El congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart propuso al Gobierno de Estados Unidos retomar el programa de Admisión Condicional para Profesionales Médicos Cubanos (Cuban Medical Professional Parole Program, CMPP). Planteó, además, limitar el visado de los funcionarios extranjeros involucrados en la exportación de médicos que califica de forma moderna de esclavitud; eliminar los fondos federales para medianas y pequeñas empresas cubanas, así como promocionar proyectos de Internet libre para la isla y otras dictaduras de la región. 

Frente al incremento de la migración cubana, el político explicó en una entrevista concedida al periodista Mario Pentón que el programa necesita un enfoque específico: «Tenemos que hacer todo lo posible para que [el caso de los médicos] no se mezcle con el tema de la inmigración. Es un asunto totalmente distinto; es un grupo relativamente limitado, sabemos quiénes son y [en el regreso del programa] vamos a tratar de trabajar», precisó.

El parole permite a los médicos cubanos solicitar el permiso condicional para ingresar de forma legal a Estados Unidos y tiene como objetivo incentivar a profesionales médicos calificados a emigrar legalmente a EE. UU. 

¿Qué pasa con los médicos cubanos?

El régimen cubano envía médicos a otros países hace más de 60 años a pesar del déficit de sanitarios en la isla.

Díaz-Balart explicó que el Gobierno de la isla envía a los médicos a otras naciones en condiciones precarias y con salarios bajos, lo que cataloga de «trato inhumano o esclavitud». La contratación de los galenos ha generado controversia y críticas —particularmente en relación con las condiciones laborales y de vida de los médicos de la isla en las misiones en el extranjero— debido a que los fondos que se generan «van directamente a los bolsillos de la familia Castro» y no se traducen en salarios para los prestadores del servicio médico. 

Al referirse a la eliminación o negación del visado estadounidense a los funcionarios que participen en la contratación de personal médico de la isla —con mediación del Gobierno de Díaz-Canel—, el congresista dijo que «tiene que haber consecuencias» por participar en «la esclavitud de médicos cubanos».

En 2019, tres senadores estadounidenses escribieron una carta al secretario de Estado Mike Pompeo en la que pedían la reinstauración del programa de Admisión Condicional para Profesionales Médicos Cubanos. En la misiva, también solicitaron —entre otras cuestiones— que Cuba fuera nuevamente incluida en la lista de países que no hacen lo suficiente para combatir el tráfico humano; que se investigara el programa Mais Médicos; y que se hiciera una evaluación detallada de cómo Estados Unidos planea ayudar a los médicos cubanos que trabajan en condiciones coercitivas.

¿Qué ocurrió con el programa de Admisión Condicional para Profesionales Médicos Cubanos? 

El 11 de agosto de 2006, el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. anunció que el personal médico cubano que se encontraba en países distintos a Cuba y Estados Unidos podría solicitar permiso de ingreso en una embajada o consulado estadounidense. Las solicitudes fueron evaluadas por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis, por sus siglas en inglés). 

Cuba: ¿«tolerancia cero» ante cualquier modalidad de trata de personas?

El Gobierno cubano se posiciona a través del discurso en contra de la trata de personas. Sin embargo, no existen protocolos específicos —que sean conocidos— para brindar asistencia a las víctimas de ese delito fuera de sus fronteras. Además, varios organismos internacionales advierten que la violación de los derechos de los médicos internacionalistas es una modalidad de esclavitud moderna.

Bajo el programa CMPP, los cónyuges e hijos solteros menores de 21 años de las personas que cumplían los requisitos podían ser incluidos en la solicitud. Los familiares podían encontrarse junto al profesional médico en el otro país o residir en Cuba.

El programa de Admisión Condicional para Profesionales Médicos Cubanos terminó el 12 de enero de 2017 durante la Administración de Barack Obama, como parte de un acuerdo para normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en políticas migratorias. 

Díaz-Balart también explicó, durante la entrevista con Mario Pentón, la propuesta de prohibir el financiamiento federal a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de la isla. El congresista señaló que funcionarios de la Administración Biden reconocieron que las empresas enlistadas para recibir ayuda son «empresas certificadas por el régimen cubano». 

El congresista rechazó la idea de que apoyar empresas privadas conduzca a cambios democráticos en Cuba y afirmó que la estrategia no funcionará, pues solamente financiaría a la dictadura.