Foto: Yoandy Rosario
Papá Noel cubano: enfermero regala juguetes por barrios de Cienfuegos el Día de Reyes
11 / enero / 2019
La mesa está llena de regalos. Sobre el mantel rojo se amontonan acuarelas, lápices de colores, aviones de juguete, libros de colorear, pelotas, caramelos. Es la víspera del Día de Reyes.
Sobre el sofá de la sala hay un disfraz rojo y blanco —pantalón, abrigo y gorro—; y una barba blanca, falsa, de las que se anudan detrás de la cabeza.
Marcial y Yoandy pasaron los primeros días del año comprando regalos. Reparten los juguetes en varias bolsas, los clasifican según rango de edades. Se van a la cama, pero el entusiasmo no los deja dormir.
Apenas amanece. La gente del barrio pasa temprano a saludar. Conocen de antemano la tradición navideña de esta casa sin número en la calle 101 del Reparto Tulipán, en la ciudad de Cienfuegos.
Cada 6 de enero de aquí salen tres reyes magos: una mujer y dos hombres, uno de ellos disfrazado de Papá Noel.
El año entero se resume en un día
“Jo, jo, jo. ¡Llegó Papá Noel!”, tuvo que dramatizar Marcial en su propia casa, de improviso.
Luis Reiniel Vázquez Prieto entró y casi lo descubre poniéndose el disfraz.
“Eran las 6 de la mañana y yo me estaba preparando”, recuerda Marcial. “Luis Reiniel tiene 6 años y es de los niños que suelo levantar bien tempranito con un regalo. Su mamá pasó a saludar y él casi me descubrió. Por suerte apagamos a tiempo las luces y lo sorprendimos”.
Desde 2017 Marcial Marino González Hamaty se viste de Santa Claus cada 6 de enero. Con su pareja Yoandy Rosario y su mamá Manuela Caridad Hamaty salen a repartir regalos a los niños de los barrios más alejados del centro de la ciudad.
“La primera vez solo regalamos a poquitos niños, por eso ahorramos durante todo el año para en el siguiente enero poder dar a más. En 2018 juntamos casi 1700 regalitos, y este año la cifra fue más o menos la misma”, comenta Marcial.
Comprar casi dos mil regalos podría parecer exagerado. Entre todos juntan juguetes sencillos y baratos, paquetes de caramelos, contribuciones de quienes conocen la iniciativa… Mes a mes compran las sorpresas y las guardan.
“Es una locura el año entero”, reconoce Marcial. “No hemos querido sacar cuentas de los gastos porque ver sonreír a los niños no tiene precio”.
“Es cierto que hay niños a quienes no les gustan los regalos”, confiesa Yoandy.
“Los muchachos de hoy prefieren un tablet o cosas más electrónicas, pero a la mayoría se le ilumina el rostro con las cositas que les damos, mucho más si se los entrega Papá Noel”.
”También compramos regalos para los adultos”, agrega Marcial. Les damos siempre cosas utilitarias como detergente, jabón o estropajo para fregar. No hay que ser niño para tener un rey mago”.
Por el barrio más humilde anda Papá Noel el Día de Reyes
Aprovechan el fresco de la mañana. Marcial, su mamá y Yoandy recorren varias zonas humildes en La Juanita, El Triángulo, Junco Sur. Entregan regalos a los niños que encuentran en la calle. Los padres de los pequeños no se muestran desconfiados. Para algunos de ellos también hay presentes. La cara de sorpresa de los niños se repite en los padres.
Marcial no sabe si los niños a quienes regala se portaron bien o hicieron una carta especificándoles a Melchor, Gaspar y Baltazar el regalo que querían. Sabe que esa tradición ya en pocas familias existe, y tampoco le importa.
“El día de los reyes magos es solo una excusa para nosotros. Queremos regalarles a los niños, darles alegría a ellos y a sus familias”.
Mientras él reparte los juguetes, Yoandy hace fotos. A él le da pena disfrazarse pero apoya a Marcial en todo. Manuela Caridad los mira desde lejos. Sonríe. Para ella compartir es la verdadera esencia de la Navidad.
Llegan a La Barrera. Los niños del barrio corren hacia él. Se abalanzan. Hay regalos para todos.
En las casas aún cerradas se abren las puertas. Algunos solo disfrutan el espectáculo. Otros abren sus puertas. Los vecinos dejan que Papá Noel despierte a sus hijos.
