El cáncer está entre las tres primeras causas de muerte en Cuba desde 1970 y se estima que su incidencia aumente en los próximos 20 años en el mundo.
«Vaticinamos, con base en los cambios proyectados en la población y el envejecimiento, que habrá unos 35 millones de casos de cáncer hacia 2050, un 77 % más que en 2022», dijo en febrero de 2024 Freddie Bray, jefe de supervisión del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Anuario Estadístico de Salud (2023) de la isla reflejó que en 2022 fallecieron 25 191 personas debido a tumores malignos. La cifra ha ido en ascenso, mueren alrededor de 146 personas por día en Cuba y se diagnostican más de 56 000 casos nuevos cada año, según explicó a la prensa nacional el Dr. Elías Gracia Medina, jefe de la Red Nacional de Oncología.
Una detección a tiempo y un tratamiento efectivo (muchas veces quirúrgico o paliativo) es la mejor oportunidad para quien recibe un diagnóstico positivo. En términos prácticos, las terapias contra el cáncer implican importantes costos para cualquier sistema de Salud y para las familias que comienzan una carrera contra el tiempo. ¿Está preparado el sistema de Salud cubano para ello?
Las demoras en el acceso a los especialistas, la falta de recursos para realizarse pruebas diagnósticas y de seguimiento, el deterioro de las instalaciones de Salud y las dificultades para acceder a fármacos y tratamientos son algunos de los problemas que se suman a la difícil y costosa situación médica (tanto psicológica como económica) para quienes padecen la enfermedad en Cuba.
El discurso oficial tiene una visión triunfalista. El 4 de febrero de 2024, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel escribió en su cuenta en X: «En el Día Mundial contra el Cáncer nuestra solidaridad para todos los que están dando la batalla contra esa dura enfermedad. Cuba, en medio de un bloqueo genocida, seguirá dando la atención que merece cada paciente y no detendremos el desarrollo de medicamentos contra el cáncer».
Durante la pandemia de la COVID-19 y debido a medidas de seguridad, muchas consultas cerraron y se pospusieron cirugías y otros tratamientos en el país; lo que se presupone tuvo un impacto negativo a corto y mediano plazo para la detección y atención del cáncer.
Aunque hasta el momento no se refleja en las estadísticas oficiales publicadas, el Dr. Gracia Medina dijo a Cubavisión Internacional que hubo demora de los pacientes en asistir a los sistemas sanitarios para el diagnóstico precoz de cáncer, que se detuvieron los programas de pesquisa y que se vio un aumento de un 26 % a cerca de un 40 % de pacientes detectados en estadios avanzados de la enfermedad.
¿Qué necesitan los pacientes con cáncer en Cuba?
En el actual contexto, cada vez son más las personas obligadas a acudir a las redes sociales, a familiares en el exterior o al mercado negro para conseguir todo tipo de medicamentos, incluidos los empleados contra el cáncer.
En una nota en el periódico espirituano Escambray, Jorge Álvarez Blanco, jefe del Grupo Provincial de Oncología reconoció las carencias que tienen en el territorio. «Tenemos dificultades para adquirir los insumos que demanda el colonoscopio y lo tuvimos roto por años. No tenemos broncoscopio para pulmón. También existen dificultades para adquirir los citostáticos. La verdad es que el tratamiento para cualquier tipo de cáncer es muy caro y complejo», admitió el directivo.
La situación tiene implicaciones importantes en la efectividad de las terapias y así lo reconoce el médico. «No estamos hablando de medicamentos de soporte, sino de medicamentos esenciales en la terapia de cáncer. Uno solo que falte a la persona que lo tiene que utilizar provoca un serio problema en su tratamiento oncológico y disminuye la probabilidad de éxito en él», añadió Álvarez Blanco.
En agosto de 2023, Emilio Vallín García, director general de la empresa Laboratorios AICA, reconoció al periódico Granma que la producción de citostáticos para tratar diferentes tipos de cáncer era inestable. De los 15 citostáticos que la empresa elabora, cuatro estaban en falta en esa fecha por «problemas en el financiamiento y la llegada de materias primas y otros insumos». La producción de otros fármacos se aseguraba solo por un período de tres meses.
Varios de los casos de pacientes afectados por las carencias del sistema de Salud llegaron al espacio público mediante denuncias de familias y amigos que intentaban buscar una alternativa que no encontraban dentro de las instituciones sanitarias.
El medio ADN Cuba publicó la solicitud de Alianys Perera Godoy, de 18 años, quien padece cáncer de tiroides y en julio de 2023 necesitaba yodo radioactivo que estaba en falta hacía más de seis meses en la isla.
En noviembre de 2023, trascendió también el pedido en Facebook de Aida Brito, que suplicaba dosis de morfina para su hermana Miriam Brito, diagnosticada con un tumor retroperitoneal y a quien las autoridades médicas en Ciego de Ávila le dijeron que en Cuba estaba en falta el narcótico.
Otro caso es el de la joven de 33 años residente en el municipio Bahía Honda, Idania Ramírez, quien padece cáncer y no puede ser tratada en Cuba. A través de su perfil de Facebook, Idania pidió ayuda para intentar llegar a Estados Unidos y recibir tratamiento.
