La inexistencia de un mercado legal de divisas es uno de los principales asuntos negativos que «ha diagnosticado» el Gobierno cubano en relación con los nuevos actores económicos, pero que atraviesa al resto de los problemas de Cuba.
Aunque es un asunto «traído y llevado» desde hace meses y se ha mencionado varias veces durante las sesiones del Parlamento, las intervenciones no informaron claramente cómo va a resolverse el asunto.
«Redimensionar el mercado cambiario, intervención del informal y control del tipo de cambio en el país, que incluye la determinación de la tasa de cambio y la formación de precios», fue una de las medidas anunciadas por el primer ministro Manuel Marrero durante la Sesión Plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) el 20 de diciembre de 2023.
«En muchos casos se usa una divisa en el mercado ilegal que por su alto valor se traslada hacia los precios de los productos finales», dijo.
Actualmente, los bancos en Cuba se limitan a vender la divisa que compran. Aunque el Gobierno estableció una tasa de cambio de 1 USD x 120 CUP, la diferencia con el mercado informal, la irregularidad y las limitaciones en la extracción de moneda extranjera por personas naturales o jurídicas, y la poca confianza en los bancos cubanos ha hecho que la población prefiera guardar en casa el efectivo y cambiarlo «de a poquito» por la calle.
«Se trabaja en acciones para incidir en el mercado cambiario informal», repitieron Manuel Marrero y Alejandro Gil. Resaltaron, además, el carácter ilegal de ese mercado y, por tanto, justificaron el «combate» del Gobierno en su contra.
Para eliminar el mercado informal «hace falta ingresar más divisas, exportar más, recuperar el turismo, los rublos exportables», dijo Marrero.
Mientras el Gobierno no atienda la demanda de divisas de la población y de las empresas privadas, alguien más lo hará. Puede criminalizarlo, pero es una necesidad perfectamente legítima.
Para poder recuperar la divisa de las importaciones, algunas mipymes prefieren pagos directos en el extranjero a través de la venta de sus productos en tiendas online u ofrecen descuentos en la isla a quienes les paguen directamente en dólares o euros.
Los bazares online gestionados por empresas estatales también usan algunas de las alternativas anteriores al aceptar solamente el pago con tarjetas internacionales que nunca entran al sistema financiero nacional.
«El mercado ilegal de divisas en Cuba es el resultado de un diseño estatal defectuoso que no provee un mercado mayorista adecuado», reflexiona un consultor económico camagueyano. «Las empresas estatales intermediarias de importación del Ministerio de Comercio Exterior (Mincex) agravan los costos con los precios de las importaciones y exportaciones. Lo cual otorga eficiencia y protagonismo falsos a esas empresas que monopolizan el comercio exterior», añade.
Para él, el asunto es simple, el Gobierno quiere sacar una gran tajada con las empresas importadoras y exportadoras que solo funcionan como intermediarias.
«Marrero exige “fichas de costos y márgenes de utilidades razonables” (a saber cuáles son sus referencias) y solo menciona que las 72 empresas “no están funcionando bien”. Lo que habría es que quitarlas del medio. Las entidades estatales muchas veces le “gestionan” a los mipimeros la “importación” en divisa, incluso, de productos nacionales».
Una de las «ideas» que mencionó Alejandro Gil para recuperar el mercado de divisas fue «incorporar gradualmente a actores económicos estatales exportadores a vender de sus divisas al tipo de cambio del mercado cambiario, como incentivo a la exportación».
Entre las «soluciones» mencionadas por el Gobierno para «tomar control del mercado de divisas» se encuentra la recuperación de las remesas.
En la actualidad, la ayuda de los cubanos en el extranjero a sus familiares en Cuba llega en forma de paquetes de pollo u otros alimentos o en el bolsillo de los viajeros. Aunque no existen datos públicos, de acuerdo con los testimonios de varias personas, muy pocos reciben las remesas en las tarjetas en MLC, pues en las tiendas en esa moneda virtual hay desabastecimiento de productos básicos (sobre todo alimentos).
«Subterfugios e inventos entre empresas extranjeras y formas de gestión no estatal (FGNE)», fue el nombre que le dio Marrero Cruz a las remesas que no pasan por el sistema bancario cubano.
«Con MLC puedo comprar algunas cosas, pero con CUP aparecen más», dijo a elTOQUE hace varios meses Marta,una habanera que prefiere que sus hijos le manden los euros desde Italia. «La tasa informal es más atractiva que la del Banco. Sin contar que muy pocas veces se puede extraer sin trabas o esperas la divisa extranjera depositada en las tarjetas».
