con las del Estado».
«Las cantidades compradas por el sector privado son inferiores y recuperan el costo porque venden en moneda nacional y después compran divisa», enfatizó Díaz Velázquez. «El Estado sigue vendiendo la leche extremadamente subsidiada. No es un contenedor lo que compra, sino 2 mil toneladas o más. La leche estatal es para todos, pero las de las mipymes no».
No obstante, reconoció que han conversado con los emprendedores para que les vendan la leche «pero tenemos que pagarla a sus costos. Algunos de esos actores han incorporado sus productos para garantizar los consumos de la población».
La irregularidad en el suministro de la leche y otros productos de la canasta básica no es nueva. En febrero de 2022 Díaz Velázquez, confirmó retrasos en la venta de los productos de la libreta de abastecimiento. En los últimos meses los problemas han aumentado y cada vez son menos los «mandados».
«Tenemos que unirnos e ir para donde sea. Ya es mucho. Los niños de nosotras son los que lloran por un pomo de leche y nos duele decirles que no hay y no tenemos de dónde sacarla», comentó una madre habanera tras ver las declaraciones de la ministra cubana en el Noticiero.
No quitaron la libreta, quitaron los productos
Más de 170 personas comentaron en las redes de elTOQUE cuando preguntamos qué productos habían llegado a sus bodegas a inicios de febrero de 2024. La mayoría de las respuestas coincidían en «nada» o «muy poco». Apenas una o dos libras de arroz y azúcar, y sal.
Aunque algunos hicieron chistes y bromearon con el asunto —mejor reír que llorar—, muchos de los comentarios no solo reflejaron preocupación ante el desabastecimiento sino también rabia e impotencia.
Los reportes fueron desde las provincias de La Habana, Villa Clara, Matanzas, Mayabeque, Holguín, Granma, Cienfuegos, Santiago de Cuba, Sancti Spíritus, Guantánamo.
En muchos casos los productos llegan incompletos con la «promesa» de que luego se entregará el faltante y, en otros casos, ni siquiera llegan los correspondientes a un mes, y en la «vuelta» siguiente entregan —como si nada—, el que corresponde al mes en curso.
Pero los cubanos —cuando se trata de los mandados—, tienen buena memoria.
«Todavía estoy esperando el pollo de diciembre que dijeron en la televisión que estaba garantizado», comentó a mediados de enero de 2024 un usuario residente en La Lisa.
El 14 de diciembre de 2023, Frank Silva, director de venta de mercancías del Mincin aseguró en la televisión nacional que «el país ha hecho un esfuerzo importante en financiar el producto y después del día 20 de diciembre debía arribar el pollo que cubriría toda la canasta del país».
Sin embargo, la inestabilidad no ha existido solo con la «proteína», sino también con el resto de los alimentos: granos, cereales, aceite, etcétera.
La congelación de los ríos en Canadá, las afectaciones climatológicas, atrasos en la disponibilidad oportuna de inventarios, la falta de combustible, las limitaciones financieras y las sanciones estadounidenses, son algunas de las justificaciones que han dado los funcionarios ante los problemas con la distribución.
Para «solucionar estos problemas» se supo recientemente que entre las proyecciones de 2024 está la reorganización «del canal de distribución mayorista de alimentos desde los puertos hasta cada municipio, obtener una gestión más integral de los procesos de comercialización con facturación en tiempo real de cada puerto con la implantación del sistema Distra, ordenamiento de los flujos financieros, los ciclos de cobro y pago, radicando los desfavorables saldos de cuentas por cobrar y pagar fuera de término, y alcanzar la depuración contable de los saldos existentes».
Los «objetivos» se parecen mucho a los planteados en diciembre de 2021 durante las sesiones del Parlamento.
En aquel momento la titular del Mincin Betsy Díaz Velázquez «identificó» como cuestiones a resolver en 2022 «las causas de las insatisfacciones ciudadanas, centradas en la baja disponibilidad de recursos y mercancías para la venta, incumplimiento de atribuciones y obligaciones de los cuadros, e incorrectos métodos y estilos de dirección de los jefes, indisciplinas e ilegalidades; además existen otras inconformidades con la calidad de productos; escasa disponibilidad de otros y respecto a los precios de algunos, retrasos en la comercialización, incumplimiento de horarios, y críticas al sistema de servicio electrónico».
Poco ha cambiado el panorama en los dos años siguientes.
