La apertura del supermercado 3ra y 70, bajo el Hotel Gran Muthu Habana, acaparó los principales titulares de la prensa independiente cubana en los primeros días de 2025. 

Los comentarios en redes sociales, reportes de la ciudadanía y notas de prensa dan cuenta de la indignación que ha significado para la mayoría de los cubanos que, en ese sitio con anaqueles abastecidos, solamente sea posible comprar con divisas en efectivo y con tarjetas internacionales o nacionales —como la Clásica de Fincimex o la denominada en dólares del Banco de Crédito y Comercio (Bandec)—. 

Las tarjetas en moneda libremente convertible (MLC) emitidas por los bancos cubanos no son aceptadas, lo que confirma —otra vez— que la MLC no tiene respaldo y que el Gobierno no cumple la promesa de respetar y respaldar los ingresos y ahorros de los cubanos. 

Pero lo que convierte al nuevo supermercado en un símbolo de desigualdad es su ubicación: justo frente a una tienda homónima en MLC, cuyos estantes eran los más abastecidos hace unos años y hoy están prácticamente vacíos. 

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El «príncipe y el mendigo»

La población cubana ha bautizado los dos supermercados de 3ra y 70 como «el príncipe y el mendigo», por las claras diferencias entre ambos. 

Mientras que el nuevo supermercado 3ra y 70 se encuentra lleno de productos de marcas importadas como Vima o Alteza, u otras de producción nacional como Ciego Montero, la tienda vecina en MLC tiene estantes desabastecidos y una oferta limitada de productos esenciales. 

Los consumidores de la tienda en dólares pueden elegir entre carne, leche, aceites y otros productos de alta demanda, mientras quienes dependen de la tienda en MLC enfrentan largas esperas por productos básicos que rara vez están disponibles. Los anaqueles en un día normal muestran «alimentos» como ketchup, puré de papas o mostaza. 

Varios usuarios también han reportado la diferencia en las condiciones de ambos recintos: iluminado, con abundantes cajas registradoras para el pago y organización en aquel por dólares; y en penumbras y con olor a nevera descongelada y comida descompuesta en el otro en MLC. 

Según diversos reportes de prensa y redes sociales, algunos de los productos que se encuentran en el supermercado 3ra y 70 parecen haber sido trasladados desde otras tiendas en MLC. 

Las imágenes de los medios independientes permiten apreciar en las etiquetas de productos como queso, morcilla y carne de res que han sido suministrados desde los inventarios de otros establecimientos que operan en MLC (como el de Flores, ubicado en 5ta y 3ra, en Miramar). 

La práctica también fue reportada en 2020, cuando el Gobierno sacó productos de las tiendas en CUC para surtir las nuevas tiendas en MLC. En el actual contexto, es una muestra de la crisis que los obliga a mover los inventarios y manipular los recursos a favor de los negocios que les reporten ingresos en divisas y no de las necesidades de la población. 

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Promesas incumplidas

En julio de 2020, el Gobierno cubano prometió abrir 72 tiendas especializadas en «productos de alta gama» que solo aceptarían MLC. Para comprar en ellas, obligó a la población a ingresar sus divisas en las nuevas tarjetas que operarían con «dólar bancario». La promesa fue que en esos puntos de venta no se comercializarían artículos básicos como aceite, harina, leche, pollo, champú, jabón y detergente, entre otros. 

Las 72 tiendas fueron anunciadas como alternativa para ingresar las divisas que se gastaban en mercados internacionales, como la Zona Libre de Colón en Panamá y para cubrir las necesidades de los cubanos con mayores recursos; mientras que la mayoría de la población dependería de los mercados estatales que serían reabastecidos con los ingresos en MLC. 

Cuatro años y medio después de las promesas, los cubanos han visto cómo la dolarización en la isla se ha extendido, mientras deja en evidencia el bajo poder adquisitivo de los salarios en pesos cubanos, absorbidos por la inflación galopante y la ausencia de un mercado cambiario oficial que satisfaga la demanda.

Lo que en 2020 se anunció como experimento temporal y limitado ha dado paso a una «normalización» de las tiendas y de otros servicios en divisas. 

El interés del Gobierno por ingresar divisas a cualquier costo ahora experimenta una nueva fórmula, que parece darle algún resultado a juzgar por la afluencia de personas en los primeros días de inaugurada la tienda en dólares de 3ra y 70. 

«Las medidas recientes demuestran su carácter rentista. Lo suyo [del Gobierno] es exprimir, pero deberían entender que se puede exprimir hasta el límite de que pueda obtenerse algo de ello», publicó en sus redes sociales el economista Mauricio de Miranda. «Exprimir a una sociedad es explotarla, eso no tiene otro nombre».