José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, describió 2023 como uno de los años más complejos para el sistema sanitario cubano. El titular reconoció públicamente la crisis sistémica del sector e instó a la revitalización de la atención sanitaria en el país.

«Hay deficiencias en la organización de los servicios, así como en la conducción de procesos claves para la atención primaria y secundaria. Eso genera insatisfacción», afirmó Portal Miranda.

Añadió, además, que la calidad de la prestación de los servicios y de las instituciones de Salud es baja. Anunció que el desabastecimiento en el sector continuará, lo que llevará a «estar constantemente reordenando las actividades».

El éxodo

Portal Miranda dijo que era una realidad la migración del personal de Salud tanto hacia el exterior como hacia otros sectores de la economía nacional. Instó a trabajar en los problemas que afectaban la calidad de la docencia «y [repercutían] en la formación de los futuros profesionales, lo cual inevitablemente [incidía] también en la calidad de los servicios».

Directivos de Salud Pública reconocieron en octubre de 2023 el éxodo de más de 8 000 estudiantes de pregrado, más de 5 000 de posgrado y más de 1 400 del claustro de profesores en las instituciones educativas de las Ciencias Médicas.

La debacle del sistema sanitario cubano no ha hecho más que agudizarse. En 2022, se registraron 46 000 trabajadores menos con respecto al año anterior, según datos del Anuario Estadístico sobre Salud y Asistencia Social. El desglose de las cifras indica que entre 2021 y 2022 Cuba perdió más de 12 000 médicos, 7 414 enfermeros y más de 3 000 estomatólogos.

Las causas más probables del abandono son la migración, los bajos salarios, la escasez de insumos básicos para ejercer, los rumores de una posible regulación a los trabajadores de la Salud y el aumento de la jornada laboral debido a las bajas sin cubrir.

Lisset Castaigne, médico pediatra intensivista, es un ejemplo de los profesionales que hoy buscan trabajo en un área diferente a la Salud. «Me apasiona la sonrisa de un niño, pero no puedo salvar vidas cuando mi salario no me da para comprar comida o cualquier cosa básica; sin contar que haces milagros con nada, prácticamente», explicó a elTOQUE.

Aunque el Ministerio de Salud Pública (Minsap) tomó medidas para aliviar la situación creada por la falta de profesionales (autorizar el pluriempleo y el pago de horas extras), las recientes declaraciones del titular del sector confirman que la tendencia al decrecimiento del personal sanitario ha continuado en los últimos meses.

Desabastecimiento y abandono

Entre 2010 y 2022 cerraron 63 hospitales, 37 consultorios médicos de la familia, 187 hogares maternos y 45 clínicas estomatológicas, según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información.

Asimismo, la mayoría de las 13 454 unidades de asistencia médica existentes en el país muestran señales de abandono. Testimonios de pacientes dan cuenta de sistemas eléctricos y de climatización ineficientes, de paredes con moho y filtraciones, de habitaciones superpobladas, de mala alimentación, de presencia de insectos (cucarachas, chinches y mosquitos), de ventilación inadecuada, de escasez de agua potable y de falta de ambulancias.

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El presupuesto debe garantizar los salarios —que son bajos—, los medicamentos que están en falta, las ambulancias que son insuficientes y la calidad de los servicios. ¿Son suficientes los recursos destinados en 2024 para garantizar la prestación de servicios médicos de calidad en el país?

Al respecto, Ailuj Casanova Barreto, jefa del Departamento de Atención Primaria de Salud del Minsap, informó a mediados de 2023 que 1 626 consultorios no recibían agua corriente; de ellos, solamente 65 habían solucionado la situación. Explicó, además, que 3 314 de los centros dedicados a la atención familiar se encontraban en regular o mal estado constructivo.

El desabastecimiento de recursos, de equipamientos, de insumos y de medicinas que reconoció Portal Miranda como causa de insatisfacciones de la población —y que, advirtió, continuará en 2024— ha sido motivo de denuncias y de protestas ciudadanas en los últimos meses, sumado a varias solicitudes de visado humanitario.

A finales de noviembre de 2023, trascendió la protesta de varias madres frente al Ministerio de Salud Pública en La Habana. Con las historias clínicas de sus hijos en las manos, las mujeres exigieron mejor calidad de vida y una visa humanitaria para que fueran atendidos en el extranjero.

El caso más reciente de violación al derecho de la salud en Cuba es el de Amanda Lemus Ortiz. La niña, de 2 años, lleva más de 12 meses a la espera de un trasplante de hígado que su padre está dispuesto a donar. Sin embargo, según declararon activistas y familiares, el Hospital Pediátrico «William Soler» no cuenta con los recursos necesarios para efectuar la operación y tampoco acepta utilizar insumos que su familia pueda gestionar.

El Gobierno cubano trata de paliar la actual escasez de recursos médicos con donaciones del exterior. El 28 de enero de 2024, el Hospital Pediátrico «William Soler» y el Instituto de Gastroenterología recibieron donaciones de las organizaciones Puentes de Amor y CodePink. Durante 2023, el sistema de Salud de Santiago de Cuba recibió 96 donaciones —ambulancias y equipos para neonatología— gestionadas con el apoyo de grupos de solidaridad de España. Organismos internacionales (Organización Mundial y Panamericana de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Unicef) también efectuaron donaciones recientes al sistema de Salud cubano.