“Jo, jo, jo, Buenos días. Llegó Papá Noel con un regalo para ti”, dice con voz engolada. ¡Pórtate bien! ¡Estudia!”.
Regalar: ¿querer o poder?
Los días previos al 6 de enero, las colas aumentan en las tiendas en CUC de Cienfuegos. Aunque muchos padres no conocen a fondo la historia de los Reyes Magos, ni son devotos de alguna religión, aprovechan este día para regalar juguetes a sus hijos.
“Durante los días previos mucha gente pasa por aquí”, dice una dependienta de la tienda La Record, especializada en niños. “Algunos juguetes se pasan meses en el mostrador. Los más baratos se agotan rápido”.
En esta tienda un juego de trenes supera los 15 CUC. Hay también pelotas, muñecos y otros juguetes con precios inalcanzables para muchos padres.
“Ya quisiera poder comprarle una de estas cajas con carreteras y camiones a alguno de mis hijos, pero con esos precios hasta yo me tengo que poner a jugar”, bromea una señora de unos cuarenta años.
“O ponerlos de adorno”, agrega la muchacha que la acompaña.
Para muchos padres, la seguridad de los regalos de Marcial a sus hijos el Día de Reyes, les quita una preocupación. Yusimy Segura Ramos es enfermera y puede prescindir de regalarle a su niña.
Cada 6 de enero su hija recibe los regalos de Papá Noel. “Él siempre le regala a todos los niños de la cuadra. Marcial además de ser un profesional ejemplar, sigue siendo un excelente vecino y colega cuando se quita el disfraz de Papá Noel”, reconoce.
Algunos padres, incluso, no les regalan directamente a sus hijos. Le entregan los regalos a Marcial, para que él mismo se los dé.
“Cuatro familias me dieron los regalos el día antes para que yo despertara a sus hijos y se los entregara. Algunas personas del barrio nos ayudaron con los preparativos. Hasta de Yaguajay hemos tenido gente que colabora”.
En las redes sociales muchos reconocen esta iniciativa. Algunos, como la familia Ataury, le agradecen en público. “A Anisa le encantaron los regalos, es especial la sirena. Muchas gracias”, comentó Adys Suárez Ataury.
Vivir para servir
Marcial tiene 28 años y una bondad casi ingenua. Es enfermero en el hospital provincial y siempre anda haciendo cosas por el bien de otros.
Poco le importa que Santa Claus no sea uno de los tres reyes magos convencionales y que, a simple vista, esa sea una contradicción. El gordiflón de rojo y blanco es popular en Cuba, donde la Navidad no tiene la repercusión que en otros países.
“A los niños les encanta ese personaje, les hace feliz. Mis vecinitos ni remotamente se imaginan que soy yo. Cambio la voz para que crean realmente que es algo mágico. Si pudiera escoger también me disfrazaría de Elpidio Valdés”.
Aunque hace años dejó de ir a la iglesia, en el hogar de Marcial se mantiene viva la tradición de esperar un regalo de los reyes magos.
“Mi abuela todavía me hace regalos cada 6 de enero y me porto bien todo el año para que Yoandy también me regale”, confirma en tono jocoso.
Aunque nadie le ha llamado la atención, teme que alguien alguna vez se lo prohíba, o sugiera, maliciosamente, alguna influencia extrajera. Sabe que a veces lo han mirado torcido, que iniciativas como estas levantan sospechas.
”Este año superé esos miedos. Es necesario que nuestros niños tengan un día de reyes, y se les regale alegría y felicidad en abundancia . Estoy dando un poco de lo que me dieron y me dan. ¿Qué tiene de malo compartir?”.
comentarios
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La Yuya
Omar Diaz
Esos niños te lo agradecen,mas cuando hay muchos de ellos que a veces sus padres no se preocupan por ni tan siquiera regalarles nada,muchas veces por su posición económica y otras por despreocupados.
Nada mejor que hacer feliz a un niño y hacerles saber que ellos existen a la vista de los adultos,que se les quiere y que nos preocupamos por ellos.
Es bueno saber que hoy en cuba existe un Papa Noe,algo que le hasia mucha falta a los niños Cubanos.
El Mañon
Maricel. D'MARIE
Antonio
LEONIL
Káiser Obbatalá
Erley
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