—Lo he llamado a mi oficina para informarle que los activistas del Partido municipal estuvieron ayer por aquí para analizar un conjunto de acciones por el tercer aniversario de los sucesos del 11 de julio de 2021.
—Cualquiera diría que lo celebrarán por todo lo alto. En el parque cerca de mi casa es mucha la electricidad que se gasta con un audio a todo meter que tiene loco a los vecinos más de la mitad del día.
—¿Ve por qué tengo que darles la razón a esos compañeros cuando lo señalan como posible elemento catalizador de nuevas protestas?
—¿Por quejarme de la música?
—Por quejarse de cualquier cosa. En la última reunión del sindicato se cogió para sí casi todas las intervenciones, siempre para criticar la labor de la dirección de la empresa, que hace ingentes esfuerzos por vencer las restricciones que nos impone el bloqueo.
—El informe de la última auditoría no menciona al imperialismo y sí al descontrol sobre ciertos recursos.
—Para incidir sobre los recursos humanos, que son los más importantes, es que se ha hecho el estudio sobre el nivel de percepción de la realidad que poseen los trabajadores de este centro. Recuerde que hace tres años tuvimos el honor de aportar la mayoría de los jóvenes que se tiraron a la calle, pasamos un trabajo tremendo para sustituirlos. En usted se confió para tan loable empeño.
—¿Y qué le hace augurar que pronto seré otro de los reemplazados?
—Hay ciertas actitudes suyas que no comprendo. Le ofrecimos entregarle el carnet de militante y no lo aceptó, a pesar de que en su caso y en el de los otros cinco trabajadores obviamos el proceso que ello conlleva, pues la televisión nos exigió esa ceremonia para la parte linda del reportaje que filmaron acá.
—¿Le menciono la cantidad de amigos que hoy militan fuera del territorio nacional y los núcleos a donde tributan?
—Respeto el rumbo que deciden para sus vidas los que se han ido, pero debo ocuparme de los que como usted se quedan, y de su descendencia. ¿Cómo explica la tendencia diversionista de su hijo de pasarse más de la mitad del día jugando fútbol con sus amigos del barrio?
—Para sus siete años es muy sano.
—Debía preocuparle que mientras su niño patea el balón que le compró la tía y que replica «los códigos de la colonización llegados del exterior y especialmente de la influencia pseudocultural de Miami»…
—Adquirido en uno de las tantas tiendas virtuales promovidas por Cubadebate.
—…«las nuevas generaciones se preparan para respaldar y defender a la Patria y la Revolución y convertirse en hombres y mujeres de bien», gracias a que se retoman «con nuevos bríos» las Fuerzas de Acción Pioneril.
—¡¿Otra vez las FAPI?!
—Como lo oye. «La escuela y la comunidad serán los principales escenarios de la campaña de verano, que durante las vacaciones movilizarán a 117 000 niños y adolescentes de la capital». Rectifico: 116 999 si restamos a su hijo.
—¿Y no es mejor ponerlos a jugar fútbol? O cuatro esquinas, a ver si revivimos nuestro deporte nacional.
—Hay tareas más importantes en las vacaciones. Salvar la patria, la Revolución y el socialismo una de ellas.
—Y «convertirse en hombres y mujeres de bien» perdiendo el tiempo en improductivas movilizaciones.
—Ya lo dijo: «mujeres de bien». ¿Por qué su esposa no se ha incorporado al Proyecto Construyendo la Felicidad en Verano, auspiciado por la FMC?
—Dio por construida la felicidad desde abril, tras celebrarse el Congreso de la UJC.
—Las FAPI, las BET y el Proyecto Construyendo la Felicidad en Verano son parte de un programa mayor nombrado «Sembrar ideas, sembrar conciencia», aprobado por la dirección de la Revolución «para enfrentar la oleada colonizadora global, y al propio tiempo combatir los proyectos subversivos dirigidos a dividir al pueblo de sus dirigentes».
—Si en esa «siembra de ideas y conciencia» los dirigentes se enfocaran más en aumentar los rendimientos…
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