«No se está haciendo nada por salvarlos»: familiares de reclutas desaparecidos en Holguín denuncian en redes
9 / enero / 2025
Cuarenta y ocho horas después de las primeras explosiones, las autoridades cubanas afirman que el terreno, en Melones, continúa inestable. El jefe del Estado Mayor de la Defensa Civil, Ramón Pardo Guerra, dijo en televisión nacional: «hay que esperar con calma, paciencia, hasta que podamos determinar y recuperarnos de estos hechos». Sin embargo, varios familiares de los 13 desaparecidos como consecuencia del incendio en un almacén de armas y municiones de Holguín, aseguran que el Estado no ha dado respuesta efectiva a la crisis.
«Las imágenes en redes no reflejan el horror de lo que vivimos», contaron a Martí Noticias varios vecinos de Melones, ubicado en el municipio Rafael Freyre, donde todo comenzó. Las primeras explosiones ocurrieron a las dos de la mañana del 7 de enero de 2025 y se prolongaron hasta la tarde, cuando sucedió una detonación impactante. Durante ese día, más de 1 220 personas debieron abandonar sus viviendas y, hasta el 8 de enero, más de 400 permanecían evacuadas.
Pero la mayor tristeza tiene que ver con los 13 desaparecidos, entre los que se incluyen nueve reclutas del Servicio Militar Obligatorio (SMA). Nueve jóvenes, en paradero desconocido, que mantienen en vilo a sus familiares y allegados en espera de alguna noticia. En medio del dolor, las redes sociales se han convertido en plataforma de denuncia ante lo que muchos consideran un nuevo acto de desidia del Estado cubano.
Una publicación del grupo de Facebook Revolico Freyre reúne varios testimonios de los afectados. Jesús Antonio, quien asegura ser tío de uno de los muchachos, refirió en el post: «No se está haciendo lo correcto, siento que esos niños todavía están vivos, pero no se está haciendo nada por salvarlos». En el texto añadió: «los están dejando a la suerte de Dios». Para este usuario, lo más triste es que «tuvieron el valor de arriesgarlos, pero ahora nadie se quiere arriesgar por esos niños». Considera, además, que los obligaron a hacer «el trabajo sucio que no les correspondía».
Mientras pasan las horas es más difícil encontrar supervivientes. Una idea que varios resaltaron en la publicación. También la internauta Yenisell Radoiu contó su historia: «Mi sobrino está ahí. El grupo de rescate y salvamento especializado tiene que activarse y entrar». Considera que se necesitan acciones inmediatas. «Por favor, que alguien al mando entienda la desesperación de las familias», enfatizó la holguinera.
Por otro lado, Leandro Pérez Alberteriz, quien refiere ser primo hermano de uno de los desaparecidos, se pregunta cómo los muchachos pudieron entrar a los almacenes militares y ahora nadie puede ir por ellos. «Yo estoy disponible por si necesitan voluntarios», comentó en el post.
«Nos dicen que las labores de búsqueda siguen y mantenemos la fe en un milagro, pero con certeza solo sabemos que hay muchos muertos por la magnitud de las explosiones, y que al parecer ellos estaban dentro del local», dijo a Cubanet, en condición de anonimato, un familiar de Rayme Rojas Rojas, uno de los reclutas desaparecidos.
Hasta el momento, no hay declaraciones oficiales sobre la situación de los desaparecidos ni sobre las acciones de búsqueda y rescate que se realizan.
¿Una tragedia repetida?
El incendio en Melones ha puesto en el centro del debate público, una vez más, el modelo de gestión estatal en situaciones de crisis y la pertinencia de un SMA que no garantiza la integridad física y mental de los reclutas. Varios testimonios revelan que los accidentes no son tan incidentales, sino resultado de una estructura centralizada que prioriza el control político y militar por encima de lo demás. Incluso, en detrimento de los protocolos de seguridad, como ocurrió en el siniestro de la Base de Supertanqueros, en Matanzas.
La doctora Rut Diamint, profesora de la Universidad Torcuato Di Tella y experta en temas militares sobre Cuba, advirtió en entrevista con Mario J. Pentón que, en general, la información que se recibe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) es muy opaca. «Es muy difícil tener información o datos que puedan ser verificados».
