El hallazgo de una cabeza humana en Santiago de Cuba ocupó titulares en los reportes de los últimos días. También el atropellamiento masivo en la capital cubana que estuvo seguido por un largo silencio de las autoridades. Ambos hechos son parte de un contexto de mayor percepción de inseguridad y violencia. ¿Pero es solo una opinión difundida por las redes sociales o hay otros datos disponibles?
Un estudio independiente contradice la narrativa estatal sobre la criminalidad en Cuba. Hechos verificados por el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) revelaron que hubo una mayor actividad delictiva durante el primer semestre de 2025. Mientras el primer ministro Manuel Marrero Cruz considera que los indicadores muestran una «tendencia a la baja», el monitoreo del OCAC evidencia un crecimiento sostenido de los delitos, con un promedio de más de siete casos diarios entre enero y junio.
El informe del OCAC, basado en la triangulación de fuentes para garantizar la veracidad, identificó 1 319 reportes de delitos en los primeros seis meses del año. Esta cifra supera ampliamente los 432 incidentes del mismo periodo en 2024 y representa casi cinco veces los 276 registrados en 2023, lo que refleja un incremento del 378 % en solo dos años. A pesar de la gravedad, esas cifras son solo un subregistro del problema porque no es posible acceder a las estadísticas oficiales.
La tipología muestra un panorama preocupante: 63 asesinatos, 721 robos, 61 asaltos, 38 agresiones, 198 relacionados con tráfico o consumo de drogas —categoría que se incorpora por primera vez— y 238 delitos clasificados como «otros», incluyendo vandalismo y portación ilegal de armas. Entre los robos, un número significativo se relaciona con el hurto y sacrificio de ganado.
Los asesinatos alcanzaron un promedio de más de diez por mes, afectando tanto a adultos como a menores y ancianos. Por otro lado, 16 de los 24 crímenes contra mujeres fueron reconocidos como feminicidios. La presencia de armas de fuego en seis de los homicidios confirma la creciente disponibilidad de armamento en manos de civiles.
Además, hubo 61 asaltos documentados. La Habana lideró los reportes seguida de Matanzas y Santiago de Cuba. Las agresiones, entendidas como ataques físicos sin intención de robo, alcanzaron los 38 casos. En paralelo, los hechos vinculados al tráfico y consumo de drogas sumaron 198 incidentes, concentrados principalmente en La Habana.
En conjunto, el informe del OCAC señala que la criminalidad afecta a un amplio espectro de la población y que la mayoría de los delitos se cometen de manera individual, aunque la participación en grupo también está registrada. La conclusión más relevante apunta a la desconexión entre las prioridades del Ministerio del Interior y la realidad delictiva, lo que permite el crecimiento de la actividad criminal mientras los recursos se concentran en la vigilancia política y el control social.
Migrantes en México y el peligro invisible
Otra investigación publicada hace unos días, mostró la realidad de miles de inmigrantes en México que enfrentan una amenaza silenciosa. La desinformación y los fraudes se han convertido en un negocio lucrativo con profundas secuelas humanas y económicas. La investigación «Me quedo en México», realizada por Conexión Migrante y Factchequeado, expone cómo la falta de orientación oficial abre las brechas a las estafas y deja en estado de vulnerabilidad a cientos de migrantes que intentan regularizar su estatus.
El estudio buscó responder cómo cambiaron los patrones de desinformación tras el endurecimiento de la política migratoria estadounidense, en enero de 2025, y quién se beneficia de estas prácticas. Los hallazgos muestran que el propio Estado mexicano, al no actualizar sus plataformas ni brindar orientación adecuada, ha contribuido a la proliferación de los fraudes.
Durante siete meses de investigación, se documentó que sitios oficiales como COMAR permanecen desactualizados desde 2016, la comunicación oficial en redes sociales suele estar abandonada, no hay presencia en TikTok y las oficinas, en muchas ocasiones, carecen de información útil. Esto abrió espacio a abogados y gestores, que cobran entre 500 y 750 dólares por trámites gratuitos, y a estafas más sofisticadas de hasta 3.500 dólares.
La investigación documenta también casos concretos; por ejemplo, redes que prometen visas falsas usando nombres de organizaciones; migrantes engañados sobre la posibilidad de acercarse a la frontera con Estados Unidos y fraudes masivos en ciudades como Tapachula. En el ámbito digital, se identificaron al menos 38 cuentas falsas en TikTok que se hacen pasar por medios reconocidos y 169 publicaciones engañosas, con 60 cuentas específicamente dedicadas a difundir contenido no confiable.
El trabajo de campo se realizó en Ciudad de México, Naucalpan, Tapachula y Monterrey, incluyendo entrevistas a migrantes, visitas a despachos de abogados y solicitudes de transparencia. La investigación, apoyada por el programa Disarming Disinformation del International Center for Journalists (ICFJ), evidencia la necesidad de reforzar la información oficial para proteger a los migrantes ante fraudes y bulos que ponen en riesgo su futuro y su vida.
*Estos temas son parte del nuevo episodio de Radiografía de Cuba, un videopódcast de elTOQUE en alianza con la Fundación Konrad Adenauer.
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