Sobre las 11 de la mañana del viernes 18 de octubre de 2024 colapsó el Sistema Electroenergético Nacional (SEN). En un primer momento, las autoridades solo dijeron que la Central Termoeléctrica (CTE) «Antonio Guiteras» tuvo una «salida imprevista», lo cual provocó la caída total del SEN.
Las explicaciones posteriores añadieron otros detalles. «Fue la “Guiteras”, pero podía haber sido cualquier otra», dijo el 19 de octubre Lázaro Guerra, director de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (Minem). Guerra comentó que la baja disponibilidad de combustible provocó la inestabilidad de toda la red. Durante el fin de semana el sistema se desconectó, por lo menos, otras tres veces.
Cuatro días después del colapso (22 de octubre), la oficialidad anunció que había logrado sincronizar el sistema eléctrico nacional.
Pero ¿cuáles fueron los motivos que pudieron provocar la desconexión total del SEN? ¿Qué tan difícil es arrancar el sistema energético de la isla después de un colapso de este tipo?
elTOQUE conversó con especialistas para entender el proceso de funcionamiento del SEN y las posibles causas del colapso energético de octubre de 2024.
¿Cómo funciona el sistema electroenergético cubano?
El SEN tiene dos líneas de 220 000 V que van de La Habana hasta Moa y que pasan por cada una de las provincias, excepto por Guantánamo y Pinar del Río. Estas dos últimas están enlazadas al sistema con líneas de 110 000 V. La Isla de la Juventud y Cayo Coco, por otro lado, poseen sistemas aislados propios. A las líneas existentes se enganchan todas las unidades generadoras que hay en el país, especialmente las CTE.
Las CTE funcionan con crudo cubano —excepto la de Cienfuegos que opera, principalmente, con fuel—. Desde hace décadas, las termoeléctricas se modificaron para que pudieran trabajar con este material porque es mucho más barato y se produce en el país. El crudo se quema en una caldera, de ahí pasa a unos tubos metálicos revestidos con cemento refractario. El agua de la caldera hierve, se convierte en vapor y el vapor genera una gran presión. Luego, el vapor sale en un proceso similar al de las ollas de presión, le da vueltas a una turbina y la turbina le da energía al generador.
Por esa razón, «echar a andar» una termoeléctrica demora tiempo, porque es a vapor. No es lo mismo que un grupo electrógeno, que funciona con combustión interna y es capaz de dar energía en el momento luego de ser encendido.
¿Por qué se rompen las termoeléctricas?
Una de las causas fundamentales del deterioro de las termoeléctricas es la falta de financiamiento. Las averías por desgaste son comunes y no hay disponibilidad de piezas de cambio. Debido a las constantes reparaciones, las CTE nunca llegan a alcanzar su capacidad total.
Otra causa es el uso de crudo cubano, el cual deteriora a mayor velocidad los componentes de la caldera. La rotura de la caldera es la afectación más grande que puede sufrir una CTE.
Los cables de electricidad en Cuba tienen una limitación de traspaso de un lado a otro. Por ejemplo, si fallan las CTE de Oriente tienes que pasar energía desde Occidente, pero hasta un límite. La transferencia de energía provoca que las provincias o zonas «donantes» tengan apagones.
No es correcto pensar que la planta que se encuentra más cerca de un consumidor es la que lo provee de electricidad. Como el SEN está tan mal, la energía que se produce en un lugar generalmente se transfiere a otros. Lo anterior trae algunas desventajas, por ejemplo: si la mayor demanda en un momento está en el centro del país y la mayor generación se encuentra en el Occidente, deberá transferirse dicha energía a una gran distancia, lo cual provoca pérdidas.
En otras palabras, se pueden producir 100 MW en Occidente y como resultado de transferir esa energía se recibirán 20 MW en Oriente. Esto es indeseable para cualquier país y trata de evitarse a través del principio de generación distribuida, que plantea acercar la generación a los consumidores.
¿Qué pudo causar el colapso del SEN?
Un aspecto esencial del sistema electroenergético cubano es la frecuencia. Es necesario mantener la frecuencia estable, en 60 Hz, y para lograrlo existe una protección automática. ¿Cómo funciona la protección? Si hay mucha generación y poca demanda, sube la frecuencia y el sistema se dispara. Un subidón de frecuencia provoca una subida de voltaje, lo cual puede causar daños en los electrodomésticos de las personas. Si hay mucha demanda y poca generación, baja la frecuencia y también se dispara el sistema. Es probable que los operarios de la electricidad en Cuba quiten las protecciones a petición de las autoridades para darle electricidad a una zona específica del país, como La Habana.
Si tienes las patanas sin combustible y las plantas de Mariel y Santa Cruz del Norte defectuosas, y quieres darle energía a La Habana, tienes que transferir desde el Centro y el Oriente. Si los cables no te dan para transferir, tienes que bajar la frecuencia y si con la frecuencia baja ocurre un fallo, se cae todo.
¿Cómo debería funcionar el sistema en condiciones normales? Imaginemos que hay 2 000 MW de demanda. El país debería tener entonces 300 o 400 MW «rodando» sin conectar por el SEN para que actúen como una especie de reserva, listos para entrar ante cualquier emergencia. En Cuba no los hay.
Los operarios de la electricidad mantienen una frecuencia baja para así mantener bajo el consumo. Como siempre el sistema está al límite, cualquier elemento hace que se dispare. Si se afecta una CTE es probable que se afecten todas las demás.
¿Qué se necesita para encender una termoeléctrica?
Para arrancar se necesita energía. Los grupos electrógenos se hicieron con el propósito de encender las CTE en caso de emergencia. Las bombas de agua de las termoeléctricas son grandes consumidoras, necesita casi 12 MW solo para arrancar. Entonces, con los grupos electrógenos enciendes la CTE. Cuando la CTE esté en marcha, le puedes dar energía a otros grupos electrógenos, que a su vez pueden apoyar la generación de energía en otros lugares.
El problema es que los grupos electrógenos que hay en Cuba tampoco tienen el mantenimiento adecuado. Estos equipos operan con aceite y no siempre hay aceite disponible para hacer el cambio. Tampoco el agua refrigerante que ayuda a enfriarlos. Además, casi siempre están en funcionamiento, así que tarde o temprano llega el momento en que se «funden».
Es un círculo vicioso, en definitiva. Cuando uno de los componentes del círculo se rompe, los otros también lo harán. La solución es una inyección de recursos para comprar equipamiento nuevo, lo cual no parece que vaya a suceder en Cuba a corto o mediano plazo. Además, a la falta de financiamiento y el deterioro de los equipos se suma la mala ejecución de las obras, la migración de los especialistas y las decisiones políticas, que priorizan la capital para evitar protestas ciudadanas.
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