Durante el Tercer Período Ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en su X Legislatura, el primer ministro Manuel Marrero Cruz anunció un aumento de la dolarización a partir del establecimiento de varias medidas para recaudar más divisas, uno de los principales problemas que enfrenta la economía cubana.
En varios momentos de su intervención, Marrero Cruz hizo alusión a las «limitaciones en la captación de divisas» que antes recibía el Gobierno cubano.
Explicó que Cuba mantiene afectaciones en las cuatro principales fuentes de ingresos de divisas del país: exportaciones de bienes y servicios, inversión extranjera, acceso a créditos externos, y remesas.
Entre las «desviaciones» que impiden la captación de divisas informó que se emplean formas de pago mediante plataformas y pasarelas, no conectadas con el Gobierno, que les permiten realizar operaciones con tarjetas internacionales y el uso de billeteras electrónicas vinculadas a criptomonedas.
«Gran parte de los fondos que ingresan al país son interferidos y empleados en actividades personales o para el desarrollo de la actividad comercial ya sea legal o ilegal», dijo. «Se estima que unos dos mil millones de dólares que antes eran controlados por el Estado, se han expandido en el mercado parte legal y parte ilegal».
Pago de aranceles y servicios portuarios en divisas
«No podemos seguir regalando el dinero desde el Gobierno y muchas personas enriqueciéndose», dijo Manuel Marrero antes de anunciar las medidas para captar más moneda extranjera.
Entre los nuevos cambios se encuentra el pago en divisas de los aranceles a las importaciones del sector no estatal y de los servicios portuarios.
Para el establecimiento del impuesto arancelario en «moneda dura» ejemplificó que las FGNE en 2023 realizaron importaciones por un valor de 1300 millones de dólares y al cierre de junio alcanzaba los 936 millones de USD. De continuar la tendencia, dijo, superará el monto en el plan de la economía de 2024 de 1500 millones de USD.
«Esa actividad financiera y comercial tiene relevancia tributaria y genera una espiral incontrolable de demanda de divisas, diversificándose las vías, métodos y personas que se implican de manera ilegal», dijo. «No podemos seguir permitiendo que entren tantas mercancías y sigamos cobrando en moneda nacional. Por tanto hay que establecer cobros en las fronteras».
Durante las sesiones de la ANPP, las autoridades del Gobierno cubano han insistido en la evasión fiscal del sector privado como una de las causas del decrecimiento de la economía cubana y del aumento del déficit fiscal. Marrero Cruz informó que la evasión fiscal de las FGNE, solo por el impuesto sobre las ventas, a partir de la evaluación de las importaciones, es de 50 mil millones de pesos entre 2023 y abril de 2024.
Aunque resaltó que se disminuyó en un 50% los aranceles a las materias primas y están exentos del pago quienes importen pollo, aceite, salchichas, pastas alimenticias, detergente y leche en polvo, las medidas no son suficientes para disminuir los costos de la importación y comercialización de estos productos.
El Estado aceptará pagos de divisas en efectivo
De acuerdo con el premier cubano, existen formas de operar la actividad comercial y de servicios que ha sido ocupado «y usurpado» por operadores del mercado ilegal, proveedores y algunas formas de gestión no estatal (FGNE), los que en su funcionamiento han llegado al punto de ofrecer bienes y servicios en divisas dentro del territorio nacional.
Contradictoriamente y tras criticar a quienes tienen ofertas en divisas, anunció que el Gobierno comenzará a hacer lo mismo y aceptarán efectivo en determinadas actividades como el turismo. La medida, según las propias autoridades gubernamentales, no había sido permitida hasta el momento «porque contribuía a la dolarización de la economía y va en contra del proceso de Bancarización».
Mencionó que durante una escala en Francia varios touroperadores le plantearon que no puede ser que llegue un grupo de turistas a un buró y quieran comprar una de las excursiones más caras y de momento no haya conectividad para pagar por tarjeta.
Aunque aseguró que no es la dolarización de la economía una intención del Gobierno, dijo que «en este escenario de economía de guerra necesitamos transitar por ese camino para poder lograr que un día el peso cubano recupere su valor».
A pesar de reconocer que la ausencia de un mercado cambiario formal y la falta de liquidez de las entidades bancarias son una de las causas principales de la resistencia a la bancarización y la devaluación del peso cubano, dijo que el Gobierno no puede dar una solución concreta.
«El redimensionamiento lleva una implementación gradual», expresó. «Ir directo a una tasa de cambio traería una devaluación del peso y un pacto no deseado en la inflación, los precios y los bajos salarios».
Afectaciones a las mipymes
Las medidas anunciadas afectarán fundamentalmente a las FGNE que garantizan hoy con sus importaciones el abastecimiento de alimento para la población.
Marrero Cruz no se refirió a que, al tener que aumentar los pagos en divisas y no existir un mercado cambiario oficial, los emprendedores tendrán que acceder al mercado informal de divisas, lo que puede contribuir a aumentar la devaluación del peso cubano.
Entre los posibles efectos de las medidas también se encuentra el aumento de los costos operativos de las mipymes, lo que podría traducirse en precios más altos para los consumidores finales, o una una escasez de ciertos productos en el mercado por la disminución de las importaciones o el cierre de negocios.
El primer ministro aseguró que estas medidas no son «una cruzada» contra las mipymes, sino un reordenamiento, regulación y control del sector privado, que no puede ser el actor principal de la economía cubana.
Dolarización contínua
En su presentación a la Asamblea dijo que la ampliación de la red de servicentros en divisas de 29 a 47 se debió a la demanda del turismo y permitió recaudar 13 millones de dólares estadounidenses (USD).
Sin embargo, no todos los clientes han sido turistas. La escasez de combustible en los CUPET en moneda nacional (CUP) ha obligado a las personas naturales y emprendedores a adquirir tarjetas en USD para comprar gasolina y diésel en los CUPET «dolarizados».
Al referirse a las tiendas en moneda libremente convertible (MLC) reconoció que esos productos tienen mayores precios que los minimercados privados, pero dijo que es «injusto hacer ese análisis».
«Nuestras tiendas recaudadoras de divisas están enfrentadas a un escenario más complejo», dijo. «Tienen que ir a mercados más lejanos a comprar los recursos, a precios mayores por problemas con el pago a los proveedores, y no trabajan con el mercado ilegal de divisas sino con la tasa a 1 CUP por 120 USD».
La justificación de Marrero Cruz responde no solo a los criterios de la población sino también al sector privado cubano que ve en el tope de precios a los productos del sector no estatal y no a las tiendas en MLC una competencia desleal alentada por el propio Gobierno.
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