—La citación dice «entrevista». ¿Voy a salir en Cubadebate?

—No te me hagas el gracioso, que por creértelo hemos tenido que detenerte más de una vez.

—Son ustedes los que creen que me detienen con eso. Alégrense que vine. Yo estoy de lo más contento de verles la cara.

—Te citamos porque no paras, aun sabiendo que el horno no está para pastelitos.

—Ni para panes. Acabo de enterarme de que en Santa Clara hace dos días que no dan pan.

—Tan bien informado como siempre… de lo que te conviene. De lo más importante ni te enteras.

—¿Y qué es «más importante» que el pan nuestro de cada día?

—Que el país está a prueba.

—Si identifico la palabra «país» con lo que la relacionan ustedes, es decir, con «ustedes», claro que están a prueba, pero casi siempre suspenden.

—¿Ves? Si te identificaras tú, sabrías de sobra que mientras yo pierdo el tiempo contigo, Cuba se somete en Ginebra al cuarto ciclo del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos.

—Que Cuba se someta a un periódico que no sea de los nuestros es una excelente noticia, como para brindar con ginebra.

—No hay gracia alguna en tu chiste, ni en asistir a un foro donde hay que defenderse de ataques semejantes a los tuyos.

—Si de la vieja consigna «Producción y defensa» ustedes le hubieran puesto más atención al primer concepto, hoy no tendrían que defenderse tanto.

—A lo que iba: me he enterado de que en tu concepto de lo que constituye una «protesta pacífica» has incluido ir a buscar los mandados el último día del mes, como si les restregaras a los demás que tú tiras todavía con los del mes pasado.

—Si ustedes fueran tan profundos como las intervenciones de nuestros representantes en el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra, aplaudirían esa decisión mía. Los que van tres y cuatro veces por mes a la bodega se quejan seguramente muchas más veces que yo.

—¡Pero ponen muy en alto lo que significa ese recinto para el alma de la nación!

—No sé la que le toca a usted, pero la mía es la prueba más rotunda de lo que representa para el medio ambiente el proceso de desertificación.

—Si hubieras visto hoy la Mesa Redonda, sabrías por boca del viceministro de Comercio Interior que «la bodega tiene que convertirse en el centro de todas las cuestiones».

—De todos los cuestionamientos, querrá decir él.

—Los que como tú se la pasan cuestionándolo todo no se dan cuenta de lo trascendental para el futuro de los cubanos de que un día como hoy, mientras en Ginebra se nos pretende poner en el banquillo de los acusados, un funcionario de tanto peso…

—De tanto peso, sí.

—…anuncie que la bodega ha de convertirse en «el lugar más importante del barrio».

—Para lo que oferta, puede derivar ahora mismo en funeraria.

—Por no asistir a esa «funeraria», como le llamas tú, hoy no te enteraste de lo que debe estar en boca de todos los vecinos…

—¿Más en boca de lo que deben estar los productos de la «canasta básica»?

—…la intervención de nuestro canciller Bruno. En ella dio un dato contundente: «De 226 recomendaciones aceptadas en el Examen Periódico Universal anterior, se han cumplido 215, el 95 %. Avanzamos en los procesos de implementación de las 11 restantes».

—Esas once restantes deben ser la cantidad de veces que me detienen o citan.

—Para decirte que de ti y de todos los bocones como tú depende que se cumplan los objetivos del informe. Voy a soltarte para que no digas después que aquí se violan, humano, tus derechos, y porque nuestro presidente «calificó de exitosa la presentación del informe de la nación antillana».

—Si lo dejaron a él calificar el examen… Yo ustedes pediría subir nota.