«Llevo muchos meses batallando y confiando en Dios. Hoy, después de recibir dos tratamientos diferentes con los pocos medicamentos que quedan en el país, como todos saben, se agotaron los recursos en el hospital para combatir este linfoma no Hodgkin de células grandes B. Algo complicado, los médicos me acaban de confirmar que hay pruebas que no se admiten aquí, incluyendo operación, por los bajos recursos», escribió entonces Ramírez.
También en Facebook, en enero de 2024, Madelín Torres denunció la situación de una madre holguinera que lleva más de cinco meses esperando por que su hijo sea atendido por cáncer en la nariz. La madre del menor explicó en un video que desde que salieron de su casa en septiembre de 2023 no habían podido regresar y estuvieron tres meses esperando por una ambulancia que los llevara al hospital William Soler en La Habana.
Incidencia histórica de la enfermedad
Los datos oficiales reflejan que la mortalidad más elevada por tipo de cáncer se corresponde, tanto en hombres como en mujeres, a los tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón, seguidos por los de intestino —excepto el recto— y los de laringe.
El cáncer no tiene igual impacto en ambos sexos. En las mujeres, la tasa de mortalidad más elevada se corresponde con tumores de mama, de intestino y de otras partes del útero (el cuello de útero tiene estadísticas separadas); mientras que en hombres el de próstata tiene gran incidencia. Persiste una sobremortalidad masculina.
Para hacer frente a la enfermedad, el sistema de Salud cubano —siguiendo recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud— asegura contar con un plan integral que incluye el acceso universal a todos los niveles de la atención sanitaria, desde la prevención hasta el diagnóstico, el tratamiento y los cuidados paliativos.
Aunque el diseño se corresponde con altos estándares internacionales, los problemas aparecen en la implementación y, sobre todo, en la imposibilidad de garantizar los recursos humanos y materiales necesarios para los pacientes.
Varias cubanas han reportado que exámenes esenciales para la detección precoz y el diagnóstico (como la prueba citológica) de cáncer son difíciles de agendar por falta de reactivos y otros recursos en la atención primaria. En 2022, solamente se examinaron 340 491 mujeres, la cifra más baja desde 1971, según el anuario de Salud.
En noviembre de 2022, la página en Facebook «El Gremio Médico Cubano Libre» publicó una investigación firmada por el Dr. Miguel Ángel Ruano Sánchez sobre la situación de los pacientes con cáncer en Cuba. El estudio expone que «en Cuba, según el Minsap [Ministerio de Salud Pública], se diagnostican de 30 a 36 000 casos nuevos cada año, el 60 % requiere radioterapia y existen nueve servicios con 18 equipos de radioterapia externa en el país, más de la mitad con intermitencias en la prestación del servicio por dificultades de mantenimiento o de disponibilidad de piezas de repuesto; pero esos existentes, y suponiendo que estén en servicio constante, solo pueden tratar 9 000 pacientes (500 pacientes al año cada uno), el resto queda sin cobertura, aun necesitando el procedimiento médico para su tipo de cáncer».
«Por ejemplo, las antraciclinas destruyen las células cancerosas al dañar sus genes e impiden que se dividan y multipliquen. Adriamycin (nombre genérico: doxorrubicina), Doxil (nombre genérico: doxorrubicina), Ellence (nombre genérico: epirrubicina) y mitoxantrona) son antraciclinas que se utilizan para tratar el cáncer de mama, pero están ausentes en el stock de medicamentos disponibles en los hospitales cubanos y servicios de oncología del país desde hace más de un año», alegó Ruano Sánchez.
En materia de tratamientos contra el cáncer, la biotecnología cubana desarrolla productos innovadores. A saber: CIMAvax-EGF y Vaxira —vacunas terapéuticas para el tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadios avanzados— y CIMAher contra el cáncer de cabeza y cuello.
Según publicó el Dr. Carlos Alberto González en Oncuba, desde 2014 CIMAvax forma parte del cuadro básico de Salud y ha sido administrado como medicamento de segunda línea para apoyar la quimioterapia de miles de pacientes con cáncer de pulmón avanzado. Además, forma parte de los tratamientos que la Empresa Comercializadora de Servicios Médicos S. A. vende a pacientes extranjeros.
De acuerdo con los últimos datos oficiales publicados en el Anuario Estadístico de Salud en su edición de 2023, el sistema sanitario cubano contaba en 2022 con 683 médicos dedicados a la oncología y otros 40 médicos dedicados a la cirugía oncológica; los últimos son la menor cantidad de cirujanos dedicados a una especialidad que registra el anuario, lo que llama la atención teniendo en cuenta la alta incidencia de la enfermedad. Al grupo de especialistas en cáncer se añaden 252 oncólogos residentes y 38 cirujanos oncólogos en régimen de residencia.
En 2019, último dato del Registro Nacional del Cáncer publicado en el anuario 2023, la incidencia del cáncer en Cuba era de 27 857 casos, aunque los médicos confirman un aumento.
Por tanto, ante el crecimiento previsto de la enfermedad, la esperanza de muchos pacientes queda en manos del Ministerio de Salud Pública —organismo responsable de la rapidez y efectividad que pueda tener el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad—, que muchas veces no puede ofrecerla.
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