Imagen: Internacional Refugee Assistance Project.
Maltratos a migrantes en Base Naval de Guantánamo, las revelaciones de un informe independiente
5 / diciembre / 2024
Un informe del Proyecto Internacional de Asistencia al Refugiado (IRAP, por sus siglas en inglés) reveló las violaciones de derechos humanos que sufren los migrantes detenidos en el Centro de Operaciones para Migrantes (GMOC, por sus siglas en inglés) ubicado dentro de la Base Naval de Guantánamo. El documento aseguró que las condiciones de estas personas son «similares a las de una prisión», sin acceso al mundo exterior y recluidos indefinidamente en un limbo legal.
En Guantánamo, los refugiados viven con un sistema de alcantarillado defectuoso, contacto con roedores y edificios con moho. Las llamadas personales de los reclusos son monitoreadas, incluso si son con abogados. Técnicamente, los refugiados pueden salir del Centro si lo piden, pero si lo hacen serán devueltos al país de donde intentaron escapar. La otra alternativa es esperar que una tercera nación los acepte y sean reasentados allí, pero de este proceso no se tienen detalles. El viaje a Estados Unidos no es una opción.
Según The New York Times, de 2020 a 2023 solo 37 personas estuvieron detenidas. En febrero de 2024 permanecían cuatro migrantes. Las cifras incluyen únicamente a las personas que pasan los controles de asilo y se les permite solicitar el reasentamiento en un tercer país. No está claro cuántas personas estuvieron retenidas y fueron deportadas.
Desde la creación del Centro, detalla el informe de IRAP, miles de refugiados interceptados en el mar han sido detenidos arbitraria e ilegalmente, lo que contraviene las obligaciones del Gobierno estadounidense en materia de derechos humanos.
El reporte asegura que el sistema punitivo en el que están atrapados estos refugiados, muchos de ellos cubanos, es supervisado por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y contratistas privados con poca o ninguna trasparencia.
Testimonio de cubanos detenidos
IRAP recogió los testimonios de varios cubanos que estuvieron detenidos en GMOC. Entre ellos, la activista Yeilis Torres y el periodista Alberto Corzo, quien en la isla fue director ejecutivo del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (Iclep).
Tanto Torres como Corzo confirmaron las malas condiciones y el trato abusivo de las autoridades. Torres, incluso, las comparó con las violencias que recibió cuando estuvo en una cárcel cubana. Corzo, detenido junto a su esposa —la también periodista Martha Liset Sánchez—, denunció que la salud mental de sus hijos se deterioró mientras estaban en reclusión.
IRAP acusó a los responsables de realizar «abusos de derechos humanos (...), fuera del alcance de las protecciones legales existentes». La organización añadió que los refugiados carecen de derechos básicos y que GMOC no cumple los requisitos mínimos estadounidenses para ser un centro de detención.
Como puntos más críticos, IRAP reseñó la falta de atención médica adecuada, el encarcelamiento de menores sin seguir la legislación estadounidense, la separación arbitraria de familias, el principio de no devolución de personas que huyen de su país y la imposibilidad de reasentarse en Estados Unidos.
IRAP instó «al Gobierno de Estados Unidos a poner fin de inmediato al uso del GMOC como centro de detención de migrantes, solicitantes de asilo y refugiados, y a conceder permisos temporales humanitarios en Estados Unidos a las personas que se encuentran actualmente allí o que han estado detenidas allí en los últimos años».
No está claro cuántos migrantes han pasado por GMOC desde que empezaron los procesos de reasentamiento, hasta la actualidad. The New York Times afirmó que se han reasentado alrededor de 500, Martí Noticias aseguró que la mayoría eran cubanos. El tiempo de espera suele ser de seis meses, aunque una persona estuvo retenida durante cuatro años.
Refugiados con menos derechos
La Base Naval ha sido utilizada de centro de detención desde hace 60 años. En las décadas de los setenta y los ochenta, ante el aumento de migrantes por mar, la Administración Reagan implementó un programa de interdicción para deportarlos antes de que llegaran a Florida. El programa afectó de manera particular a los haitianos.
En 2002, George W. Bush puso en marcha la orden ejecutiva 13276 (en vigor) que estableció a GMOC como lugar de detención de migrantes interceptados en el mar. Las personas en el Centro no tienen el mismo estatus que los solicitantes de asilo que entran a Estados Unidos por frontera.
Los refugiados detenidos en el Centro son muy pocos comparados con los que llegan por tierra a ese país. Sin embargo, los primeros no aparecen en listado alguno de detenidos ni están sujetos a las protecciones de los segundos. La justificación es que las autoridades estadounidenses no los considera detenidos.
El proceso que lleva a los migrantes a GMOC comienza cuando la Guardia Costera los intercepta en el mar. De la embarcación en la que viajan, los llevan a un buque; después de un tiempo, el DHS decide si los enviará a GMOC o los repatriará. Según el informe de IRAP es Uscis —Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos— quien abaliza si tienen miedo creíble, y autoriza que sean trasladados a la Base Naval.
Al llegar a GMOC les colocan gafas tintadas que les impiden ver, son clasificados como «indeterminados» y permanecen bajo custodia en aislamiento durante varias semanas. Luego, Uscis les hace una segunda entrevista, más detallada, para determinar el temor al retorno. En esta entrevista pueden ser categorizados en «protegidos» o «no protegidos», en lugar de refugiados o asilados. No hay constancia de que el Gobierno estadounidense utilice las clasificaciones en otro contexto.
Una vez que Uscis determinó que son merecedores de protección, pasan a manos del Departamento de Estado (DOS, por sus siglas en inglés). Para verificar responsabilidades en la gestión de la instalación, elTOQUE contactó con el DOS mediante correo electrónico, pero no recibió respuesta de la institución.
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