La libreta de abastecimiento «es una distorsión»
Un fantasma recorre la isla de Cuba: la eliminación de la libreta de abastecimiento. Aunque no pocos economistas insisten en la importancia de subsidiar personas y no productos, siempre que el Gobierno cubano ha hecho alusión a esta medida, la gente ha puesto el grito en el cielo.
La última vez fue en diciembre de 2023 durante la Asamblea Nacional del Poder Popular. En ese momento el Primer Ministro Manuel Marrero dijo que «no es justo que reciban lo mismo los que mucho tienen que los que muy poco tienen. Hoy nosotros le subsidiamos lo mismo a un anciano pensionado que al dueño de grandes negocios privados que tiene mucho dinero».
La libreta de abastecimiento es «una de las distorsiones que hay que corregir», declaró días más tarde el entonces titular de economía y planificación Alejandro Gil.
De esa forma ambos reforzaban una idea que otros funcionarios también han repetido por la necesidad de eliminar los gastos derivados del subsidio de los productos de la libreta; sobre todo en los tiempos actuales cuando el 100% de los productos de la canasta básica es importado.
Entonces, ante la preocupación ciudadana tuvieron que salir a desmentir la inmediatez de esa medida, postergada posiblemente porque si a los cubanos les quitan la libreta, muy pocas alternativas de subsistencia les quedarán. Y entonces sí que va a arder Troya.
La libreta lo es todo, o casi todo, para muchas familias. El aumento de la pobreza, los bajísimos salarios y los altos precios, la dolarización parcial de la economía, y el desabastecimiento crónico, han provocado que muchas personas estén en situación de vulnerabilidad. No hace falta un documento del Ministerio de Seguridad Social que lo declare. Basta sacar las cuentas.
«Con una libra de pollo, a 300 pesos como mínimo, no come un núcleo familiar y tampoco una persona sola. En mi caso una vez», reflexionó en Tribuna de La Habana la periodista Ana Maura Carbó. «Por supuesto, es necesario tener en cuenta que también hacen falta otros artículos como, por ejemplo, las ropas, el calzado; el disfrutar de un helado, una cerveza…».
La importación de la mayoría de los mandados —antes un por ciento de algunos como el arroz, la sal o el azúcar eran de producción nacional ha creado un hueco de botella en un Gobierno sin divisas. Incluso la no existencia de materias primas para la impresión de las libretas o para el envase del café, son algunas de las limitaciones que también trata de «sortear» el Mincin.
Ante la irregularidad en la llegada de los «mandados» las autoridades del Mincin han tomado la «iniciativa» de publicar mensualmente cómo será el comportamiento de los productos.
Pero esta «planificación» no siempre se cumple. Así pudimos constatar gracias a las respuestas de la audiencia y a los comentarios en las publicaciones con la información de la canasta básica.
No obstante, en los medios oficiales, se ha vuelto recurrente celebrar con bombos y platillos la llegada de algún cargamento con productos. Incluso cuando luego aparezcan varios escollos en la cadena puerto-transporte-economía interna y demoren en llegar a los establecimientos de destino. Se cuenta la noticia feliz del inicio, pero no hay un seguimiento de la demora en el desenlace final.
En noviembre de 2023, durante el espacio televisivo Mesa Redonda, Yosvani Pupo Otero, viceministro primero del Mincin hizo alusión a cómo «en los últimos meses han ocurrido fraccionamientos en la canasta familiar, situación atípica para los cubanos».
«La familia estaba acostumbrada a recibir el 100 % de los recursos, con el per cápita establecido, los días primero de cada mes. Pero esto no ha ocurrido, lo cual nos obliga a mantener todo un esquema de seguimiento en la operación puerto-transporte-economía interna, con el objetivo de acortar los plazos desde que arriban los productos hasta que se distribuyen y llegan al consumidor».
En aquella comparecencia Pupo Otero afirmó que estaban «garantizados» varios productos, declaración que fue desmentida por los propios foristas.
A corto plazo —ni siquiera a mediano—, no se vislumbra una posible solución. Como los apagones, la irregularidad de los mandados parece haber llegado para quedarse.
La irregularidad y disminución de los productos de las «dietas» para personas con enfermedades crónicas o embarazadas, y ahora las «limitaciones» con la leche y compotas de los niños, no traen buenos augurios.
«Y si esa es la población «priorizada» ¿qué pueden esperar los demás?», se preguntó el usuario L. Rodríguez en Facebook. «Siempre hablaron de quitar la libreta, pero al final lo que quitaron fueron los productos», concluyó.
*Este texto se actualizó para incluir información de Ciego Ávila.
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