El equipo de Charis Healthcare. Foto: gentileza Charis Healthcare and Community Initiative.
Un equipo médico está cambiando la narrativa sobre la salud mental en Nigeria
9 / diciembre / 2024
Por Nanji Nandang
Gombe, Nigeria – En 2003, Sani Gomna, un joven que acababa de asumir su cargo en la Asamblea Legislativa del Estado de Gombe, vivió un aterrador encuentro que alteraría su vida.
Mientras caminaba a casa una noche, se detuvo al ver una figura demacrada y desnuda bloqueando su camino. La figura se lanzó hacia él, dejando a Sani paralizado por el miedo.
“Grité a todo pulmón, ‘¡Jesús!’ y la criatura desapareció,” recuerda Sani. A la mañana siguiente, ya no era el mismo.
Sani, conocido popularmente como “Kichi-kichi Uban Naira” en círculos políticos y de drogas locales, se aisló de la sociedad, perdió el apetito y se volvió errático. “Deambulaba sin rumbo, a veces incluso sin zapatos y consumiendo cantidades alarmantes de drogas—50 tabletas de tramadol en un día,” dice Sani. “Incluso me peleaba con vehículos en movimiento”.
La caída de Sani en el abuso de sustancias y la enfermedad mental forma parte de una creciente crisis en el norte de Nigeria, donde se estima que más de 30 millones de personas sufren trastornos por consumo de drogas.
Las luchas de Sani comenzaron luego de que perdió a sus padres a sus 7 años. Él y sus hermanos quedaron al cuidado de un tío que aspiraba a un cargo político. Tras la victoria electoral de su tío en 2003, Sani se unió a su séquito, pero pronto cayó víctima del abuso de sustancias.
Con el paso de los años, su condición empeoró. A pesar de que sus hermanas lo inscribieron en varios centros de rehabilitación, recaía cada vez. Fue durante uno de estos intentos cuando Sani conoció a Praise Mwueseter, fundador de Charis Healthcare and Community Initiative.
Fundada en 2015, Charis ofrece atención integral para personas que luchan con problemas de salud mental. El enfoque gentil de Praise hacia el consejo marcó un punto de inflexión para Sani. “Conocer a Praise fue una de las mejores cosas que me pasó,” dijo. “Se acercó a mí con mucha amabilidad y ternura”.
A través de sesiones semanales de consejería, Sani encontró un camino hacia la recuperación. Para 2019, había dejado las drogas y el alcohol.
Los programas de Charis abordan la falta de conciencia sobre la salud mental en Nigeria, donde menos del 15 % de las personas con enfermedades mentales graves tienen acceso a atención.
“La falta de conocimiento y comprensión estaba interfiriendo con la forma en que la gente respondía o proporcionaba atención a las personas con problemas de salud mental,” señaló Praise.
De las calles a la estabilidad
El impacto de Charis va más allá de individuos como Sani. Para John Ogenetega, abandonado por su madre y que sufrió abuso por parte de una madrastra, las calles se convirtieron en su refugio a los 11 años.
“Comencé a fumar a los 14 y apenas sobrevivía haciendo trabajos ocasionales”, relata John. Después de la muerte de su padre, conoció a Praise, quien lo ayudó a dejar las calles, lo inscribió en la escuela y le brindó la estabilidad que necesitaba para sanar.
El enfoque multifacético de Charis incluye atención espiritual, sanación de traumas, entrenamiento en habilidades para la vida, defensa y apoyo basado en la comunidad. Desde su creación, la organización ha llegado a más de 6,700 beneficiarios, ha rescatado al menos a cuatro personas con enfermedades mentales graves de las calles y ha brindado consejería y tratamiento gratuitos a más de 1,200 personas.
“El ambiente de Charis es terapéutico, me pone en un estado tranquilo y pacífico. Me ha ayudado a sanar,” dice John.
El gerente del programa Henry Ojenya destaca las implicaciones más amplias: “La enfermedad mental es algo que afecta el cerebro, pero la salud mental es un estado de tranquilidad y estabilidad emocional, donde una persona es capaz de darse cuenta de su potencial”.
Charis ha enfrentado numerosos obstáculos, desde el estigma social hasta la falta de fondos. A pesar de esto, sigue creciendo.
Ojenya elogia la aprobación de la Ley de Salud Mental de Nigeria en 2023, que reemplazó la desactualizada Ley de Locura y ofrece un marco para proteger los derechos de las personas con enfermedades mentales.
Sin embargo, señala la falta de financiación como un problema persistente. “Fue difícil conseguir financiamiento, no fue hasta enero de este año cuando la Organización Mundial de la Salud lanzó fondos para salud mental, que aún no han llegado a África,” agregó Ojenya.
Para Patrick Uja, otro beneficiario de Charis, la enfermedad mental lo llevó a vivir dos décadas en la calle. “Vivía en la calle, comía de la basura y estaba expuesto al peligro,” dice. “Charis me recogió, me pagó el tratamiento y le dio sentido a mi vida”.
Patrick ahora está aprendiendo a criar aves, una habilidad que simboliza su nuevo comienzo.
Charis Healthcare and Community Initiative no solo está transformando vidas, sino también remodelando las percepciones sobre la salud mental en el norte de Nigeria.
Con una mayor conciencia, programas estratégicos y resiliencia, la organización está demostrando que, incluso frente a los desafíos sociales y sistémicos, la recuperación y la dignidad son posibles.
Esta historia fue publicada originalmente en Primer Progress (Nigeria) y es republicada dentro del programa de la Red de Periodismo Humano, apoyado por el ICFJ, International Center for Journalists.
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