Foto: elTOQUE.
Personas de más de 60 años, único grupo poblacional que crece en Cuba
14 / diciembre / 2022
El decrecimiento y envejecimiento de la población cubana, la baja natalidad y la migración interna desde zonas rurales hacia las urbes centraron el análisis demográfico que presentó Manuel Marrero Cruz, primer ministro de Cuba, durante el Décimo Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
En su intervención, Marrero Cruz reconoció que el único grupo poblacional que crece hoy en Cuba es el de la tercera edad. Según las estadísticas presentadas, en el país viven casi 2.4 millones de personas de más de 60 años, lo que representa el 21.6 % de la población. La repercusión es mayor en la capital y en las provincias del centro de la isla.
Para 2030, se espera que alrededor del 30 % de la población nacional tenga 60 años y más, según declaró Diego Enrique González Galván, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo, en un material audiovisual presentado como parte de la cobertura de la televisión oficial de las sesiones de la ANPP.
A pesar del aumento sostenido de la población de la tercera edad, en el archipiélago solo existen 302 casas de abuelos (con más de 13 mil capacidades) y 158 hogares de ancianos (con 12 643 camas de dotación) para una población que supera los 2 millones y va en aumento. Así lo dio a conocer Reynol García Moreiro, viceministro de Salud Pública. No obstante, los especialistas omitieron un tema relevante: ¿cuáles son las tarifas establecidas para el ingreso tanto a las casas de abuelos como a los hogares de ancianos?
Para la modalidad semipresencial de asistencia a casas de abuelos y hogares de ancianos, el Ministerio de Finanzas y Precios, a través de la Resolución 351/2020, estableció una cuota mensual de 792 CUP, mientras que las personas que necesiten internamiento deben abonar 1 260 CUP. Un aumento significativo comparado con los 180 y 400 CUP, respectivamente, que se pagaba con anterioridad.
Sin reemplazo poblacional
Por tasa global de fecundidad se entiende el número de hijos por mujer, sin distinguir la edad de la madre. Al respecto, Manuel Marrero informó que la variable mantiene una tendencia decreciente desde hace 30 años en el país.
Actualmente, en Cuba nacen 1.45 hijos por mujer, cifra que se encuentra por debajo del nivel de remplazo determinado en 2.1; lo cual significa que no ocurren los suficientes nacimientos para garantizar que el número de habitantes se mantenga o aumente.
Las cifras presentadas ante los delegados apuntan que los 99 mil nacimientos registrados en 2021 representaron la cifra más baja de las últimas seis décadas, pero se pronostica que el valor de 2022 será inferior.
Para la resolución de la baja natalidad presentaron una alternativa: el programa de reproducción asistida, al cual, desde su surgimiento hace cinco años, se han acogido 228 502 parejas, con éxito en el 12 % del total.
Ante el escenario de envejecimiento demográfico que enfrenta el país, la estrategia del Estado cubano es implementar políticas de fomento de la natalidad, para lo cual apuesta por la apertura de más círculos y casitas infantiles. Las últimas se planifica que sean establecidas en centros laborales, para así garantizar la reinserción de las madres trabajadoras y estudiantes.
No obstante, María de los Ángeles Gallo Sánchez, directora nacional de Primera Infancia del Ministerio de Educación, dijo que aún quedan 42 454 solicitudes de madres que necesitan matricular a sus hijos. La cifra muestra que los esfuerzos por implementar nuevos sitios de cuidado infantil han sido insuficientes pese a la implementación de 60 «casitas infantiles» en centros laborales y la construcción o adaptación de locales para el establecimiento de nuevos círculos infantiles.
La política de entrega de viviendas a madres de tres o más menores también muestra resultados desalentadores, a pesar de lo que establece el Acuerdo 9009 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, en vigor desde mayo de 2021: «[se autoriza la] asignación de viviendas y recursos financieros para la construcción y rehabilitación, ampliación o remodelación de viviendas a madres, padres o tutores legales que tengan bajo su guarda y cuidado tres o más hijos de hasta 17 años».
