Quizá te has topado en los últimos días con la noticia de que hace años nevó en La Habana. La información tiene su origen en una publicación del 1 de enero de 1933 de la revista Carteles que afirmaba que, el 28 de diciembre de 1932, el Capitolio y zonas aledañas al Parque Central amanecieron cubiertas de una fina capa blanca. Presuntamente la nevada ocurrió entre las 6:17 a. m. y las 7:11 a. m., cuando pocos transeúntes se encontraban en la calle. Sin embargo, esto es FALSO.
Dos fotos «exclusivas» acompañaban el texto entonces; pero la nieve que se percibe encima de los árboles, las palmas o las estatuas parece ser un truco dibujado a mano sobre el negativo fotográfico, pues por aquellos tiempos la fotografía era analógica.
La nota incluía dos partes meteorológicos, uno del Observatorio Nacional y otro del de Belén, en los que se ratificaba el hecho y cada uno explicaba sus posibles causas: «la penetración de una corriente fría, a baja altura, en la atmósfera tropical, saturada de humedad», así como «altas presiones en el nordeste de Estados Unidos (…)» y «los extraordinarios descensos de temperatura registrados en Estados Unidos en ese período», respectivamente.
Asimismo, el Observatorio de Belén destacaba que, durante la nevada, la temperatura en la capital nunca fue inferior a los 15 grados Celsius. Un dato contradictorio, ¿verdad? ¿Nieve con 15 grados?
Para que se produzca nieve es necesario que el agua que se encuentra dentro de las nubes se convierta en pequeños y finos cristales de hielo, lo cual es posible solo si la temperatura dentro de ellas es inferior a cero grados. Una vez transformados estos hielos caen en forma de copos, los cuales conocemos como nieve.
Pese a eso, para que lleguen a la superficie, la temperatura ambiente en toda la trayectoria, desde la nube hasta la tierra, tiene que ser inferior a cero; de lo contrario, los copos se derriten y se transforman en lluvia.
«En Cuba nunca ha nevado», así lo afirmó en 2016 el Dr. José Rubiera, exdirector del Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba. Sin embargo, reconoció que en la isla, con cierta frecuencia, ha ocurrido un acontecimiento que podría generar confusión: la formación de escarcha.
La escarcha no cae del cielo como la nieve, sino que se forma en superficies con temperaturas iguales o por debajo de cero grados, como por ejemplo en los metales, los cuales pueden alcanzar esos niveles por enfriamiento local o por la acción continúa del viento sobre él.
¿Cuáles han sido las temperaturas más bajas en Cuba?
El 18 de febrero de 1996, en la localidad de Bainoa, municipio Jaruco, Mayabeque, los termómetros marcaron la cifra de 0.6 grados Celsius, registro que se mantiene hoy como un récord nacional.
Si bien esta ha sido la temperatura más baja reportada en la isla, no es la única que le da sentido a la popular frase «ha chiflado el mono».
En la madrugada del 11 de enero de 1970 los valores descendieron a 1.8 grados en Güira de Melena, hoy provincia Artemisa. Durante esa misma noche, pero en la estación meteorológica de Casablanca, en La Habana, se anotó 8.5 grados, que si bien no es un número pequeño comparado con aquel, permanece en el primer puesto en la zona metropolitana.
Asimismo, un año después, el 21 de enero de 1971, los campos cañeros cercanos al central Puerto Rico Libre, en Matanzas, amanecieron cubiertos de escarcha, a la vez que las mediciones indicaban 1.0 grado Celsius.
Entonces, con temperaturas tan cercanas a 0, ¿podría nevar algún día en Cuba?
La respuesta no es absoluta porque la naturaleza es impredecible y le encanta sorprender; sin embargo, según declaraciones de Rubiera, las probabilidades de que algo así ocurra son prácticamente nulas.
«Somos un archipiélago, estamos rodeados por el Golfo de México, y esas aguas conservan las temperaturas muy altas. Supongamos que se forme nieve, cuando llegue abajo, al irse elevando las temperaturas, caerá en forma de lluvia».
Para que este fenómeno ocurra, según explica, deben ocurrir algunos sucesos de forma simultánea: la entrada de varias masas de aire frío de origen ártico capaces de provocar temperaturas inferiores al punto de congelación (cero grados); y luego, de inmediato, la llegada de un frente frío, en el cual las precipitaciones, bajo estas circunstancias, caerían en forma de nieve.
28 de diciembre de 1932: ¿Falsa nieve?
Después de casi 90 años, algunas personas todavía creen que nevó en La Habana y algunos medios y espacios digitales lo han republicado.
Resulta curioso que la fotografía que acompaña muchos de estos textos nada tiene que ver con la noticia publicada por Carteles en 1932. Es una imagen totalmente diferente, que si bien expone un ángulo del Parque Central, no es ninguna de las dos fotos publicadas por la revista en su momento.
La autora no pudo definir qué origen tiene esta tercera fotografía, pero parece ser una postal de la época. En otra versión dibujada se percibe que aquellos espacios que pudieran considerarse nieve por el color y la irregularidad no son más que las calles y las aceras.
La supuesta nevada se produjo un 28 de diciembre, fecha en la que casualmente se celebra el Día de los Santos Inocentes. Parece que la revista Carteles quiso tomarles el pelo a sus lectores y echarse unas risas. Sin embargo, sin una nota aclaratoria y después de tantos años, algunos crédulos siguen creyendo que en 1932 nevó en La Habana.
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Marina Clarisbel García