Aunque las declaraciones de Marta fueron en octubre de 2023, la realidad cubana no ha cambiado. La MLC ha fracasado en su uso tanto para la población como para las entidades jurídicas porque es una moneda virtual que para poco vale.
Inés de la Caridad Vega, socia de una mipyme y diputada cubana, mencionó durante el trabajo en comisiones de la Asamblea que la tarjeta en MLC no tiene significado porque aunque hacen ventas en MLC los pagos al proveedor demoran. «Cuando somos pequeños, somos mipymes, no podemos darnos el lujo de esperar tres o seis meses para que se le pague al proveedor porque cuando vamos a pedirle de nuevo no nos quiere vender».
«La parte relativa a la tasa de cambio parece delirante. Expresa una noción rudimentaria del funcionamiento de la tasa de cambio y proyecta una visión utópica de “redimensionamiento” del mercado cambiario en medio de la aguda escasez de reservas de divisas del país», reflexionó el economista cubano Pedro Monreal.
«La expresión “intervención en el mercado informal” parece referir que lo van a reprimir. Lo del “control del tipo de cambio” en el país expresa una noción voluntarista que desconoce que la tasa de cambio refleja esencialmente diferenciales objetivos de productividad internacional».
«La tasa de cambio —igual que cualquier precio— refleja varios factores, incluida la especulación. No queda claro cómo desde una PC en otro país se fijaría la tasa de cambio del CUP. Lo que queda claro es que las tasas que salen de las computadoras oficiales están desconectadas de la realidad», agregó Monreal.
«Mentalidad importadora» heredada del Estado
En Cuba se importa casi todo, sea por la «mentalidad importadora» que llama el Gobierno o porque casi nada se produce.
Según los datos ofrecidos por el ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil, hasta noviembre de 2023 el valor de las importaciones de las formas de gestión no estatal ascendió a los 1 072 millones de dólares —772 millones correspondieron a las mipymes, 277 millones a los trabajadores por cuenta propia y 23 millones al resto—.
De acuerdo con los datos oficiales, en 2022 Cuba importó poco más de 2 600 millones de dólares en bienes de consumo. Las importaciones de las mipymes representan el 40 % de las compras totales en la categoría.
La principal preocupación del Gobierno es la tendencia a importar los «bienes listos» y no la materia prima para la producción.
«La importación masiva de manera desordenada de productos terminados o listos para la venta, más que la solución de un gran problema ha sido una dificultad que no nos conduce a disminuir la inflación y no nos ha conducido a disminuir los precios», dijo Alejandro Gil durante la Sesión Plenaria del 20 de diciembre de 2023.
El economista Ricardo Torres comentó a elTOQUE que la permanente incertidumbre que reina sobre el futuro determina que el inversor privado privilegie la rápida rotación del inventario y la recuperación de la inversión.
Producir es mucho más complejo y dilatado que comercializar, sobre todo cuando existen pocos incentivos para los productores.
Según explicó Manuel Marrero, los aranceles de las 72 empresas importadoras y exportadoras eran «extremadamente bajos» para que no se reflejaran en los precios «de cara a la población».
Las declaraciones de Gil fueron el preámbulo del anuncio de Manuel Marrero del aumento de una disminución en un 50 % del pago de aranceles por importaciones de materias primas y bienes intermedios y del incremento arancelario para quienes importen artículos listos para la venta —sobre todo los que se producen en el país (cerveza, ron, cigarro y otros)—.
Justificados en una «protección a los productos nacionales», tanto Gil como Marrero olvidaron que gracias a la importación de las mipymes productos como el aceite, el pollo o incluso la cerveza disminuyeron sus precios en los minimercados privados. Las producciones nacionales de Cristal o Bucanero, por ejemplo, además de tener un abastecimiento irregular en el mercado minorista, suelen tener precios más altos que las importadas.
«El problema es que si en las tiendas en MLC los precios de los productos nacionales son altísimos, cómo creen que los privados van a poner bajos precios a los productos que importan», se cuestionó una usuaria en Facebook. «Los primeros precios que tienen que revisar son los de las empresas estatales».
La importación de productos de las mipymes no solo han permitido la estabilidad de la oferta, —en muchos casos a altos precios regidos por «oferta y demanda»—, sino que han puesto un plato de comida en la mesa cuando el Estado ni siquiera ha podido cumplir sus compromisos con la canasta básica.
