—Me hablaron de este nuevo servicio y…
—Entre y siéntese. Será nuestro primer cliente.
—¿Cómo es la cosa?
—No sé si sabe que se ha planteado una gran batalla contra la colonización cultural.
—Ni idea.
—¿Ve? Por eso surgimos nosotros. Usted no se entera porque no lee el Granma ni el Rebelde ni…
—Cuando los compro…
—No nos interesa el subconsciente que se llevará en una memoria, sino la memoria que dejaremos en su subconsciente. La gente ha perdido el hábito de leer la prensa. El poco tiempo que les queda lo dedican a consumir subproductos de envenenamiento ideológico en forma de películas, series, musicales y programas de participación de dudosa comicidad. Y para reírse en serio, quién mejor que nosotros.
—Con esa publicidad, la cosa debe venir por lo caro.
—Se equivoca. Esta prueba piloto del nuevo «paquete» la hacemos completamente gratis. Es casi seguro que así se quede, y hasta bonifiquemos ciertos y determinados trabajos que nos interesa que la población lea.
—¿Me sugiere alguno?
—Empezamos bien. Deme su flash y se lo copio mientras le explico la sinopsis. Esto salió en el Granma y se titula «Ayer, cuando el mañana nos tomó por asalto».
—Lo del Moncada fue en julio y…
—Tiene que ver con el inicio del curso escolar y es una cosa preciosa. Hasta usted se comió el cable con el título. El periodista establece un paralelismo entre el lenguaje pro contienda bélica y el regreso a las aulas. Oiga qué original: «El mañana nos asaltó ayer, primer lunes de este septiembre. Con su entusiasmo pujante, más de 1 600 000 “conquistadores” se apoderaron de toda Cuba y a la formidable “fuerza especial” de uniformes y pañoletas la Isla no le plantó resistencia».
—¿Pretende que me lo dispare?
—Aún no lo ha leído y ya emplea los mismos términos. Y eso que no le he contado sobre «océanos de optimismo», «gente con las pupilas sumergidas en una escena de tránsito al porvenir», ni que «al pie de la realidad sigue fornido el ánimo de salir adelante». Se lo guardaré junto a este otro: «Cuando bajan los dioses del Olimpo». Es del Tribuna y no tiene desperdicio.
—Sobre Homero.
—Para nada. Ulises no tuvo un viaje tan complicado, cuatro kilómetros a pie, como el de este periodista para cumplir con su trabajo. Dice que el día anterior «se había ido el fluido eléctrico en el barrio poco antes de la medianoche y no se restableció en toda la madrugada. A primera hora de la mañana, sin dormir y luego de un desayuno de tiempos de guerra…
—El mío es de puro genocidio.
—…partí al capitalino Coliseo de la Ciudad Deportiva a dejar constancia del recibimiento oficial de la delegación cubana que participó en los Juegos Paralímpicos de París 2024».
—Me va a gustar. Lo mío es el deporte.
—Claro que le cuadrará. Pero la idea central no es el músculo, sino la sublimación de un periodismo que enaltece el esfuerzo por sobre los resultados. Después que lo lea viene por aquí a explicarme qué tienen que ver las barreras de un atleta discapacitado con la discapacidad perenne del sistema eléctroenergético nacional. A esta última la llama «justificación absurda» cuando confiesa que estuvo dubitativo para cumplir con su pincha. «Regresé a casa arrastrando los pies. Aún no había llegado el fluido eléctrico y apenas tenía batería mi móvil, pero sin dudas traía toda la luz del planeta en mis manos para cumplir mi tarea».
—Le trajeron desde París una linterna.
—Algo de eso. ¿No es hermoso? Le va a encantar más este último artículo. Lo bajé de Juventud Rebelde y habla de «Antonia: la niña chilena que quiere ser cubana».
—Se enteró de las últimas leyes de Ciudadanía y de Extranjería.
—Qué va, tiene solo siete años. Resulta que vino a Cuba con su abuela y con su bisabuela. Tras un viaje muy breve regresó a su país. Cuando le preguntaron en la escuela a qué profesión pretendía dedicarse cuando fuera grande, «la inquieta Antonia levantó la mano y dijo: ¡Yo quiero ser cubana!».
—Le dieron tres vueltas.
—No tantas. Solo estuvo en La Habana y Varadero. Habla de «autos clásicos, la ciudad y su gente, la playa muy linda»…
—Más o menos lo que sueñan los miles de cubanos que han emigrado a Chile.
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