Autor
Leyanes Yanes
Mujer, cubana y periodista. En ese orden está bien. Graduada de Comunicación Social en la Universidad de La Habana.
Realizadora de Audiovisuales con experiencia en periodismo de televisión.
Master en Dirección de Programas Informativos de TV. Codirectora del espacio digital L&B Actual. Me encantan los puntos suspensivos, los animales, y el “viajeteo”. Odio hacer el curriculum.
«Hace años me di cuenta de mi impotencia; a pesar de tener muchos privilegios, estaba silenciada. Tenía que aprobar el discurso que me daban, prestarme a reforzarlo y a ser premiada por ello».
La magia ha sido territorio de hombres por mucho tiempo. Las mujeres en la magia han sido sobre todo muñecas, ayudantes que levitan, o un ser humano cortado a la mitad. El mago posa, desde su superioridad y brilla mientras «la asistente» es objeto de la ilusión.
Daymé lleva las prisas buenas de la vida, las que susurran improvisaciones virtuosas que luego huyen por su garganta. El escenario contemporáneo del arte en Cuba no puede prescindir de esta mujer. Primero por su música, que es valiente como ella.
“Tu mente puede ir por donde tú quieras; pero al final, a tu entorno el número le pesa más que a ti misma. Hay cosas contra las que no puedes luchar; son molinos de viento que no se pueden vencer.”
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Autores
Leyanes Yanes
Mujer, cubana y periodista. En ese orden está bien. Graduada de Comunicación Social en la Universidad de La Habana. Realizadora de Audiovisuales con experiencia en periodismo de televisión. Master en Dirección de Programas Informativos de TV. Codirectora del espacio digital L&B Actual. Me encantan los puntos suspensivos, los animales, y el “viajeteo”. Odio hacer el curriculum.
«Hace años me di cuenta de mi impotencia; a pesar de tener muchos privilegios, estaba silenciada. Tenía que aprobar el discurso que me daban, prestarme a reforzarlo y a ser premiada por ello».
“Tu mente puede ir por donde tú quieras; pero al final, a tu entorno el número le pesa más que a ti misma. Hay cosas contra las que no puedes luchar; son molinos de viento que no se pueden vencer.”
La magia ha sido territorio de hombres por mucho tiempo. Las mujeres en la magia han sido sobre todo muñecas, ayudantes que levitan, o un ser humano cortado a la mitad. El mago posa, desde su superioridad y brilla mientras «la asistente» es objeto de la ilusión.
Daymé lleva las prisas buenas de la vida, las que susurran improvisaciones virtuosas que luego huyen por su garganta. El escenario contemporáneo del arte en Cuba no puede prescindir de esta mujer. Primero por su música, que es valiente como ella.