«El estado ideal de productos a bajo precio o de ofertas variadas no existe en Cuba ni creo que lo haya a largo plazo. Habrá que ver si la gente prefiere que haya algo al menos a un precio superior o que no haya nada. Porque no dudo que muchos mipymeros cancelemos productos», dijo el socio de una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL).
En octubre de 2023 el economista Oscar Fernández explicó en su muro de Facebook que las importaciones del sector privado no las compran solo las personas «solventes», sino quienes encuentran en la oferta privada una alternativa mejor y más segura al mercado negro, incluso, muchas veces más económicas que la oferta en las tiendas en MLC.
«Por otra parte, cuando desaparezca la oferta privada de pollo, las personas de mayores ingresos generarán una demanda que será satisfecha con el pollo de los pobres. Desviarán y comprarán el pollo de los pobres. Así de simple», agregó.
La diputada Inés de la Caridad Vega reconoció que diferenciar los pagos arancelarios de quien importa para producir y quien importa para comercializar es una medida que va en el buen camino, pero que lleva una diferenciación con quienes importen productos terminados de primera necesidad como leche en polvo, por ejemplo.
«Tratar de reducir importaciones de productos terminados imponiendo aranceles de importación a las mipymes es un error doble: deja fuera los grandes importadores estatales y creará escasez artificial. Mejor ocúpense de favorecer las condiciones e incentivos para producir», concluyó Pedro Monreal.
¿De qué tienen la culpa las mipymes?
La subdeclaración y evasión de impuestos de los actores no estatales fue calificado de «problema significativo».
Las violaciones diagnosticadas van desde negocios que se declaran en pérdida (hay más de 685) cuando en realidad muchos tienen es un sistema contable ineficiente —agregan la inversión inicial a los gastos y no la distribuyen en el tiempo—, hasta otros que se acogen a proyectos de desarrollo local para no tener límites en la contratación de personas.
Las autoridades gubernamentales mencionaron la necesidad de que los impuestos de los trabajadores privados «contribuyan más al presupuesto del Estado», una afirmación que dejó sobre la mesa el fantasma de un aumento de los tributos.
Entre las cuestiones positivas que resaltó Johana Odriozola, viceministra del MEP, se encuentra la creación de puestos de trabajo en la economía, con unas 262 000 personas en las FGNE. De acuerdo con los datos que ofreció, el 9 % de los empleados declararon provenir del sector estatal.
Sin embargo, al referirse al asunto durante una de las comisiones de la ANPP, el ministro Alejandro Gil Fernández criticó que por la diferencia de salarios entre el sector estatal y el no estatal el éxodo hacia los negocios privados es una de las limitaciones que tienen hoy la economía y sociedad cubanas.
Es común que profesionales y trabajadores cualificados opten por dejar sus empleos en el sector estatal para buscar mejores oportunidades en el sector privado, una realidad que no es exclusiva de Cuba. Aunque la tendencia podría afectar la calidad y la eficacia de los servicios y funciones del sector estatal, no es una realidad preocupante dado que el Estado continúa siendo el mayor empleador en Cuba —con más de 1 336 000 millones de trabajadores—.
Manuel Marrero, casi al final de su intervención el 20 de diciembre de 2023 en la Sesión Plenaria de la ANPP, anunció la subida del precio de servicios como el agua, la electricidad y el combustible.
Las consecuencias de los aumentos los había mencionado discretamente el presidente cubano Miguel Díaz-Canel durante el trabajo en la Comisión de Economía días antes. «Cuando le subamos el precio al combustible van a subir algunos servicios y algunos precios. El particular que tiene que comprar combustible [más caro] enseguida va a buscar la justificación para subirle el precio al transporte. El productor agropecuario que tenga que comprar diésel a un precio más alto le va a querer subir el precio a los alimentos», dijo.
No obstante, aclaró que su Administración estaba de acuerdo con esa y con otras medidas porque están dirigidas a eliminar los «desbalances macroeconómicos» y a aumentar la recaudación para cerrar la brecha fiscal.
«Sí, ellos aseguran que los aumentos son para los altos consumidores pero ¿quiénes son los altos consumidores?, se preguntó un usuario en Facebook. «Son los que nos venden la comida —a altos precios— y ofrecen los servicios de transporte que el Estado no cubre. Entonces, por lógica, subirán sus precios. El Estado seguirá estando ausente en la oferta y los jodidos seremos los de siempre. Han hecho esa “jugada” otras veces y siempre les ha salido mal».
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