El cierre de la 62 Serie Nacional de Béisbol no pudo ser distinto, cuando el mejor equipo de la campaña regular, los Leñadores de Las Tunas, se coronó en el Latinoamericano de la capital con barrida mediante a los siempre mediáticos Industriales de La Habana.
Los Leñadores fueron justos campeones en una temporada beisbolera en la que reinó la desorganización, la escasez de combustible, el apagón, la mala alimentación, la escasez de pelotas y la soledad en los estadios. Los orientales fueron los mejores de principio a fin en la accidentada campaña.
El viernes 11 de agosto de 2023, los verdi-rojos conquistaron su segundo título en Series Nacionales, tras derrotar 6 por 1 a los Leones de Industriales, que llegaron sin una de sus mejores cartas en los partidos decisivos, el ligamayorista Yasmany Tomás.
El toletero no se recuperó de una intoxicación y nada pudo aportar a la hora cero. Mientras, el picheo tunero, de lo mejor en la postemporada, no ofreció libertades a sus rivales.
Fue la séptima victoria por el título de Cuba que se consigue por la vía rápida de la barrida, cuatro triunfos seguidos. Por si no bastara con la corona, los Leñadores se transformaron en el primer equipo que barre a Industriales en una discusión del título.
Las Tunas se convirtió así en el duodécimo conjunto con más de una corona en sus vitrinas, lista encabezada por los azules, que acumulan 12 coronas y seguirán viviendo del recuerdo (hace más de una década que no saben lo que es titularse). Los tuneros poseen ahora dos coronas nacionales, luego de imponerse a Villa Clara en la temporada 2018-2019.
¿Cómo está la tabla de multicampeones en la pelota cubana? Industriales 12, Santiago de Cuba 8, Vegueros 6, Villa Clara 5, Pinar del Río 4, Granma 4, Azucareros 3, Henequeneros 3, Ciego de Ávila 3, Habana 2, Citricultores 2 y Las Tunas 2.
«Este título lo disfruté más que el de 2019, porque este es un equipo sin refuerzos, de Las Tunas, Las Tunas. Es un campeonato que voy a disfrutar bastante. Estoy muy feliz porque Las Tunas haya quedado campeón sin refuerzos», dijo el tercer madero de los Leñadores, el veterano Danel Castro.
Por si fuera poco, el mentor tunero Abeisy Pantoja se convirtió en el duodécimo timonel que consigue un título nacional en el año de su debut. Pantoja se sumó a reconocidos entrenadores de la isla, como Jorge Fuentes, Pedro Jova, Alfonso Urquiola y Antonio Pacheco.
Las Tunas no solamente fue superior a Industriales, sino a cada uno de los equipos que enfrentó en la postemporada. Contra los capitalinos mayorearon en todos los aspectos de juego (aunque hay que dejar claro que son un equipo maduro respecto a la nueva camada de Leones).
Los jugadores de Industriales cometieron errores imperdonables en la final, lo que habla a las claras de la inexperiencia de muchos de los peloteros. Los capitalinos extendieron así el récord de casi 20 años sin coronarse (desde abril de 2004) en la pelota cubana ante su público.
Con el título en el bolsillo, los Leñadores tendrán que despedir por lo alto a su inagotable tercer madero, Danel Castro, que dice adiós al deporte activo tras concluir la campaña. El veterano infielder de 47 años quería retirarse con una corona y así lo hizo.
Tras 29 temporadas como jugador de Las Tunas, «la pantera de Manatí», encabeza el ranking histórico de imparables en Series Nacionales y está entre los primeros en carreras anotadas, jonrones, dobletes y carreras impulsadas. Danel precisa un monumento en las afueras del «Julio Antonio Mella» de la capital tunera.
¿Qué deja la final de la pelota cubana, más allá del título de los Leñadores? Lo primero es apuntar que el gusto por el béisbol no ha muerto en los aficionados de la isla, aunque las convocatorias de público este año distan mucho de temporadas anteriores, cuando en el Latino se reunían más de 50 000 almas para gritar: «Oye, te cogió el León».
A pesar de la ineficiencia habitual de los directivos del béisbol cubano, de la compra de pelotas en mal estado y de la llegada tarde de los uniformes; a pesar de que los partidos pasaron con más sombras que luces en la etapa regular, la pelota sigue latiendo, sigue sumando. A falta de pan, sigue el circo.
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José Luis
Julio Duarte Alonso.