Mario Urquía. Foto: Gran Logia de Cuba / Facebook.
¿Qué significa la renuncia del Gran Maestro Urquía Carreño para la masonería cubana?
20 / agosto / 2024
El 18 de agosto de 2024, la Gran Logia de Cuba emitió la Circular Especial 123 que contiene la renuncia de Mario Urquía Carreño como Gran Maestro de la institución. Desde enero, Urquía Carreño ejercía de manera ilegítima tras ser expulsado de su cargo por el Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba —cuerpo masónico facultado legalmente para ejecutar el proceder—.
En el comunicado, Urquía Carreño expone las causas de su dimisión:
«La situación actual en nuestra institución ha dado al traste en una incompatibilidad en criterios en la correcta aplicación e interpretación de nuestras leyes. Producto de esto, y por los desmesurados intentos de imponer criterios legales de jurisprudencia masónica, se esgrimen criterios basados en interpretaciones personales de las normas que rigen nuestra institución».
El 23 de julio de 2024, cientos de masones se reunieron en la Gran Logia de Cuba para manifestar su desacuerdo con la Administración de Urquía Carreño. Aunque en el comunicado Urquía Carreño alude «criterios basados en interpretaciones personales», había sido señalado responsable de la pérdida de 19 000 USD guardados en su oficina, los cuales estaban destinados al Asilo Masónico Nacional en Arroyo Naranjo. Hasta la fecha, se desconoce el paradero del dinero.
Carlos Esquivel, reconocido escritor y masón, comentó a elTOQUE sobre Urquía Carreño y los sucesos de los últimos meses: «Que una persona de esa calaña haya gobernado los destinos de una institución tan sagrada para la historia de este país como la masonería, reafirma y describe el síntoma de decrepitud social que baña todos los espacios de Cuba. La institución no merece tener entre sus miembros una persona de tal catadura moral. Es importante señalar la influencia y liderazgo de los hermanos en La Habana que hicieron presión para que la renuncia surtiera efecto».
Esquivel apuntó también que la masonería cubana afronta tiempos de crisis, no solo por los hechos en torno a Urquía Carreño. «La asfixia de la sociedad influye demasiado y el éxodo masivo de cubanos, entre ellos cientos de masones, ha afectado directamente la institución», señaló el autor tunero.
En el segundo párrafo de su renuncia, Urquía Carreño apunta:
«Actualmente, las opiniones en nuestras Logias se encuentran divididas en cuanto al correcto proceder. Se ha desatado el odio y los insultos entre hermanos [y se ha olvidado] que juramos defendernos presentes y ausentes. La situación institucional muestra hoy una funesta división».
Urquía Carreño utiliza la palabra «división» en su comunicado como asunto externo a su mandato. Sin embargo, dos de los hechos que catalizaron la fragmentación interna fue su restablecimiento como Gran Maestro —lo cual evidenció la injerencia del Estado cubano dentro de los asuntos internos de la masonería— y la posterior firma del Decreto 1791 que suspendía el Tratado de Amistad y Mutuo Reconocimiento entre los cuerpos masónicos simbólicos y filosóficos.
Cesar Arturo Pajón Vargas, maestro masón y grado 18 del Rito Escocés, comentó al respecto:
«El proceder de las autoridades gubernamentales con Urquía Carreño me lleva a la conclusión de que este actuaba como un agente al servicio del régimen cubano, cuya misión, casi lograda, era provocar discordia y división dentro de la masonería cubana por ser una institución con capacidad de convocatoria. Imagino que su renuncia es la forma más efectiva que encontró la Seguridad para sacarlo lo más limpio posible y desviar la atención y culpar a otros. Como este señor hay muchos más, desgraciadamente, que aún conservan la máscara y harán lo posible por manchar la buena imagen y los más de 100 años de historia de nuestra institución».
El 17 de agosto de 2024, una nueva convocatoria de hermanos masones reunidos en el teatro de la Gran Logia de Cuba exigió el cese inmediato de Urquía Carreño como Gran Maestro. Más tarde, en su oficina, se reunió con una representación de los asistentes y aceptó renunciar. En la carta de abdicación, Urquía Carreño no reconoció su responsabilidad como catalizador de la crisis sistémica que afronta la masonería cubana.
Al oficializarse la salida de Urquía Carreño, Maykel Filema —quien ostentaba el cargo de Diputado Gran Maestro— asumió el puesto de Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba de manera temporal. En septiembre de 2024, durante la próxima sesión de la Alta Cámara, Filema debe llamar a elecciones para que los masones cubanos escojan a su próximo representante.
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