Fernando Dayán. Foto: Olimpics.com
Ni conmigo ni sin mí. Oficialismo dispara contra Equipo Olímpico de Refugiados para París 2024
2 / junio / 2024
Los dirigentes deportivos cubanos siempre han tenido el complejo de marido tóxico que reacciona mal cuando le explicas de una y mil maneras que la historia en común terminó, que no da más. Los atletas de la isla que se han exiliado o emigrado saben de los «ataques» nada sutiles.
«Ni conmigo ni sin mí», pensará más de uno en el Comité Olímpico Cuba (COC). Así que al más puro estilo de aquel perro del hortelano del conocido refrán sacan la artillería y en la prensa oficialista, que es suya, exhiben el veneno y ni «comen ni dejan comer».
Esta semana, llevan par de ataques en sus dos principales medios de propaganda —el diario Granma y la televisión nacional— hacia la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de insertar en su equipo de refugiados a dos atletas cubanos; el pesista radicado en Gran Bretaña, Ramiro Mora, y el canoísta, campeón olímpico en Tokio 2020, Fernando Dayán Jorge, asilado en Estados Unidos.
Mora, quien formaba parte del Circo Nacional de Cuba, se radicó en Gran Bretaña en 2019 durante una gira. Allí, se consagró de campeón nacional de pesas, incluso estableció un récord. Desde entonces, la carrera deportiva en su país de acogida ha ido en ascenso constante, pero no puede competir bajo sus colores.
Tras las protestas populares de julio de 2021, Mora declaró que se manifestó en La Habana y que pudieron haberlo detenido. No hay dudas de que el pesista tiene sus razones políticas, aunque el oficialismo asegure que no es cierto.
«En Cuba no tenemos libertad de expresión, así que regresé a Inglaterra y solicité asilo», dijo en 2023 al diario británico Bristol Live.
En marzo de 2022, Dayán Jorge, campeón olímpico de canoa en Tokio 2020, dio un giro a su vida y escapó de una delegación cubana que entrenaba en México y cruzó la frontera sur hacia Estados Unidos.
Dayán Jorge, de 25 años, tiene un palmarés deportivo de altísimo nivel y para esta reportera es aspirante a los primeros puestos en los Juegos Olímpicos de la capital francesa. El cienfueguero es un fuera de serie, aunque lleva dos años sin competir a nivel mundial.
Pero a la dirigencia deportiva cubana, que es lo mismo que decir a la dirigencia del país, no le gustó la inclusión de ambos en el listado de más de 30 deportistas de 11 países diferentes que conformaron el Equipo Olímpico de Refugiados.
Primero, desde el periódico Granma «dispararon» contra el COI y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) por «ser presa de la manipulación» y por nuevamente (¿por qué no?) prestarse a la «guerra criminal» de Estados Unidos contra la isla.
En un texto —orientado desde la jefatura del Comité Central del Partido Comunista— el diario Granma volvió a la vieja «cantaleta» del delito de trata de personas, un «flagelo» en el que los países más desarrollados se «roban» a los mejores hijos de las naciones pobres del sur.
Lo anterior para descargar luego su furia sobre Mora y Dayán Jorge, los integrantes cubanos del Equipo Olímpico de Refugiados, a quienes no raptó nadie, pues fueron ellos quienes decidieron comenzar su vida desde cero en otro país.
La decisión siempre ha sido de los deportistas y lo de los «cantos de sirena», otra barrabasada del discurso oficial.
Pero hay que darse golpes en el pecho y hablar de «dignidad» cuando muchos de los atletas cubanos que escapan de delegaciones interrumpen entrenamientos porque el techo de la casa se les cae, los padres no tienen qué comer, le deben premios y pagos en divisas o la comida del alto rendimiento está ideal para cerdos.
«No es Cuba la que usa el deporte como política, es el imperio vencido por 65 años al que le molesta», escriben en el papel como si fuera una verdad de Perogrullo.
Cuando no les bastó con la tinta usaron un medio con «más alcance», la televisión y su espacio estelar del noticiero. Destaco «más alcance» entre comillas porque con los apagones actuales de 12 horas el televisor es un objeto anacrónico en la casa de los cubanos.
Le tocó el turno al comentarista Pavel Otero, quien llenó de cuestionamientos la pequeña pantalla y también acusó al COI de manipulador.
«¿Estos dos atletas cubanos participaron en una guerra que los alejó de Cuba? ¿Son perseguidos por el color de su piel o la religión que practican? ¿O fueron expulsados de Cuba por sus creencias políticas?», preguntó.
Aunque el diario Granma casi los calificó de «indignos» por acogerse al Equipo Olímpico de Refugiados, el reportero aseguró que si los dos atletas ganan medallas en Cuba no los van a «repudiar» (¿más?) porque, dijo: «son hijos de nuestra tierra».
La suerte es que tanto Mora como Dayán Jorge están centrados en lo que viene, en la preparación previa a los Olímpicos de París y agradecidos, eso sí, de las segundas oportunidades que da la vida. No importa el pataleo desde Cuba, eso, en parte, apoya la decisión de por qué se fueron.
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.
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