Estoy convencido de que no existió nunca una rivalidad deportiva tan mediática, prolongada y del altísimo nivel que nos brindaron Cristiano Ronaldo (CR7) y Lionel Messi durante casi dos décadas en el fútbol europeo. 

En las más prestigiosas competiciones, ambos rivalizaron, pero sobre todo se mejoraron el uno al otro. 

El punto más álgido de la rivalidad fue durante las nueve temporadas que Cristiano Ronaldo estuvo en el Real Madrid y coincidió en tiempo y espacio con Lionel Messi, que militaba en el Barcelona. 

Compitieron cada gol, cada asistencia, cada victoria, cada título y cada premio individual, como dije, al más alto nivel del fútbol mundial. 

Nadie les hizo sombra. Ganaron todas las distinciones (personales y colectivas), alternándose en el podio, muchas veces por pequeñas diferencias.

El año 2023 fue definitivamente el cierre de esa hermosa rivalidad. Primero, Cristiano Ronaldo rescindió de su contrato con el Manchester United y firmó por el Al-Nassr en el entonces desconocido fútbol de Arabia Saudita.

Luego sabríamos que CR7 sería la llave para que a las arenas árabes llegara más de una veintena de jugadores de muchísimo caché y experiencia que harían que el mundo girara su mirada hacia el balompié del Medio Oriente.

Lionel Messi, por su parte, terminó la temporada con el Paris Saint-Germain (PSG). Finalizado su contrato en la capital francesa, decidió que era hora de irse a Estados Unidos y empezar una nueva etapa en su carrera profesional. 

Messi, Cuba y el Inter Miami

La firma de Messi con el Inter Miami lo vincula indirectamente con Cuba y con la historia de su exilio.

El Inter Miami fue el equipo que, tras duras negociaciones, logró hacerse con los servicios del flamante Campeón del Mundo. Eso sí, hay que señalar que la salida del fútbol europeo de Messi parece precipitada si tenemos en cuenta que es dos años menor que Cristiano y que tiene nivel aún para estar en el Viejo Continente.

Este es el punto en el que, cuando crees que terminó la legendaria rivalidad, notas que lo que ha sucedido es que ha comenzado su versión 2.0. Solo que esta vez fuera de la élite mundial, pero con el mismo valor en sus números y logros. 

Messi y Cristiano han puesto a competir a la Major League Soccer (MLS) y a la Liga Profesional Saudí; han puesto a competir el nivel del fútbol en Estados Unidos y en Arabia Saudita; han puesto a competir la importancia de sus primeros logros e, incluso, la oficialidad de alguno de ellos.

Hay que ser sinceros y admitir que ambos son auténticos elefantes en tierras de ardillas rojas. Sus estadísticas empiezan a subir dramáticamente. De ahí que cada gol cuente para los logaritmos históricos, que a fin de cuentas es ahora lo que les queda. 

Cristiano Ronaldo es el líder goleador histórico (850) pero el segundo puesto es, desde hace algún tiempo, de Lionel Messi, que persigue de cerca (819) al futbolista portugués. Pareciera que, en la lejanía geográfica, se siguen motivando entre ellos. Cuando uno anota, el otro después también marca y llevan cantidades muy similares en esta temporada.

Messi y Cristiano seguirán compitiendo brutalmente hasta que terminen sus días dentro de los terrenos de juego. Tanto es así que han logrado que desviemos nuestra atención a ligas realmente secundarias, que jamás imaginamos que pudieran compartir espacio mediático con el imponente e invicto (hasta ahora) fútbol europeo.

Pero la historia no acaba cuando se retiren. Estoy seguro de que veremos la rivalidad 3.0 desde los banquillos. Es una suerte y un absoluto privilegio poder vivir para verlo y contarlo.

Postdata del fútbol cubano:

La selección cubana debutó esta fecha FIFA en el nivel A de la Liga de Naciones de CONCACAF con el objetivo claro de mantener la categoría. Para sorpresa de algunos y alegría de muchos, empataron con Haití (0-0) en la primera jornada y ganaron a Surinam (1-0) en la segunda, colocándose en segundo lugar del grupo B con los mismos puntos que Jamaica y por delante de Honduras. La selección hondureña será el próximo rival, en octubre, por partida doble. Bastaría un empate en los dos partidos restantes para asegurar sostenernos en la Liga A.

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