Por el 2010, solía recorrer los pasillos de la vocacional de Ciencias Exactas Federico Engels con un libro de Física abierto entre las manos. De todos los alumnos del preuniversitario era el único que tenía la rara costumbre de leer caminando. Mario aun recuerda a un profesor que cuando lo veía andando por los pasillos, abstraído entre sus logaritmos y fórmulas, siempre bromeaba diciendo: “Este muchacho termina genio o loco” .
Mientras estudia su carrera, Mario ha sobrevivido meses enteros con el estipendio estudiantil. Como si fuera posible subsistir 30 días en La Habana con 100 pesos (4 dólares). A veces ni siquiera con eso: cuando toma dinero para poder ir a su casa en Pinar del Río, tiene que vivir con los bolsillos vacíos durante semanas. En su casa, con el salario de dos padres profesionales, mantienen a tres hijos estudiando. Dos salarios para cinco personas. No pueden darle más.
Mario intercambia ropa con otro amigo y así no es tan evidente que va cada rato al aula con el mismo aspecto. Ese amigo también le presta a veces dinero para que viaje o coma algo. Desde hace cinco años Mario Jesús estudia Física en la Universidad de La Habana. Cinco años que, para un joven como él: de provincia y sin dinero, han sido un período de supervivencia.
Este muchacho está decidido a ser Físico y a serlo en Cuba.
“En la beca yo desayuno, almuerzo y como doble. Normalmente no está bueno, pero no puedo darme el lujo de ponerme fino. No puedo comprar comida en la calle regularmente y necesito mantenerme en pie para los turnos de clase y sobre todo terminar la tesis.
“Todos los jóvenes universitarios saben que este período es estresante y que se vive contra el reloj, sobre todo si te golpea el acceso a Internet. Necesito consultar bibliografía actualizada, descargar archivos de video o texto y con la cuota que nos da la facultad no alcanza ni para empezar. Si se quiere formar profesionales competentes no debería restringirse el acceso a la información que está en la red”.
“La preparación en la facultad es rigurosa. Eso es innegable, pero golpea a veces el éxodo de profesores. Ahora mismo hay un déficit visible: algunos alumnos más avanzados tenemos que dar clases prácticas a los de primero para aliviar un poco esta situación. Ese éxodo también es claro en los estudiantes: los mejores Físicos, o la mayoría de ellos, que podría tener Cuba están dejando el país, incluso antes de graduarse”.

Facultad de Física, Universidad de La Habana. Foto: Yander Zamora
“Sé que muchos de mis compañeros quieren el título para colgarlo en la pared. Muchos, una vez graduados, se olvidarán de la Física. Y es entendible. Parece una utopía mantenerse con lo que cobra un profesional de mi carrera en Cuba. Pero ese no es mi caso: no quiero ser ni barman, ni mesero en un paladar, ni guía de turismo. No hay nada deshonroso en esas ocupaciones, pero yo voy a ser Físico. Mi única aspiración es poder vivir de lo que estudio y me gusta”.
A punto de graduarse y unos meses de dejar la beca, Mario no quiere pensar que deba regresar a su casa, o lo que es lo mismo, a un pequeño pueblo del occidente de Pinar del Río, donde no cree posible realizarse profesionalmente. Las expectativas de este muchacho se centran en poder ejercer su profesión en un centro de investigaciones científicas en La Habana. Pero sin una casa propia, ni dinero para un alquiler, aún no tiene claro cómo lo logrará.
“Si llevo a la par trabajo y escuela me arriesgo a que baje mi rendimiento académico y de eso depende la ubicación laboral. Así ha pasado con mis compañeros. Uno de ellos ha dedicado tanto tiempo a pasar cursos de cantinero que terminó reprobando par de materias y repitiendo. Él prefiere preparar tragos en un bar y tener solvencia económica. Yo prefiero andar con la billetera de adorno y no poner en riesgo mi aprendizaje. Es cuestión de prioridades”.
Mario pudo haber hecho lo que algunos de sus compañeros: aplicar a escondidas para una beca en Argentina y empezar de nuevo. Cuenta que le fue tentador saber de un estipendio en dólares y con ello, la oportunidad de “tener un sueldo real al graduarse”. Pero prefirió no hacerlo, más por no convertirse “en extranjero” que por los riegos de no ganar la beca y que se conozca su intención de emigrar, lo cual le podría poner en una situación incómoda en la universidad.
Este muchacho está decidido a ser Físico y a serlo en Cuba.

La reparación de la Facultad de Física ha tomado mucho tiempo. Foto: Yander Zamora
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comentarios
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Agustín Borrego Torres
betyalq
Hay muchos puntos del artículo con los que concuerdo. Sin embargo tengo que decir que no comparto el criterio de que muchos estudiantes de nuestra faculatd sientan que se gradúan y no van a hacer más física. Soy recién graduada de esa hermosa carrera, también opté por quedarme en Cuba, pero aunque es verdad que muchos no se quedan aportando a la ciencia cubana, la mayoría aporta a la ciencia en general porque esa preparación que les brindó nuestra facultad les permite llegar a los lugares más prestigiosos y poner en alto el nombre de los físicos cubanos, yo considero que la carrera de Física es una de las pocas en este país donde sus estudiantes no tienen ese sentimiento de que al graduarse van a colgar su título en la pared.
odalys
Efectivamente las fotos ya no se ajustan a la realidad porque este texto, si se fija bien, es de 2016. Gracias por su comentario.
Alexander
Alejandro Carreros