La analista mencionó a Martí Noticias que el Estado ha intentado modernizar la industria militar, pero «con muchas limitaciones porque no hay recursos». Advirtió además que, cuando el armamento es viejo, resulta muy sencillo que explote o funcione mal.
Para muchas familias, el SMA no solo representa una pérdida de autonomía para los jóvenes, sino que en casos como este pone sus vidas bajo amenaza por decisiones negligentes. La política de emplear a reclutas inexpertos en actividades de alto riesgo evidencia la despreocupación por sus vidas.
Propaganda estatal: la manipulación del dolor
Una campaña propagandística desatada en redes sociales por posibles agentes del Gobierno exige «poner la política a un lado» al hablar del incendio en Melones. El objetivo evidente es minimizar la responsabilidad del Estado cubano en la tragedia y cataloga la cobertura de los medios independientes de «campaña enemiga».
Las palabras de quien se identifica como una madre cubana han generado indignación en Facebook. «No me incluyan en la campaña de "mis hijos no te pertenecen" (...). Mis hijos, por ejemplo, cumplirán con sus deberes y entre ellos está el servicio a la Patria, como mismo se benefician de sus derechos por ser jóvenes cubanos», dice el texto. El perfil de la publicación original y varios de los que la han compartido son empleados con frecuencia para difundir la propaganda del Gobierno.
En la publicación, el usuario Carlos Osier Salas respondió: «no son los supuestos enemigos los que mandan a los muchachos, casi niños, a un servicio militar obligatorio, no activo, como quieren hacer ver». Carlos expresó también que «si no van los amenazan con meterlos presos y les tronchan sus carreras y su futuro».
Añadió que no son los «enemigos» lo que cometen violaciones y negligencias que cuestan vidas. «Estoy seguro de que quien hizo esta carta no ha perdido un hijo en una de estas operaciones», puntualizó.
En la publicación, otro usuario comentó que la política puso a esos jóvenes en peligro. «La política los obligó a abandonar uno o dos años de sus vidas a cambio de nada. La misma política no ha dado ninguna señal de auxilio ni de rescate a todos los que están aún atrapados en el túnel». Alertó que la tragedia se puede repetir.
Las redes sociales han emergido como el principal canal de denuncia y solidaridad con los afectados. «La angustia de toda madre cubana cuando su hijo entra al Servicio Militar Obligatorio es indescriptible. Pasé por eso y estoy en contra de este servicio, de la guerra y de cualquier tipo de hecho violento», comentó la internauta Sandra Rossi.
La explosión en Melones es más que un desastre local; es un síntoma de las profundas fallas de un sistema que, para muchos, ha dejado de cumplir su misión principal: proteger a su ciudadanía. El dolor de las familias, la indignación de la comunidad y las voces que se alzan en redes sociales son un llamado urgente a la acción.
Ana Luisa Pupo recuerda que no es la primera vez que «mandan a jóvenes del servicio militar a tomar acción en primera fila» en situaciones en las que deberían actuar profesionales. Asegura que «ahora nadie del mando superior dará la cara». En 2022, durante el siniestro en la Base de Supertanqueros en Matanzas, jóvenes reclutas fueron enviados a enfrentar un gran incendio sin tener el entrenamiento ni los recursos imprescindibles.
Durante décadas, varios medios independientes han alertado sobre el alto costo humano del SMA. Un informe de Archivo Cuba, publicado en 2023, concluyó que el Servicio Militar en la isla viola el Protocolo contra la Trata de Personas y otros acuerdos internacionales ratificados por La Habana (como la Convención sobre los Derechos del Niño, el Convenio sobre el Trabajo Forzoso de la OIT y la Convención contra la Tortura).
En enero de 2025 hay un nuevo dolor y mucha incertidumbre. El reporte más reciente del noticiero estatal solamente ofrece información sobre los evacuados tras las explosiones del almacén militar en Freyre. En el video no se explica si existe un protocolo específico para la búsqueda de supervivientes. De los desaparecidos únicamente se sabe que son 13 y sus nombres. La falta de un plan de búsqueda claro, combinado con la ausencia de declaraciones oficiales concluyentes, acentúa la preocupación de los familiares.
En ese contexto, la internauta Sandra Garcia Raez lanza una alerta y una interrogante: «En todos los países los padres salen a reclamar a sus hijos y nadie puede decir que no lo hagan. ¿Aquí solo hay que limitarse a llorar?»
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