Imágenes tomadas de redes sociales.
Siete muertes y una región desinformada ¿Qué reveló el huracán Oscar sobre la respuesta estatal?
23 / octubre / 2024
Siete personas fallecieron tras el paso del huracán Oscar por Cuba, según los datos oficiales. La cifra de muertes sorprendió a los cubanos. En la isla, tras el paso de tormentas tropicales o ciclones de categoría 1 —como Oscar—, los reportes de fallecidos habían sido pocos o nulos.
Los mayores registros en los últimos 15 años se reportaron en 2012, tras el paso del huracán Sandy —categoría 2 en la escala Saffir-Simpson—, que cobró la vida de 11 personas; Irma en 2017 —categoría 5—, que causó la pérdida de diez personas; e Ian —categoría 5— en 2022, que provocó 5 muertes.
El municipio guantanamero San Antonio del Sur, donde vivían seis de los fallecidos por el ciclón Oscar, sufrió severas inundaciones. La muerte de las seis personas, a causa de la anegación, cuestiona la eficiencia de los protocolos de evacuación y resguardo de personas vulnerables: tres personas tenían más de 80 años y se lamentó el fallecimiento de una niña de 5 años.
La falta de comunicación, la desprotección de las personas con mayores riesgos y vulnerabilidad ha dejado (más aún) al descubierto el colapso del Estado cubano. La Defensa Civil, un organismo que parecía sobrevivir a la debacle institucional en Cuba, ya no puede presumir de su eficiencia.
Falta de información oportuna
En varios territorios del país, un vehículo con un alto parlante solía recorrer las ciudades cuando había algún tipo de amenaza, casi siempre climatológica.
Sin embargo, ante la ausencia de energía eléctrica tras el apagón nacional el 18 de octubre de 2024, cientos de personas no tuvieron cómo informarse y muchos supieron del huracán Oscar cuando el cielo se nubló sobre sus cabezas.
La crónica de una periodista del semanario guantanamero Venceremos dejó al descubierto que muchos desconocían la llegada del ciclón. «Después de conocer la noticia, la que corrió de boca en boca al no haber corriente, me pasé varias horas de puro ajetreo, asegurando puertas y ventanas, comprando alimentos, abriendo zanjas, uf, terminé un tanto agotada», relata la reportera.
«En este minuto ni sé qué sucede en otras partes de Baracoa, la incomunicación nos mata», repitió más adelante en su texto.
Según contaron a elTOQUE varios pobladores, en San Antonio del Sur, Santos Lobaina, quien estaba al frente de la radio base en ese poblado, solía salir en su motor con una bocina y avisar a los pobladores durante las emergencias climáticas.
«Pero “Santico” murió en 2023, enfermo y casi en el abandono total, y tras su muerte ya nadie informaba al pueblo», lamentó un guantanamero.
Allí, como en otros poblados de la provincia más oriental de Cuba, la crecida de los ríos cortó la comunicación por tierra y los prolongados apagones impidieron la comunicación por otras vías. La telefonía fija también colapsó y no fue hasta la tarde del lunes 21 de octubre que algunas personas volvieron a tener servicio telefónico.
«No dudo que a alguno le haya cogido la inundación durmiendo», lamentó una baracoense. Según contó a elTOQUE, dos de los fallecidos eran una pareja de ancianos encamados, situación que, de confirmarse, haría más cuestionable la protección y amparo del Gobierno a las personas en situación de vulnerabilidad. El 88 % de los evacuados en Guantánamo se refugió en casa de amigos y familiares.
Aunque no lo reconocieron directamente, los invitados a la Mesa Redonda del lunes 21 de octubre coincidieron en que entre las lecciones tras el paso del huracán se encuentra ser «más rápido y ágiles en la respuesta» ante eventos meteorológicos de este tipo.
El coronel Argenis Perales Pérez, jefe del Departamento de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa Civil, reconoció que la crisis energética hizo más compleja la situación de comunicación y muchos no se pudieron informar, «un elemento en el que hay que trabajar».
Perales Pérez insistió en que los «cuadros» buscaron soluciones y se «ubicaron altoparlantes o motorinas con mensajes grabados con el objetivo de informar».
«Desde el día 19 de octubre se puntualizaron los elementos asociados a la red de emergencia de comunicaciones —radioaficionados— que en la práctica se demostró que es necesario puntualizarlo y mantenerlos», agregó el funcionario.
No obstante, los entrevistados por elTOQUE y los comentarios en varias publicaciones de medios guantanameros contradicen las informaciones oficiales y aseguran que muchos no supieron a tiempo del huracán, por lo que no pudieron prepararse.
Puriales, El Valle del Caujerí, Macambo y la Cueva del Humo son algunos de los poblados de los que aún no se tienen noticias en el municipio San Antonio del Sur; siguen incomunicados. Los familiares en Cuba y el extranjero buscan información de manera desesperada ante los reportes de los fallecidos y las varias personas desaparecidas.
«El río Sabanalamar (que se extiende por San Antonio del Sur) se desbordó y las imágenes que hemos visto dan miedo», comenta Roger Lobaina, residente en Texas, pero con familia en San Antonio.
Según los datos oficiales, «de una a tres de la madrugada del lunes 21 de octubre cayeron sobre ese territorio 278 milímetros de precipitaciones, lo que provocó una inundación sin precedentes, que anegó casi todo el poblado cabecera y otras comunidades».
«Probablemente los cogió a todos dormidos», comentaron algunos pobladores. Los reportes de prensa y declaraciones de autoridades aseguran que la inundación por la «repentina e intensa» caída de precipitaciones «tomó por sorpresa a muchos». Sin embargo, estudios y paso de ciclones anteriores —como Matthew en 2016— anticipaban que podía ocurrir un desastre de este tipo.
«El agua tapó carros, casas, algunas personas se salvaron porque se subieron a los techos. Todo eso lo he visto en Internet. Yo aún no sé de mis tíos», dijo el cubano residente en Estados Unidos.
Una baracoense contó que, tras el apagón del viernes 18 de octubre, la comunicación se restableció el lunes 21 de octubre. «Seguimos sin electricidad y ayer (lunes 21) fue que pude conectarme a Internet y hablar con mi familia y ver las noticias».
«Había mucha gente que no sabía ni que venía un huracán. Y la defensa civil bien sabemos que se ha vuelto un desastre, como todo lo demás», lamentó una guantanamera.
Dado que al menos cuatro de las personas debían constituir una prioridad de protección por sus edades, el Gobierno tiene que esclarecer las circunstancias de las muertes e identificar responsabilidades.
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