El salidero
Rosario, la viejita del edificio de la esquina, es la primera en darse cuenta. Camino al agromercado pone el pie en la calle y siente que su zapato izquierdo se hunde sobre un pedazo de asfalto medio desprendido. De inmediato comienza a brotar un casi imperceptible hilillo de agua que se escurre entre las grietas de la hace poco pavimentada avenida.
Días después, a todos los vecinos les preocupa el asunto: ya no es un hilillo, sino un cordel de agua lo que sale por allí. Agua límpida, potable, de la que se cobra. Solo dos meses atrás instalaron metros contadores y una pregunta es consenso público: quién paga el chorro.
El vecindario designa una comisión que se encargará de hacer la diligencia para un arreglo urgente del salidero. Sus tres miembros derrochan tanto sudor como agua brota por el prominente hueco. Porque ya es prominente, y hasta se cierra el tránsito.
Los del acueducto prometen que en menos de tres días irán a inspeccionar. Y cumplen. Llega una camioneta con cuatro tipos, baja uno, mira, exclama: «¡Qué interesante!» y parten por donde vinieron.
El surtidor se eleva un metro por arriba de la acera y doce por encima del nivel del mar. Viene de maravillas al aseo de automóviles, bicicletas y perros del barrio.
Se convoca a una reunión de todos los núcleos familiares para tomar decisiones. Alguien —seguramente humorista— propone, ya que el salidero es un ente real y no aparece por ninguna parte la solución de la desgracia, se aproveche la oportunidad para inaugurar la primera fuente de agua que tendrá la circunscripción. Sin papeleo adicional, pues es fuente por derecho.
Aprobación unánime. La bautizan «Fuente Ovejuna» y en sencilla ceremonia se hace oficial la conversión del salidero en auténtico surtidor.
Mas al otro día —¡oh, milagro!— deja de brotar agua. La única explicación la da el humorista: «Señores: ¿cuándo han visto ustedes, en esta ciudad, una fuente con agua?».
Los artistas de Matraca dibujan esta semana sobre la falta de agua en algunas comunidades del país, en particular en Maisí, en el extremo oriental, quienes salieron a las calles a protestar.
¡apoya la sátira cubana!
Esta Matraca, de tanto sonar, quiere dar dolores de cabeza a burócratas, represores, hipócritas y mojigatos. Que nuestro arte sea una herramienta de denuncia y ejercicio de la ciudadanía. Ayúdanos a que sea posible. Puedes dejarnos una contribución en PayPal o invitarnos a un Kofi.
¡PAYPAY QUE SEA CANEL, PAYPAL QUE SEA!
¡A LLORAR A CONTINUIDAD OBRERA!
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Alex0313