Otra leyenda hace las maletas y busca en México lo que en Cuba ya no existe

Parece que en el deporte cubano hay un patrón que raya en lo dramático: cuando la grandeza toca el cielo y pasan los años, se le da la espalda. Pocas glorias deportivas cubanas se cuelgan el traje de entrenadores en la isla y casos como Iván Pedroso o Driulis González son parte de la muestra exitosa fuera de fronteras.
Esta vez, le tocó el adiós a otra leyenda: Regla Torres, la triple medallista olímpica y para muchos la encarnación del voleibol, decidió cruzar fronteras para dejar de soportar lo insoportable y finalmente aplicar su sabiduría en el taraflex.
La exjugadora y ahora entrenadora se marchó a México para dirigir a las Guerreras de Puebla, equipo que será parte de la flamante Liga de Voleibol Profesional de México (LVP). Sí, esa liga que finalmente se animó a darle profesionalismo a un deporte que en México se ha jugado hasta ahora con corazón… y poca estructura.
Torres llega a Puebla con su currículum impoluto: tres medallas olímpicas y mundiales con las Morenas del Caribe del voleibol cubano, un historial que brilla más que los reflectores del Gimnasio «Miguel Hidalgo».
Mientras, en Cuba, su trayectoria fue atendida como un ventilador en apagón: algo que está ahí, pero a lo que nadie piensa darle uso.
No olvidemos que hace poquísimo, en agosto de 2025, se decidió contratar al entrenador brasileño Luizomar Moura para dirigir al equipo femenino de voleibol cubano. Todo ello con unas cuantas Morenas mirando desde las gradas.
Un poco antes, en octubre de 2023, la actual entrenadora de Puebla denunció que el voleibol femenino cubano agonizaba gracias a «equivocaciones, malas decisiones, capricho, orgullo, mediocridades, incapacidad, falta de compromiso, la infladera y la mentira».
Sí, un inventario completo de desastres administrativos que en Cuba simplemente es «la rutina de siempre».
Torres apuntó entonces contra algunos funcionarios que la tenían «cabrona hace rato» porque «ellos no tuvieron nada que ver con la historia grande del voleibol cubano» y ahora «arrollan y le pasan por arriba a lo que un día fue, sin misericordia».
Consideró que por «orgullo» nadie se ha sentado a hablar con las estelares jugadoras seriamente para rescatar el deporte en el país.
Regla Torres se negaba así a que su nombre siguiera siendo pisoteado en Cuba por la mediocridad de decisores que poco o nada sabían del deporte de sus amores.
Ahora, México recibe a Torres con los brazos abiertos, ofreciendo un proyecto serio, instalaciones adecuadas y un equipo con visión internacional.
Las Guerreras de Puebla prometen revolucionar la LVP 2026, con un roster que combina talento local, experiencia nacional (como Paulette Muñoz) y estrellas extranjeras de Cuba, Brasil e incluso Europa.
«Fue el primer movimiento que hicimos. Cuando aprobaron la franquicia teníamos muy claro un tema: la cabeza era fundamental. Nunca pasó por mi mente un entrenador, tenía que ser entrenadora. Contactamos a la Federación Mundial y nos dijeron que había una leyenda por ahí, que había sido nombrada “la jugadora del siglo XX”», precisó Guillermo Ramírez, presidente de las Guerreras de Puebla, tras el fichaje de Torres.
Resulta irónico que mientras Cuba sigue anclada en un pasado glorioso, el talento que construyó esa historia prefiera mirar hacia afuera para encontrar respeto y condiciones profesionales.
Torres no se fue solo por dinero; se fue por sentido común y, quizá, por salud mental. Mientras, en Cuba, algunos funcionarios siguen jugando a ser los héroes detrás de un telón que solo cubre el polvo de los trofeos olvidados.
México no solo gana a Torres. Gana el conocimiento, la experiencia y el empuje de alguien que vivió el voleibol desde su máxima gloria.
Cuba, en cambio, se queda con un vacío enorme, porque no hay medalla que compense la ausencia de quienes hicieron brillar al país en la arena internacional.
Al final, el mensaje es simple y cruel: las grandes leyendas no se desligan del deporte en Cuba; simplemente se cansan de quienes no saben valorarlas.
Torres eligió escribir ahora un nuevo capítulo en Puebla, mientras Cuba tendrá que contentarse con verlo desde la grada, con una mezcla de nostalgia, vergüenza y esa resignación que tanto pesa cuando la historia no se honra.
Recordemos que las leyendas no siempre regresan. A veces, se van para no volver.
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.











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Manolo