Desde 2019, según Vivian Rodríguez Salazar, directora general de la Vivienda, se han beneficiado 7 092 familias y han concluido sus viviendas 3 661. No obstante, el número de madres identificadas asciende a 61 661, de ellas el 74 % con necesidad de viviendas o acciones constructivas.
MÁS MUERTES, MÁS MIGRACIÓN
En la Asamblea se resaltó, además, que durante los últimos tres años la población cubana muestra un decrecimiento sostenido según el valor máximo registrado en 2021, con el reporte de 68 mil personas menos que en 2020. Aunque se omitió la causa, dicha cifra está relacionada con la pandemia de COVID-19.
En 2021 se reportaron 167 645 muertes en el país, las cuales superan en más de 55 mil los decesos reportados el año precedente. Si se toma como referencia el promedio de muertes registradas entre 2010 y 2019, años en los que no había pandemia, la diferencia aumenta casi 70 mil muertes por encima de la media. Sin embargo, el Gobierno solo ha reportado poco más de 8 500 fallecidos por causa de la COVID-19 desde el comienzo de la emergencia sanitaria.
Al envejecimiento y la baja natalidad que afronta el país se suma la migración como otra de las razones del decrecimiento sostenido de la población cubana. Según los cálculos y estimaciones realizados por el Gobierno, en Cuba hay actualmente poco más de 11 millones 95 mil habitantes, lo cual representa 18 mil personas menos que en 2021. Se estima que, en relación con 2019, han disminuido en 100 mil personas el total de habitantes en edad laboral; pero las cifras no concuerdan.
Si se toma solo la referencia del total de migrantes que han entrado a los Estados Unidos entre enero y septiembre de 2022 ―período que coincide con el informe presentado en la ANPP―, se tiene un registro total de 203 665 migrantes cubanos, más de 185 mil personas en comparación con la cifra oficial, solo por concepto migratorio.
Pese a la importancia de la migración internacional para el actual debate demográfico en Cuba, ese fue un tópico ausente en el espacio de sesiones. En cambio, se mencionó la movilidad interna, de zonas rurales a urbanas, desde un enfoque del despoblamiento de los municipios. Según las proyecciones presentadas, para 2030 se prevé una concentración en las urbes, que se acercará al 80 % de la población, en detrimento de la rural, con el 20 % del total.
Aun cuando el Gobierno cubano se muestra preocupado por la tendencia demográfica del país, a partir del análisis presentado en la ANPP, es claro que los directivos invisibilizan los puntos clave: la necesidad de una vejez digna y la persistencia de un éxodo internacional galopante.
Marrero Cruz, a pesar de las preocupantes cifras, repitió que la dinámica demográfica de Cuba es «similar a la de países desarrollados». Incluso, se refirió a la cubana como una «economía en vías de desarrollo». Según el primer ministro, en otros contextos han aplicado políticas para incrementar la fecundidad y el crecimiento poblacional con «indicadores dudosos». Además, dijo, «han tenido que recurrir a la inmigración con el propósito de paliar el déficit de fuerza de trabajo».
En contraposición, resaltó la Política para la atención a la dinámica demográfica de Cuba, aprobada en 2014 por el Consejo de Ministros y actualizada por el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en abril de 2022. La estrategia tiene entre sus objetivos estimular la fecundidad con el fin de acercarse en lo posible al nivel de reemplazo poblacional con una perspectiva mediata.
La política también está encaminada a fomentar la participación de los adultos mayores en las tareas económicas, políticas y sociales; estimular el empleo mayoritario de las personas aptas para trabajar; prever en la estrategia defensiva de la nación el impacto del envejecimiento de la población; atender las causas que provocaron la migración interna y externa en función de reducir estos flujos; mitigar el despoblamiento de los municipios y zonas rurales; y trazar políticas que faciliten la participación de los cubanos residentes en el exterior en los procesos del desarrollo socioeconómico en el país.
Sin embargo, mientras no se expliciten las causas estructurales y sistémicas que azotan hoy a la población cubana, solo quedará para el futuro un país que, cada vez más, decrece, envejece y migra.
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