Informes de inteligencia señalan la «injerencia» del embajador cubano en protestas de Perú

Fotos tomadas de la prensa estatal cubana.
Entre diciembre de 2021 y noviembre de 2025, el período de tiempo en que Carlos Rafael Zamora Rodríguez fungió como Embajador de Cuba en Perú, el veterano funcionario del régimen de La Habana no dejó de estar en los titulares de la prensa local; pero por motivos distintos de los que ocuparían a un representante diplomático. Abundan las acusaciones de que es una persona dedicada a intrigar a favor de la izquierda radical, más que a promover las buenas relaciones entre los Estados.
Las sospechas no lo abandonaron ni cuando se marchó del país sudamericano a inicios de noviembre de 2025, luego de ser convocado a una reunión el 28 de octubre con el vicecanciller peruano, Félix Denegri Boza. Lo citaron con el «fin de dialogar respecto a las actividades desarrolladas durante su gestión en el Perú», informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de la nación sudamericana.
Tras el requerimiento de la cancillería anfitriona, el embajador Zamora «terminó sus funciones» en el país y lo abandonó de manera definitiva. Ese desenlace «ocurrió tras informes de inteligencia recepcionados por el propio jefe del Estado peruano [José Jerí]», que relacionan al enviado cubano con protestas antigubernamentales, reveló la Unidad de investigación de El Comercio —el diario decano de la prensa peruana—.
El medio cita a fuentes policiales propias, vinculadas con las investigaciones, cuyos informes «señalaban que “El Gallo” Zamora (…) tuvo injerencia en las últimas marchas que fueron convocadas por jóvenes de manera pacífica, pero que acabaron en actos violentos en ciertos puntos de la manifestación en contra el Gobierno de Jerí y el Congreso».
De acuerdo con el reporte, el Gobierno peruano no habría solicitado información específica sobre Zamora. Pero su nombre salió a relucir durante investigaciones relacionadas con las manifestaciones ocurridas tras la juramentación presidencial de José Jerí (el 10 de octubre de 2025) en sustitución de la exmandataria Dina Boluarte —destituida por el Congreso en medio de una prolongada inestabilidad política y la crisis de seguridad ciudadana—.
«Esto se dio [la aparición de Zamora en la investigación] en el marco de las marchas y salió su nombre en los informes, y se hablaba de la incidencia cubana con su presencia», dijeron las fuentes de El Comercio.
De acuerdo con el periodista Martín Hidalgo, director del equipo de investigación del medio, los informes apuntan que Zamora «habría intervenido con personas que se presentaban en las marchas de estudiantes contra el Gobierno».
Según El Comercio, el presidente de la Comisión de Inteligencia del legislativo, el almirante en retiro José Cueto, dijo que el sistema de inteligencia peruano venía observando a Zamora y que recibió información «circunstancial» sobre él.
Cueto fue uno de los exoficiales de la Marina de Guerra de Perú que en agosto de 2025 señaló a Zamora en una carta pública como «operador de inteligencia» y reclamó su salida inmediata del país sudamericano.
Por su parte, Carlos Zamora negó las acusaciones hechas por diversos actores políticos peruanos en una carta enviada al ministro de Relaciones Exteriores Hugo de Zela: «Le ratifico que nuestra labor diplomática se ha basado, de manera rigurosa, en los principios de respeto a la soberanía de los Estados y de no injerencia en sus asuntos internos», aseguró en la misiva, firmada el 30 de octubre de 2025.
Enrique García, exoficial de inteligencia de Cuba y exiliado en Estados Unidos, ha afirmado que Zamora tendría el rango de coronel de la Dirección de Inteligencia cubana.
«No es cualquier espía, es un espía con vasta experiencia, acumulada en sus más de 50 años, y hoy está en mejor posición que otros para realizar su trabajo en beneficio de los intereses de la dictadura cubana», señaló García en 2021, a propósito del nombramiento de Zamora embajador en Lima.
La carrera de Zamora como «embajador de Cuba» comenzó en Ecuador en 1984, país adonde llegó con su esposa Maura Isabel Juampere Pérez —quien también ha sido oficial del espionaje cubano, según el testimonio de Enrique García, excompañero suyo en la actividad de inteligencia—.
Carlos Zamora también ha ocupado representaciones diplomáticas en Panamá (1998), Brasil (2009) y El Salvador (2017-2018). En marzo de 2019, presentó sus credenciales ante el entonces presidente Evo Morales como nuevo embajador en Bolivia, país donde también sería acusado de incidir en protestas a favor de mantener a Morales en el poder durante la crisis política de ese año.
La ministra de Comunicación bajo el Gobierno interino que sustituyó a Evo Morales, Roxana Lizárraga Vega, dijo en noviembre de 2019 que su país no quedaría «de rodillas» por un «complot» de las Embajadas de Cuba y Venezuela.
Lizárraga Vega, además, acusó al embajador cubano por los disturbios al asegurar: «el conocido El Gallo Zamora, [quien] integra la lista de los represores de exportación cubana, está en nuestro país desde este año 2019 y está a cargo de la confrontación entre bolivianos; está a cargo de armar los grupos de choque (...)».
El veterano funcionario fue premiado el 15 de agosto de 2025 por el gobernante Miguel Díaz-Canel con la Medalla Jesús Menéndez por su «reconocida trayectoria y destacada actitud ante las tareas encomendadas», informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex), que también destacó los «extraordinarios méritos laborales» de Carlos Zamora.










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